Este artículo se publicó hace 5 años.
Caso IvecoConcentración en Madrid en memoria de la trabajadora de Iveco: "Verónica no se suicidó, a Verónica la mataron"
La concentración convocada por el Movimiento Feminista de Madrid ha rendido homenaje este viernes a la trabajadora de Iveco y ha exigido la libertad sexual de las mujeres y el fin del acoso laboral.
Madrid-
Exigir que "la Justicia depure todas las responsabilidades" y defender "el derecho de las mujeres a una sexualidad libre". Estas han sido las peticiones de decenas de personas que se han concentrado en Madrid para denunciar el caso de Verónica, la mujer que se quitó la vida el pasado sábado después de que entre sus compañeros de trabajo se estuviese difundiendo de manera masiva un vídeo de carácter sexual que la mujer había grabado hacía cinco años.
En el acto, organizado este viernes por el Movimiento Feminista de Madrid en la Plaza Emilio Jiménez, todos los presentes coincidían en una misma realidad: "Verónica no se suicidó, a Verónica la mataron". "Aquellos que recibieron el vídeo y no lo denunciaron han colaborado a este trágico desenlace. No ha sido un suicidio, ha sido un homicidio colectivo", respondió a Público una de las asistentes.
"A Verónica la mataron sus compañeros de trabajo cada vez que compartían el vídeo", asegura una de las asistentes
Verónica tenía 30 años, estaba casada y era madre de dos niñas. Trabajaba en la fábrica de camiones de Pegaso-Iveco en San Fernando de Henares, Madrid. Así lo hizo hasta el pasado sábado, cuando decidió acabar con su vida. "A Verónica la mataron sus compañeros de trabajo cada vez que compartían el vídeo, la asesinaron los responsables que se lavaron las manos y permitieron que el vídeo siguiese circulando entre los 2.500 empleados que conforman la plantilla, como lo hicieron todos aquellos que vieron el vídeo y no lo denunciaron, lo compartieron o se quedaron callados", sentencia otra de las presentes.
Sus compañeros han querido expresar a través de una carta su repulsa ante los acontecido. Aseguran ser muchos los que ni vieron ni compartieron el vídeo, y que se encuentran "indignados y asqueados" por el acoso y la opresión al que sometieron a la joven. Pero, sobre todo, tratan de evitar que se criminalice a toda una plantilla: "Ni tod@s somos culpables, ni tod@s somos cómplices". Pero ya es demasiado tarde y el daño está hecho.
Lourdes Hernández Osorno, presidenta del Consejo de las Mujeres del municipio de Madrid y del Foro de Madrid contra la Violencia a las mujeres coincide en que, por desgracia, no hay vuelta atrás: "No vale salir ahora a exigir justicia. Me parece muy bien que la empresa lo haga, pero tenían que haberlo hecho antes. Aquí lo más importante era la prevención y, desde luego, ha faltado. Ella había denunciado esta situación, pero nadie la escuchó".
"No es un caso aislado"
Un minuto de silencio puso el punto y final a un acto en el que se quiso poner en valor "el tratamiento de derecho blando" que contrasta con "las escasas sentencias" judiciales cuando ocurren casos como el de Verónica y que, aseguran, no se trata de "no es un caso aislado"
Por ello, desde la plataforma Movimiento Feminista han querido censurar el tratamiento del acosos sexual en el Código Penal y la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que han calificado de "inoperativos" ya que, a su juicio, "no garantizan que la empresa, testigos y autoridades" la apliquen. 'Mi vida no es tu porno', se leía en una de las pancartas. Y la de Verónica, tampoco debería haberlo sido: "Si hubiera sido un hombre, probablemente la historia habría tenido otro final", sentenciaba la presidenta Federación de Asociaciones de Mujeres.
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