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El viaje de Zapatero a Oriente Próximo, en el aire

La primera fase de su gira se haría la semana que viene en Siria y Líbano

ANA PARDO DE VERA

 Todavía a última hora de la tarde de ayer, desde su retiro navideño en Doñana y después de consultar, entre otros, al ministro de Asuntos Exteriores, al secretario general de la Presidencia y a su director de Gabinete, Rodríguez Zapatero seguía valorando los pros y los contras de realizar uno de los viajes con más significado político de esta legislatura: la primera gira por Oriente Próximo (Egipto, Líbano, Israel, Turquía, Jordania, Siria, Iraq y Arabia Saudí), que, como adelantó Público a principios de este mes, el presidente del Gobierno prevé hacer en dos fases a principios de 2009.

Sin embargo, el recrudecimiento de la violencia israelí sobre la franja de Gaza y las posibles represalias de los integristas musulmanes de Hamás, que gobierna la zona y que podría ser respaldada en Líbano por Hezbolá o en Egipto por los Hermanos Musulmanes, ha hecho replantearse al Gobierno la conveniencia y la seguridad del viaje.De hecho, la intención de Zapatero era visitar a las tropas españolas desplegadas en el sur de Líbano -frontera con Israel-, en donde 1.100 soldados participan en la operación Libre Hidalgo de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas. Además, el jefe del Ejecutivo se desplazaría a Siria, pues aunque al principio de todo la planificación, también se barajó la posibilidad de visitar Jordania, el viaje ha quedado reducido a dos países con vistas a una segunda parte que ya incluiría Israel.

En el interés de Zapatero por Oriente Próximo convergen dos de los pilares de su política exterior que, además, son productos de su iniciativa personal: la Unión por el Mediterráneo (UpM) y la Alianza de Civilizaciones.

'En el Mediterráneo está, sobre todo, una parte muy importante de nuestro futuro', recordó el presidente del Gobierno cuando lanzó su ofensiva exterior en El Prado el 16 de junio. Allí se comprometió a viajar por Oriente Próximo y estrechar relaciones, 'no sólo pensando en lo bilateral, sino también en la contribución de España en la búsqueda de la ansiada paz en la región y en la construcción de un Estado palestino que viva en paz con un Estado de Israel seguro'.

Que Zapatero elija Siria como primer destino -al margen de Líbano con militares españoles- no es, pues, casual. El régimen de Bachar el Asad apoyó a Barcelona como sede de la UpM y rompió su aislamiento internacional el 13 de julio asistiendo en París a la cumbre inaugural de esta institución.

Por otro lado, y entre otros muchas razones, España copatrocina con Turquía la AdC y ha sido este país, por el que Zapatero apuesta para el número 28 de la UE, quien facilitó la esperanza de paz entre Siria e Israel. Líbano y Siria, por otro lado, restablecieron sus relaciones diplomáticas hace meses. Si a ello suma la esperanza puesta en Obama, Zapatero no ve ni mucho menos imposible que Oriente Próximo pueda lograr la paz después de seis décadas en guerra.

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