Sin sorpresas. La declaración por escrito remitida el pasado viernes por el ex ministro de Defensa Federico Trillo al juez Fernando Grande-Marlaska, instructor del caso del Yak-42, se ajusta al guión de lo que ha sido la defensa en todos estos años del político conservador: él no tuvo responsabilidad alguna en el alquiler del vuelo-basura en el que encontraron la muerte 62 militares españoles el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía).

Así lo han confirmado a Público fuentes judiciales, que añaden que el ministro, como ya hizo en junio de 2005 en su comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso de los diptuados, vuelve a ampararse en un decreto de 2001 que atribuyó la competencia exclusiva del alquiler de los aviones a órganos técnicos de las Fuerzas Armadas.

Un mes para declarar
La declaración, a la que posiblemente hoy tendrán acceso las partes, llega casi un mes después de que el ex ministro hubiera recibido el cuestionario. Durante este tiempo, el juez ha paralizado las comparecencias del resto de los testigos, entre ellas la del sucesor de Trillo en Defensa, Jose Bono. Éste, al contrario que el político conservador, ha rechazado acogerse a la prerrogativa de declarar por escrito y acudirá a la Audiencia Nacional.

Hasta ahora, las declaraciones de los testigos que ya han pasado por el despacho del juez Grande-Marlaska desde que la Audiencia Nacional obligara a éste a reabrir el caso, tampoco han deparado sorpresas. Los alto mandos militares han seguido al pie de la letra el guión del ex ministro y han recalcado que las quejas presentadas por los oficiales sobre las condiciones en las que viajaban a Afganistán nunca llegaron a la mesa de Trillo. Ellos, como ahora el ex ministro, también alegaron desconocer las condiciones de contratación de las aeronaves.