Hace una semana, el presidente del Gobierno abrió la puerta por primera vez desde el inicio de la pandemia del coronavirus a una España sin mascarilla obligatoria en interiores. Tras una rueda de prensa conjunta con Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca, Pedro Sánchez apuntó que ese debate tendrá lugar "más pronto que tarde". 

No sería la primera vez que una noticia positiva acaba siendo una losa para la ciudadanía y su relación con la denominada "fatiga pandémica". La retirada de la mascarilla en exteriores el 26 de junio de 2021 y su reincorporación a finales de diciembre, además de cuestionar las decisiones del Gobierno, provocó la sensación de un bucle infinito. Cuesta aceptar que toda medida puede ser revocable. 

Para Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), hay dos claves antes de dar el paso: "Para plantear el debate los parámetros fundamentales son la incidencia acumulada y los casos graves. No preocupa solo la velocidad de nuevas infecciones sino las personas que tienen formas graves y acaban ingresados en UCI", sostiene la experta. 

Algo principal que apuntó Sánchez como necesario para plantearse retirar la obligatoriedad de la mascarilla en interiores era la tasa de vacunación. España tiene al 91,1% de la población mayor de 12 años con doble pauta. En cuanto a la tercera dosis, para la que se recomienda esperar unos meses si se ha pasado la covid tras los dos primeros pinchazos, avanza con ritmo lento pero ininterrumpido. 

Entre los menores de 5 a 11 años, la doble pauta se ubica ya en el 16,7%, aunque esta población es la que menos riesgo corre frente al virus. Por tanto, la vacunación ya no es un problema para retirar la mascarilla en interiores.

A Reino Unido, Dinamarca, Polonia o Suecia, que ya no tenían restricciones en este aspecto, se ha unido este lunes Francia, que ya no exigirá mascarilla en interiores si en el recinto en cuestión se pide el pasaporte covid. 

¿Será primavera un momento óptimo?

Entonces, si la vacunación ya está cumplida, ¿hasta cuándo hay que esperar? Según Ángela Domínguez, aún es pronto para plantear la medida: "La sexta ola está en descenso pero tenemos una incidencia acumulada muy elevada y el porcentaje de camas ocupadas por pacientes con covid es superior al 11%. Son niveles hoy por hoy que no nos permiten plantear este debate", asegura. 

En España, según los datos del pasado viernes, la incidencia acumulada a 14 días era de 613 casos por cada 100.000 habitantes, lo que aún se sigue considerando riesgo "muy alto", aunque las tablas del Ministerio de Sanidad se definieron antes de la aparición de ómicron, variante con una transmisibilidad mucho más alta pero que también ofrece síntomas más leves que cepas anteriores. 

Ignacio Rosell, experto en Salud Pública y secretario del comité científico de la Consejería de Sanidad de Castilla y León, advierte que la incidencia aún es "un obstáculo clarísimo": "El virus está muy presente en nuestras vidas. Por ejemplo, en Castilla y León hemos pasado de riesgo muy alto a alto en incidencia a siete días) y las UCI están al 10%". 

"Estamos bajando claramente, pero no soy capaz de sacar una bola de cristal para decir que no va a haber una variante que nos vuelva a volver locos. El reto es bajar la incidencia a unos limites razonables, por debajo de 50 casos. Estamos en la parte del tobogán que baja", sostiene Rosell, que estima que la primavera, si todo sigue como ahora, será el momento para debatir este asunto: "Primavera o a finales de primavera, pero cualquier incidente lo alterará todo. Tampoco descarto que se quiten y con vistas al otoño, si aumentan los casos, se recuperen".