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Tomas falsas de la campaña (23): María Jesús Montero, quiromantes y calores de verano

La campaña en Andalucía se desarrolla en el interior a casi 40 grados a la sombra y una lectura de mano a la ministra de Hacienda deja una simpática anécdota.

María Jesús Montero, este viernes en Sevilla.
María Jesús Montero, este viernes en Sevilla. Joaquín Corchero / Europa Press

La campaña en el interior de Andalucía, en las provincias de Sevilla, Jaén y Córdoba, es dura. A la sombra, casi 40 grados. Al sol, mejor no pensarlo. Los actos públicos, cuanto más pronto o cuanto más tarde, mejor, y, a ser posible, con aire acondicionado.

En los cuarteles generales de los partidos se han planteado cambios en el formato clásico de una campaña, basada habitualmente en una nutrida ejecución de actos públicos, paseos y encuentros sectoriales.

Predomina así estos días en Andalucía el desayuno informativo, las entrevistas a medios locales y muy locales y otros horarios. Así, los actos se convocan o bien muy pronto, para que los candidatos puedan tocar la piel de la ciudadanía, imprescindible aún en estos tiempos de Inteligencia Artificial y realidades virtuales, o bien con aire acondicionado, a horas que van al límite para entrar en los telediarios.

Las horas de la calor, el tiempo de las cigarras, mejor una entrevista o un encuentro con abanico. O un refrigerio. En las localidades donde la izquierda tiene arraigo, a la hora de salir al fresco, se siguen haciendo mítines y actos. "La gente en los pueblos sigue organizando sus mítines. Además, ahora con Sumar la gente está bastante ilusionada", afirman fuentes de IU a Público.

Pedir el voto cuando en la misma acera se puede freír un huevo, como han comprobado intrépidos reporteros de Canal Sur, se acerca al surrealismo, tan querido en Andalucía.

Mucha gente no comprende la fecha de las elecciones, que, de ser unas autonómicas, no podrían celebrarse, porque la Ley Electoral andaluza lo prohíbe: no se pueden celebrar elecciones ni en julio ni en agosto, no vaya a ser que la idea de José Saramago en el Ensayo sobre la Lucidez acabe por suceder y gane por abrumadora mayoría el voto en blanco. O la abstención.

El quiromante

En esas calores estaba la campaña en Andalucía, cuando la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, se fue a Lebrija TV a hacer una entrevista con la televisión local y allí se produjo una auténtica toma falsa de campaña.

A Montero le practicaron la quiromancia. Es decir, le leyeron la mano. El improvisado quiromante le dijo que iba a durar "100 años por lo menos", lo que provocó una lógica alegría en la ministra. Y, después, le dijo, así tal cual: "La raya esta que te coge de media a media, en el sexo eres regularcita".

La ministra, una mujer muy empática, tuvo que reírse y con su desparpajo y salero natural le replicó al quiromante: "Te voy a decir una cosa: esa raya se equivoca. Debe ser que se ha borrado por algo".

El quiromante, ya metido en harina, no descartó, por cierto, una victoria del PSOE y de la izquierda, empujada por la presentadora, con ganas de salir en los zappings. A fe que lo consiguió.

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