La dirección de Vox ha cesado este miércoles a Rocío Monasterio como presidenta del partido en Madrid. Fuentes cercanas a la formación ya habían informado de los planes para tomar esta decisión. Aunque Monasterio ganó las primarias en septiembre de 2020, su mandato habría expirado después de cuatro años, siendo este el argumento oficial para su reemplazo.

Como adelantaba El País, la sucesión no se decidirá en unas nuevas elecciones internas. Vox modificó sus estatutos en abril de 2022, eliminando los comicios primarios y permitiendo que los comités provinciales sean designados directamente por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

La formación de extrema derecha ha confirmado como sustituto en el cargo a José Antonio Fúster, actual portavoz nacional del partido, quien ha aceptado el encargo "consciente del reto". Su nombre ya era de las posibilidades más sonadas, aunque aún no está claro si también asumirá su papel como portavoz en la Asamblea de Madrid.

En un comunicado, Vox reconoce a la ya expresidenta haber "logrado la implantación territorial de la formación en todo el territorio de la provincia consiguiendo ser la única fuerza política que en las pasadas elecciones municipales presentó candidatura en el 100% de los municipios".

Aunque Monasterio continuará como portavoz del partido en la Asamblea de Madrid, su salida ha sido esperada por algunos militantes. A pesar de su relevancia pública, la dirección ha buscado maneras de desplazarla. La formación ultraderechista ya ofreció a su presidenta regional un puesto en la lista al Parlamento Europeo y una posición en la fundación Disenso, que también lidera Abascal. Sin embargo, Monasterio rechazó ambas opciones.

En las elecciones autonómicas de mayo de 2023, Monasterio lideró la candidatura de Vox en Madrid, pero la dirección le impuso varios candidatos en su lista y Abascal apenas participó en su campaña. A pesar de sus esfuerzos, Vox perdió dos escaños en comparación con los resultados de 2021, en parte debido al auge de Isabel Díaz Ayuso, quien atrajo a parte del electorado de Vox con su programa populista y cercano al ultraliberalismo de extrema derecha.

La posición de Monasterio dentro del partido se debilitó aún más tras la salida de su marido, Iván Espinosa de los Monteros, en agosto. Este representaba el ala liberal del partido y abandonó la dirección nacional después de que el comité central marginara a algunos de sus colaboradores cercanos en las listas electorales.

Monasterio ha sido una de las pocas fundadoras de Vox que permanecía en un puesto relevante tras diez años de la creación del partido. No obstante, figuras como Javier Ortega Smith también han visto reducido su protagonismo dentro de la estructura de Vox.

A pesar de ser clave en la expansión del partido en la Comunidad de Madrid, donde Vox cuenta con más de 200 concejales, Monasterio no forma parte del Comité Ejecutivo Nacional, lo que ha dificultado su influencia en la dirección central del partido.