Este artículo se publicó hace 2 años.
La votación de la ley trans divide más a la derecha que a la izquierda
Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno, atrajo los focos tras romper la disciplina de voto del PSOE, pero en la derecha hubo más división: una diputada de Cs y otro del PDeCAT también se desmarcaron de la línea trazada por su partido.
Jorge Otero Maldonado
Madrid--Actualizado a
La ley trans fue aprobada este jueves en el Congreso con holgura: 188 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones. Ahora la norma sigue su camino al Senado, donde donde será tramitada de urgencia para aprobarla definitivamente.
Pese a las polémicas que jalonaron su tramitación por las discrepancias dentro del propio Partido Socialista y del propio movimiento feminista, el resultado de la votación era previsible: nadie dudaba de que la ley trans iba a salir adelante con un apoyo mayoritario del Congreso.
Sin embargo, la votación había provocado una gran expectación: había un gran interés por ver qué votarían algunas diputadas socialistas, sobre todo Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, que ha mostrado reiteradamente su oposición a ciertos aspectos de la nueva ley, sobre todo en lo que concierne a la autodeterminación de género de los menores de 16 años.
Calvo rompió la disciplina de voto del PSOE con su abstención. Fue la única entre las filas de la izquierda. En la derecha hubo más división: en Ciudadanos y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) hubo también diferencias a la hora de votar y varios diputados y diputadas se desmarcaron de la línea marcada por su grupo parlamentario.
Calvo, el caso más llamativo
Calvo concitó todos los focos porque se había mostrado muy crítica en los últimos meses con el contenido final de la ley trans pese a que cuando era vicepresidenta del Gobierno dio su visto bueno al anteproyecto consensuado por el PSOE y Unidas Podemos que salió del Consejo de Ministros hacia el Congreso. De hecho, la ley trans ha salido adelante sin la enmienda del PSOE que planteaba que un juez autorizara el cambio de sexo registral en los menores de 16 años, opción defendida siempre por Calvo.
Carmen Calvo optó finalmente por la abstención "para no coincidir con el no de las derechas", explicó a los periodistas tras la votación. "He votado en un día difícil la opción más compleja, que es lo que hay que hacer", añadió.
La diputada del PSOE fue la única que se atrevió a romper la disciplina de voto de su partido, pese a que la ley trans ha provocado "tensión en el grupo socialista", según reconocieron a EFE fuentes del propio PSOE. El malestar de Calvo era compartido por otras parlamentarias y parlamentarios socialistas. Prueba de ello es que tras promulgarse el resultado de la votación, varias diputadas y diputados del PSOE permanecieron sentados y sin aplaudir en señal de disconformidad.
Calvo afronta ahora afronta una posible sanción de 600 euros por haber roto la disciplina de voto con su abstención. Hay precedentes que invitan a pensar que será sancionada: el diputado socialista Odón Elorza recibió esa sanción económica tras romper la disciplina de voto en noviembre de 2021 por su disconformidad con la elección de Enrique Arnaldo como uno de los magistrados del Tribunal Constitucional pactados por el PSOE y el PP.
Libertad de voto en Ciudadanos y división en el PDeCAT
La abstención de Calvo fue una de las siete que hubo en la votación de la ley trans. La atención se centró en la diputada socialista, pero junto a ella hubo otras seis abstenciones entre diputados y diputadas de los partidos de la derecha, que también votaron de forma diferente a la línea marcada por sus grupos parlamentarios.
De hecho, también se abstuvieron la diputada de Ciudadanos Sara Giménez, la diputada del PP Sandra Moneo –ésta posiblemente por error–, José María Mazón , del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y tres diputados del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT): Concep Cañadell, Genís Boadella y Ferran Bel.
Junto a la de Calvo, la abstención más sonada fue la de la diputada Sara Giménez, de Ciudadanos. La parlamentaria naranja no llegó a romper la disciplina de su formación porque Inés Arrimadas había decretado la libertad de voto para evitar precisamente cualquier conato de división. En cualquier caso, Giménez fue la única diputada de Ciudadanos que se abstuvo; los demás votaron en contra.
En el seno del PDeCAT también se visualizó una fuerte división. De sus cuatro representantes, los tres ya mencionados se abstuvieron, pero Sergi Miquel también se desmarcó con su voto a favor. En este caso no ha trascendido si habrá alguna sanción para Miquel.
La división de la izquierda también se visualizó a las puertas del Congreso, donde Carla Antonelli, exdiputada socialista de la Asamblea de Madrid que abandonó voluntariamente el PSOE por sus diferencias con el sector encabezado por Calvo por la ley trans, celebró la aprobación de la norma. Antonelli no olvidó mandar un mensaje a Calvo: "Para este viaje no hacían falta tantas alforjas, se trataba de una cuestión de derechos humanos. La razón es muy tozuda y el tiempo es el encargado de poner cada cosa en su sitio".
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