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Unidas Podemos afronta el curso con los retos de mantener el Gobierno de coalición y reconfigurar la izquierda

El espacio confederal encara el último año de la legislatura con el objetivo prioritario de aprobar unos Presupuestos históricos y garantizar la supervivencia del Ejecutivo. 2023 será año electoral, se desvelará el futuro de Yolanda Díaz y se consumará la transformación de la izquierda.

Las ministras de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (c); Igualdad, Irene Montero (i); y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra.
Las ministras de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (c); Igualdad, Irene Montero (i); y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. EFE

El curso político que ha arrancado en septiembre tras el parón vacacional será el último de la legislatura. Todas las formaciones políticas se preparan ya para un 2023 que será electoral, pero en el caso de la izquierda, y en concreto en el de Unidas Podemos, el próximo año trae importantes retos por delante y en el espacio confederal ya se han puesto en marcha para afrontarlos.

Uno de los objetivos principales de UP es el de mantener el Gobierno de coalición con el PSOE hasta el final de la legislatura. Su presencia en el Ejecutivo ha sido clave a la hora de desplegar medidas como el ingreso mínimo vital, la ley de vivienda o la reforma laboral, así como para definir la respuesta legislativa que se ha dado ante la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania y la inflación desbocada que se vive en la actualidad.

En Unidas Podemos consideran que todavía quedan importantes iniciativas que desplegar en 2023, además de que son conscientes de la importancia de mantener el Gobierno de cara a las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán en mayo.

Sostener el Ejecutivo con el PSOE de una manera estable solo es posible si se aprueban los Presupuestos Generales del Estado del próximo año. Desde hace semanas Unidas Podemos y los socialistas negocian las cuentas y ambas formaciones están completamente volcadas en esta cuestión.

Además, en el espacio confederal entienden que las campañas electorales del próximo año van a girar en buena medida en torno a los asuntos económicos, debido a la situación estatal e internacional. Es por esto que unos Presupuestos expansivos y progresistas pueden ser una buena seña de identidad de la izquierda y de defensa de un modelo de protección social que se contrapone al de las derechas.

Este viernes, durante la celebración de un Consejo Ciudadano Estatal, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, lamentó los pocos avances en las negociaciones de Presupuestos, que en la actualidad permanecerían estancadas. Para el espacio confederal hay varias cuestiones prioritarias que, al menos de momento, los de Pedro Sánchez no respaldan.

El objetivo de Hacienda es el de tener listas las cuentas a finales de septiembre o, como muy tarde, a principios de octubre para cumplir con su presentación y aprobación en las Cortes en tiempo y forma. Sin embargo, si las negociaciones siguen sin avanzar ese objetivo se podría complicar bastante.

Primarias para afrontar el calendario electoral

El de los PGE y la estabilidad del Gobierno no es el único reto de Unidas Podemos. El espacio afrontará en 2023 una reconfiguración que atiende a varias claves y que ya este año ha dejado entrever que será un proceso difícil y no exento de tensiones.

La primera es el futuro de Yolanda Díaz; la vicepresidenta segunda se encuentra inmersa en la actualidad en un proceso de escucha, amparado bajo la plataforma Sumar, que está previsto que termine a finales de 2022 o principios de 2023. Después, Díaz deberá decidir en qué se traduce a nivel orgánico esa plataforma y si está dispuesta a ser la candidata en las próximas elecciones generales (la ministra de Trabajo ya ha dejado claro que su proyecto no llegará a las municipales y autonómicas).

Este proceso ya ha causado tensiones en el espacio de un Unidas Podemos que parece abocado a desaparecer tal y como está configurado en la actualidad. Tras el fracaso de la izquierda en las elecciones andaluzas, las relaciones entre Podemos e Izquierda Unida son más tensas que nunca, y no está garantizado que puedan ir de la mano en todos los comicios.

En ambos partidos coinciden en que lo mejor sería concurrir juntos en aquellos territorios donde existan pactos estables que no se hayan visto demasiado afectados por la situación actual. Sin embargo, en ambas formaciones también son conscientes de que en algún caso quizá no será posible alcanzar pactos, y algunas voces advierten de que esto podría pasar una factura muy cara a la izquierda.

Uno de los retos es, por lo tanto, el de transitar esa reconfiguración evitando que el espacio implosione y que sus consecuencias hagan imposible establecer las bases de futuros pactos políticos y electorales. En Podemos ya han puesto en marcha los procesos de primarias para elegir a sus candidatos, que tendrán lugar entre el 10 de octubre y el 4 de noviembre. Según fuentes de la organización, se darán alrededor de 800 procesos de primarias simultáneos en este periodo.

El objetivo de los de Ione Belarra es el de tener listas sus candidaturas para encarar los procesos negociadores que se darán tanto en el seno de Unidas Podemos (con Izquierda Unida), como en el espacio de la izquierda en general, con otras formaciones.

En los próximos meses el espacio confederal sentará las bases del plan con el que se va a afrontar 2023, un año crucial para la supervivencia del Gobierno de coalición y también para la izquierda.

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