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El Algarrobico, historia de un despropósito

Diecinueve años después, nadie, a pesar del amplio consenso social que existe al respecto y de que la Justicia ha declarado ilegal la construcción, ha sido capaz de derribar lo que se ha convertido en un símbolo de la destrucción del litoral.

El hotel del Algarrobico. Archivo.
El hotel del Algarrobico. Archivo.

Ahí sigue el hoy inservible mamotreto, encajado en la playa del Algarrobico en Carboneras (Almería), como la metáfora perfecta de un despropósito. El hotel del Algarrobico, que jamás llegó a abrir las puertas, se ha convertido en un símbolo de los años del urbanismo salvaje y de la destrucción del litoral, y ha sido hasta ahora indestructible, a pesar del amplio consenso social que existe sobre su derribo y de que la Justicia ha concluido que se construyó en terreno protegido, donde no podía hacerse.

Esta semana, el Tribunal Supremo, 19 años después de que se iniciara su edificación –que contó con el apoyo inicial de la Junta de Andalucía– gracias a una licencia de obras concedida entonces por el Ayuntamiento de Carboneras, ha rechazado de nuevo demolerlo porque para hacerlo, primero debe anularse esa licencia.

De momento, el Ayuntamiento no lo ha hecho, a pesar de que sobre ella pesa una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que lo ordena. "Estamos en un callejón sin salida", dice el abogado José Luis Domínguez, que lleva años en la pelea por recuperar la playa y que ahora llevará, en nombre de Greenpeace, el asunto al Tribunal Constitucional y a la Justicia de la Unión Europea.

13 sentencias, planos falsos

El recorrido judicial del hotel ha sido extremo –y sigue habiendo demandas en los juzgados– desde que en el año 2006 un juzgado de Almería, tras una denuncia de Salvemos Mojácar, paralizase las obras cuando estas estaban a punto de terminarse. Solo el Tribunal Supremo ha emitido hasta ahora 13 sentencias, según el recuento que lleva el abogado José Ignacio Domínguez, que hoy representa a Greenpeace.

En este tiempo se han conocido episodios grotescos como una falsificación de planos del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Cabo de Gata por parte de la Junta de Andalucía, un asunto archivado tres veces por la Fiscalía.

En el año 1997, la Dirección General de Planificación la Consejería de Medio Ambiente, tras haber aprobado un año antes el Plan de Ordenación del Cabo de Gata, ordenó sustituir por la vía de hecho –sin publicarlo en el Boletín Oficial de la Junta (BOJA)– el mapa número 1031, que afectó al Parque de El Algarrobico, que pasó a clasificarse como zona urbanizable, lo que permitió su construcción.

La Junta explicó en su momento a la Fiscalía que las "rectificaciones" obedecían a una serie de errores detectados en los planos y a cuestiones técnicas. Sin embargo, "lo procedente –según la Fiscalía– hubiera sido una modificación con aprobación por el Consejo de Gobierno andaluz y su publicación en el BOJA".

Nueva petición de derribo

Tras el último fallo, una vez que el Ayuntamiento, en manos del PSOE, cumpla con las exigencias del TSJA, que ya ha enviado sus requerimientos al consistorio para lograr el derribo, habría que pedirlo de nuevo por la vía judicial, según Domínguez, lo que, previsiblemente, llevará tiempo.

Un protocolo firmado en el año 2011 entre la Junta, entonces presidida por José Antonio Griñán, y el Ministerio de Medio Ambiente, en manos de Rosa Aguilar, establece que una vez acordada en sentencia firme la demolición, el Gobierno de España financiaría la demolición de la edificación, mientras que la Junta de Andalucía se haría cargo del "desescombro y correcta gestión de los residuos".

Para la posterior restauración del espacio litoral donde se encuentra el complejo hotelero, de veinte plantas de altura y más de 400 habitaciones, ambas administraciones pactaron acometer un plan de empleo juvenil para el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

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