Clasismo en la Universidad: el elevado precio de las matrículas restringe el acceso a los títulos
El coste de matrícula para los grados se mantiene alrededor de los 1.000 euros y sigue habiendo diferencias significativas entre titulaciones de diferentes ramas y comunidades autónomas.
María Martínez Collado
Madrid--Actualizado a
La Universidad pública no consigue descabalgarse de su halo clasista y continúa restringida a aquellos que se lo pueden permitir. Así lo constata el último informe publicado por el Observatorio del Sistema Universitario, que pone sobre la mesa que los precios de las matrículas de los grados y los másteres continúan siendo muy elevados, en perjuicio de las personas con menos recursos económicos que afrontan mayores dificultades a la hora de acceder a estos estudios superiores.
El pasado 2020, el Ministerio de Universidades aprobó una bajada de las tasas universitarias a través de una nueva horquilla que impedía subir el precio de las matrículas por encima del 15% de la media de España. El acuerdo era un intento de enmendar el encarecimiento derivado del decreto Wert en 2012, cuando estudiar en una facultad llegó a ser un 25% más caro que el año anterior. Pero, dos años después, los problemas de la mayoría del estudiantado no se han visto resueltos.
El coste de matrícula para los grados se mantiene alrededor de los 1.000 euros y sigue habiendo diferencias significativas entre titulaciones de diferentes ramas y comunidades autónomas. Una misma carrera del ámbito de las Artes y Humanidades cuesta más del doble en Catalunya que en Asturias y una de las carreras sanitarias más caras cuesta 1,8 veces más en La Rioja que en Andalucía. En general, el precio en el primer curso oscila entre 518 y 1.361 euros.
Además, las segundas matrículas siguen valiendo mucho más que las primeras y son especialmente esas sucesivas el principal castigo económico que sufren los alumnos y que los lleva a terminar abandonando los cursos. De esta forma, matricular por segunda vez una asignatura puede costar más del doble que la primera vez en grado, y bastante más del triple en máster: todo depende de la comunidad autónoma donde se curse la asignatura. Mientras que cursarla por tercera vez puede multiplicar su precio por cinco o casi por ocho. Una imposición totalmente atípica en el conjunto del Espacio Europeo de Enseñanza Superior.
"Un suspenso es mucho más que una nota para un estudiante que no tiene recursos, supone quedarse en la Universidad o no. La Universidad deja de ser pública cuando abandona a quienes más debe ayudar", critica el presidente de CREUP Nicolás Hernández. La asociación lamenta que la clase social siga siendo una frontera para acceder al derecho a la educación.
El último Estudio sobre el Abandono de los Estudios de Grado en el Sistema Universitario Español era muy clarificador en este aspecto e ilustraba que más allá de las características de cada estudiante, su entorno familiar y su posición socioeconómica eran determinantes en el abandono académico. La necesidad de compaginar trabajo con estudios interviene en el rendimiento, llevando a muchos a tener que repetir asignaturas. El hecho de que tengan que pagar un importe del doble o incluso el triple del coste que la primera vez que se matriculan les obliga a tener que dejar los estudios.
El máster, para quien puede pagarlo
En los másteres los empleos aumentan todavía más. El precio de la primera matrícula de un curso de máster público habilitante, vinculado al ejercicio de una profesión regulada en España, varía entre 591€ y 1.283€, según el informe. Por ejemplo, un mismo máster habilitante como el de Formación del Profesorado de Secundaria cuesta más del doble en Navarra que en Galicia, y uno del ámbito de la Ingeniería cuesta 1,7 veces más en Navarra que en Andalucía.
Sin embargo, la aplastante mayoría de los másteres oficiales (90,1%) no habilitan y sus precios no han sido objeto de acuerdo alguno para su contención. Como resultado, pueden llegar a costar 13.500 euros por curso en primera matrícula. Si se comparan los precios del curso actual con los del curso 2011-12, se constata una tendencia general al incremento de precios. Tan sólo seis autonomías han bajado su intervalo de precios en euros corrientes: Andalucía, Canarias, Castilla y León, Castilla–La Mancha, Catalunya y Galicia. A esto se añade Asturias, que ha reducido los precios de sus másteres más caros mientras incrementaba los más baratos. En sentido contrario, País Valencià, Aragón y Madrid los incrementan hasta un 70%.
Los estudiantes no se explican por qué siguen sin decretarse criterios objetivos para la fijación de los precios públicos de matrícula. "Cuando me gradué ni siquiera me planteé poder empezar un máster porque sabía que no me lo iba a poder pagar. La especialidad que me interesa cuesta 11.000 euros por curso. Así que trabajaré hasta poder ahorrar lo suficiente", afirma Oscar graduado en Comunicación Audiovisual. En una conversación con este medio, el joven madrileño asegura que no es el único en esta situación y que "otros compañeros han tenido que dejar aparcada su formación porque no se lo podían permitir".
Una coyuntura que no parece que vaya a cambiar. De hecho, el Proyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) aprobado por el Congreso de los Diputados y pendiente de tramitación en el Senado en el momento de redactar este informe prevé la desregulación entre comunidades autónomas de los precios públicos de matrícula. Una descoordinación que podría consolidar o incluso ampliar los desajustes entre los territorios.
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