Este artículo se publicó hace 3 años.
Atención Primaria asume la quinta ola sin que las comunidades autónomas refuercen los centros de salud
Catalunya ha dejado de hacer pruebas a los contactos asintomáticos para no saturar más los centros de salud. Los sanitarios están sobrecargados de trabajo y la situación empeora porque la explosión de contagios ha llegado en pleno verano.
Beatriz Asuar Gallego
Madrid--Actualizado a
Hace un año Atención Primaria estaba completamente saturada ante la segunda ola de la pandemia. A finales de junio se volvió a avisar de la sobrecarga cuando empezó a subir la incidencia. A mediados de julio de 2021, la situación es incluso peor. La medicina de familia es la base del sistema sanitario español pero las comunidades autónomas —las que tiene competencia directa sobre la Atención Primaria— le hacen poco caso. La atención en la medicina de familia ha ido cayendo, a la vez que en los hospitales ha ido creciendo. Muchos médicos achacan esto a que las inversiones en centros de salud no venden ni ocupan las portadas de los periódicos. Un ejemplo de la poca inversión sobre la medicina de familia es que, según la última Estadística de Gasto Sanitario Público, el gasto total consolidado en el año 2019 en servicios hospitalarios y especializados llegó al 62,2%, el gasto en farmacia al 15,7% y en los servicios primarios de salud al 14,8%.
La quinta ola está afectando en mayor medida a los más jóvenes porque son los que principalmente no están inmunizados contra la covid-19. De momento, los ingresos hospitalarios no han crecido gravemente y es la Atención Primaria la que tiene que asumir la atención de los nuevos contagios. El problema es que está colapsada desde hace meses. El mejor ejemplo es que Catalunya ha tenido que volver a una de las medidas más drásticas que se llevó el año pasado en varias comunidades: no hacer pruebas a los contactos asintomáticos para no saturar más a los centros de salud.
Esperanza Martín, médica de familia y comunitaria del Centro de Atención Primaria (CAP) Passeig de Maragall (Barcelona), describe su trabajo así: "El crecimiento de casos y contactos ha sido impresionante en las dos últimas semanas, en relación a las previas. En estos momentos, la situación no es de colapso pero sí se ha tensionado mucho. La decisión de no testar a los contactos probablemente sea una decisión preventiva para evitar el colapso porque nuestra sensación efectivamente era que la situación estaba descontrolada".
El que sea verano dificulta muchas cosas. La facultativa señala que se han contagiado profesionales y que ya hay muchos sanitarios de vacaciones, algo que limita aún más las posibilidades de "asumir el exceso de actividad". En su centro de salud se ha ampliado el horario a los gestores covid y se ha intentado contener la situación permitiendo el doblaje de la jornada a estos trabajadores, pero el número de pacientes que tienen que atender —de forma presencial, telefónica, virtual a través de consulta no presencial y a domicilio— es muy alto desde hace meses: "Un número muy por encima de lo que sería deseable para garantizar una atención de calidad", lamenta en declaraciones a Público.
"Se han intentado desviar los casos más a leves a centros externos, pero no está nada claro si va a ser suficiente"
En Catalunya, la comunidad con mayor incidencia según los últimos informes del Ministerio de Sanidad —1.014 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días frente a los 436 de la media estatal— se ha intentado controlar la situación también con otras fórmulas. Martín señala que en Barcelona se han habilitado unos puntos centralizados para realizar pruebas rápidas (TAR) y estudio de contactos en casos con sintomatología leve. "Creo que esto ha sido un aprendizaje rápido en relación a las olas previas: en previsión del colapso que puede producirse en los centros, se han intentado desviar los casos más leves (que requieren también gestión burocrática, por ejemplo, de las bajas) a centros externos", añade. La duda es si esto será "suficiente en previsión del aumento exponencial de casos y los déficits de personal que existen ya en las plantillas y que aumentarán durante este período vacacional".
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más
representativo en las administraciones públicas, se reunió este martes con el Ministerio de Sanidad y trasladó el "malestar de las plantillas por la falta de recursos humanos". "Saturación de las UCI en Cataluña y Comunidad Valenciana, cierre de camas y centros de Atención Primaria en la práctica totalidad de las autonomías, unido a la falta estructural de personal y la llegada de personas desplazadas por sus vacaciones de verano, la campaña de vacunación y la 'explosión' de contagios suponen la combinación perfecta para volver a poner en jaque a la sanidad española", lamentan en un comunicado.
No hay indicadores para medir la saturación de la Atención Primaria, pero sí para los hospitales y las UCI
Son muchos los sindicatos y asociaciones que han puesto de manifiesto lo mismo durante los últimos días porque esta sobrecarga es evidente. Pero hay problemas incluso para solucionar esto porque no hay indicadores para medir la saturación de la Atención Primaria, como sí los hay para medir la ocupación de pacientes covid en los hospitales y en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
De hecho, el Foro de Médicos de Atención Primaria —formado por entidades como la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), la Organización Médico Colegial de España (OMC); la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) o la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)— lanzó la semana pasada otro comunicado para manifestar su preocupación "ante la situación de la especialidad de medicina familiar y comunitaria" por el abandono de la Administración Sanitaria.
Esta organización, representativa de tantas sociedades médicas, señala que tanto el Ministerio de Sanidad como las Consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas se han olvidado de esta base de nuestro sistema y ponen como ejemplo de ello los resultados de la adjudicación de plazas MIR que, según denuncian, es "muy inferior al del proceso de años anteriores". Este año solo ocho de los 700 primeros MIR escogieron medicina de familia y esta especialidad llegó al último día con más de 700 plazas libres, según informa el medio especializado iSanidad.
Para el Foro de Médicos de Atención Primaria esta falta de interés está ligada a que la medicina familiar y comunitaria ha quedado "relegada a un segundo plano" porque no se le ha dotado de los "recursos necesarios e imprescindibles para potenciarla durante la pandemia, dejando que su labor se convierta e un trabajo farragoso, contrarreloj, agotador y nada atrayente para los futuros médicos".
La médica Martín comparte la idea de esta denuncia porque señala que la Atención Primaria no aparece "en ninguna decisión política de calado" ni recibe prioridad en ninguna estrategia de ninguna comunidad autónoma pese a que "es la atención que recibirán todas y cada una de las personas". "La Atención Primaria no es glamourosa y por eso los políticos no la incluyen en sus listas estratégicas de intervenciones. Esto no es nuevo, llevamos muchos años de ninguneo. El problema es que la pandemia ha supuesto poner en evidencia todas esas carencias de forma flagrante. Y es importante que la gente entienda que lo que está en juego es un derecho fundamental que tenemos como sociedad y que es el de poder ser atendidos por un sistema de salud público de forma equitativa, continuada y accesible. Y eso sólo son capaces de hacerlo las y los profesionales que trabajamos en atención primaria", reflexiona.
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