Este artículo se publicó hace 8 años.
Los últimos gudaris reviven ante un juez las atrocidades del franquismo
José Moreno y Manuel Sagastibelza ofrecen sus testimonios a raíz de una solicitud formulada por la magistrada argentina María Servini de Cubría, encargada de la querella contra los crímenes del franquismo que se tramita en Buenos Aires. “Nos hacían comer y cagar en el mismo plato”, recordó uno de ellos.
BILBAO.- Ochenta años después del golpe de estado, Manuel Sagastibelza (99 años) y José Moreno (97) acaban de dar la penúltima batalla contra la impunidad franquista. Ambos gudaris han declarado este miércoles ante un juez de Barakaldo (Bizkaia), a quien han relatado los abusos que sufrieron tras ser apresados por el régimen. En las próximas horas, sus declaraciones cruzarán el Océano Atlántico y llegarán al despacho de la jueza argentina María Servini de Cubría, encargada de la querella que se tramita en ese país contra los crímenes del franquismo.
Moreno llegó al Palacio de Justicia de Barakaldo sobre las 11.00 de la mañana, donde aguardaban varios miembros de la Plataforma Vasca para la Querella contra los Crímenes del Franquismo. Sagastibelza, que recientemente sufrió una rotura de cadera, tuvo que esperar al juez en casa, donde prestó declaración poco antes del mediodía. Ya fuese en un escenario u otro, se trató de una jornada muy especial para quienes luchan desde Euskadi contra la impunidad. “En este ochenta aniversario del levantamiento militar fascista, nos encontramos a día de hoy pidiendo verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo”, subrayó Eduardo González, integrante de la mencionada plataforma y portavoz del colectivo Sare Antifaxista.
Esos mismos conceptos estuvieron muy presentes en las declaraciones de los dos gudaris, quienes sufrieron en carne propia las atrocidades de la dictadura franquista. Tras ser detenidos por los verdugos del franquismo, tanto Sagastibelza como Moreno recorrieron los campos de concentración del régimen y fueron obligados a realizar trabajos forzosos. En otras palabras, se convirtieron, al igual que otros tantísimos prisioneros, en esclavos del franquismo.
Moreno abandonó la sede judicial a las 12.00. “Creo que se va a hacer justicia”, dijo el último gudari del Batallón San Andrés nada más salir del juzgado. “Aquí todo el tiempo se habla de ETA -continuó- pero el franquismo también hizo cosas muy malas pero nadie se acuerda de ello”. “Los políticos del PP deben pedir perdón a las víctimas del franquismo”, reclamó. En la declaración realizada ante el juez, este antiguo combatiente vasco recordó su paso por distintas prisiones de la dictadura. “En todas padecimos condiciones pésimas; teníamos un único plato, que utilizábamos para comer y para cagar. Nos trataron como animales”, recordó.
Tras recabar esta declaración en su despacho, el juez se trasladó a casa de Sagastibelza, quien —al igual que Moreno— aportó un testimonio por escrito. En ese documento, el sobreviviente de la dictadura relata distintos hechos ocurridos en el campo de concentración de Mozarrifar, cerca de Zaragoza. “La vida era dura. Presencié cómo un piquete fusiló a la vista de los batallones de trabajadores formados a ambos lados a un compañero por haber gritado "Gora Euskadi Askatuta" (Viva Euskadi Libre). Respondimos con una huelga de hambre de tres días”, señala en su declaración. Sus dolorosos recuerdos llegarán ahora al juzgado de Buenos Aires, único lugar del mundo donde actualmente se investigan los crímenes de la dictadura franquista.
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