Este artículo se publicó hace 9 años.
Zapatero a Bono: "Desmonta como sea este intento de complot"
El exministro de Defensa detalla en sus memorias la "situación pregolpista" que sufrió el Gobierno socialista raíz de la negociación del Estatut de Catalunya: Amenazas de acciones militares, a la Corona y reuniones secretas de altos mandos
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MADRID.- "No puedo imaginar que a nosotros nos esté ocurriendo una cosa así", dijo, alarmado, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. "No te preocupes por los militares", le respondió José Bono, su ministro de Defensa, "creo que lo arreglo". "Evita un lío militar como sea y ya tendrás tiempo de descansar, pero ahora no pares hasta desmontar este intento de complot", zanjó Zapatero.
Esta es una de las conversaciones recogidas en el libro de memorias del que fuera presidente del Congreso de los Diputados y líder de la Junta de Castilla-La Mancha durante 21 años, José Bono, diario de un ministro (Planeta). En él, el socialista desvela que el Gobierno de Zapatero vivió una "situación pregolpista" durante la negociación del Estatut de Catalunya, cuando un sector del Ejército liderado por el teniente general Mena tenía "ganas de hacer algo, una cosa colectiva", tal y como transmitieron fuentes atentas a los movimientos de estos altos mandos militares.
En la Pascua militar de 2006, Mena —entonces capitán general de Sevilla y jefe de la Fuerza Terrestre— pronunció un discurso en el que amenazaba con una intervención del Ejército si el Estatut de Catalunya recogía las ambiciones "desmesuradas" de Pasqual Maragall, el entonces presidente de la Generalitat y principal impulsor del texto. Mena advirtió que el artículo 8 de la Constitución contempla que "las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar defender la integridad de España". "Hemos jurado guardar y hacer guardar la Constitución", pronunció desde su posición como uno de los principales jefes de los ejércitos, "y para nosotros, los militares, todo juramento constituye una cuestión de honor".
"Si la Corona no actúa, tendrá que tomar las maletas e irse de España. En ese caso, nosotros tendremos que actuar en consecuencia"
Mena fue arrestado y separado del servicio por este pronunciamiento. Sin embargo, el secretario de Estado Francisco Pardo alertó a Bono de que el militar había llegado a cuestionar la Jefatura del Estado en la reunión del Ejército celebrada un par de meses antes. "Si el Estatuto de Cataluña va hacia delante, la responsabilidad será de la Corona, y si la Corona no actúa, tendrá que tomar las maletas e irse de España. En ese caso, nosotros tendremos que actuar en consecuencia", dijo Mena en presencia del resto de tenientes generales presentes en la cumbre. Estos altos mandos no informaron al ministro de Defensa de las conspiraciones de Mena. Puesto entonces sobre aviso, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) comunicó que "algunos generales hablan de reuniones secretas y de estar calladitos hasta lo que tengamos que hacer".
"Estos salvapatrias no tienen valor para sublevarse, pero sí lo tienen para hacer pronunciamientos", recoge Bono sobre estos altos mandos en sus memorias, trasladadas de las notas de voz que, cada noche, recogía en un grabadora. Deja claro que la "inmensa mayoría" de militares "están con la Constitución", pero su diario da idea de la "actitud levantisca" y predemocrática arraigada en parte de la esfera dirigente del Ejército hasta bien entrado el siglo XXI.
Las denuncias de militares como Zaida Cantera o el teniente Segura han apuntado en el mismo sentido casi diez años después de que Bono dejara la cartera de Defensa. El socialista logró atajar la corriente interna a favor de una intervención militar contra la aprobación del Estatut —apoyada por hasta medio centenar de altos mandos ya en la reserva, que enviaron a la prensa notas de apoyo a Mena tras su detención— atando en corto a los altos mandos que se habían reunido con Mena y haciéndoles saber que los tenía vigilados.
El capítulo en el que Bono narra la elección del sucesor de Mena vuelve a ofrecer una perspectiva de la ideología imperante en la cúpula militar. El general Pitarch, hermano de un miembro de la Unión Militar Democrática (UMD), fue el escogido, pero puso dificultades: "Piensa en otro", rogó al ministro. "Es sabido que, aunque soy un hombre conservador, no tengo dudas sobre mi lealtad al Gobierno constitucional y eso molesta en algunos lugares", le explicaba Pitarch.
"Fui elegido para trasladar a Madrid a Milans del Bosch en helicóptero cuando estaba preso, para que visitara a su padre enfermo. Me eligieron porque sabían que no había duda de que cumpliría con la misión y no me lo llevaría en el helicóptero a Lisboa", relataba el general, que pese a su resistencia inicial, terminó aceptando las responsabilidades de Mena. "Es una orden", le imperó el ministro de Defensa.
"Fui elegido para trasladar a Madrid a Milans del Bosch. Me eligieron porque no había dudas de que cumpliría con la misión y no me lo llevaría en helicóptero a Lisboa"
Bono afirma en el libro que no temía un levantamiento, sino una cascada de declaraciones que dañaran la imagen de España en el exterior, tocada tras el discurso de Mena y su posterior arrestó. Además, el político manchego denuncia la actitud del PP no ayudó. Varios conservadores se mostraron comprensivos con el discurso golpista del jefe de la Fuerza de Tierra, incluido personajes del peso de Vidal-Quadras, que lo calificó de "admirable". Mariano Rajoy, entonces líder de la oposición, utilizó el incidente para atacar al gobierno y acusarlo de no informar de las acciones que se llevaban a cabo. "¡Cómo los vamos a informar si están justificando en público y en privado la actitud de Mena!", se preguntaba Bono, que tras diez años ha cumplido el mandato de Zapatero: "De todo esto que está ocurriendo, debes tomar notas para luego publicarlas y que algún día se sepa que a los socialistas nos ha tocado, en 2006, tener que afrontar una situación pregolpista".
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