Este artículo se publicó hace 14 años.
La semana negra de Cospedal
Ha visto como Camps y Valcárcel se hacían una foto para defender el trasvase Tajo-Segura
La secretaria general del PP y presidenta de esta formación en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha afrontado estos días más de un disgusto.
Por un lado ha visto como el líder de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y el de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, se hacían una foto para defender el trasvase Tajo-Segura. Con la reforma del Estatuto castellano manchego sobre la mesa, la tensión interna va en aumento.
Por otro ha sufrido la desautorización del vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, quien afirmó que no se iba a sancionar al alcalde de Yebra (Guadalajara) por pedir un cementerio nuclear al Gobierno, en contra del criterio de la número dos del PP.
"No llega a todo"Su círculo defiende que ha ganado peso y expectativas electorales
En las filas conservadoras creen que Cospedal se da de bruces con todos estos "problemas" por su doble papel. "No llega a todo", sentencian. Y recibe críticas por ambos lados. Desde la formación regional reconocen que ha logrado "unir" al partido tras el paso de muchos candidatos. Pero también comentan que no caben disensiones en un lugar donde todas las decisiones son "incuestionables".
"A quién te vas a quejar si tu presidenta es la mano derecha de Rajoy", cuentan. A nivel nacional, hay quien estima que no se la respeta tanto como a sus antecesores. "No es Cascos o Acebes", resaltan. Piensan que su figura está "más diluida".
Los que rodean a Cospedal mantienen que compagina ambos cargos "perfectamente". Y ven más ventajas que inconvenientes. Por ejemplo, el peso que ha ganado en las negociaciones y el aumento de sus expectativas electorales.
"Tiene una tribuna pública que la ha permitido un mayor grado de conocimiento", explica un diputado. Su entorno sostiene que en política son muchas las personas que ejercen varias funciones a la vez y que este es el único argumento de sus rivales para descalificarla.
En el partido sólo después de echar a Ricardo Costa, mano derecha de Camps, por su vínculo con el caso Gürtel, algunos comenzaron a verla con otros ojos: "Dejó de ser una simple portavoz para demostrar que ordena y manda".
Otro pone de ejemplo las reuniones que Cospedal mantuvo con Esperanza Aguirre para convencerla de que Rodrigo Rato fuera presidente de Caja Madrid. Ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha aliado con Camps y Valcárcel proclamando que nadie se puede apropiar del agua. Cospedal va ganando enemigos y Rajoy sumando esquirlas.
Arrebatar el feudo socialistaEl jefe de la oposición tendrá que medir, en algún momento, si prefiere perder votos en las comunidades donde gobierna el PP o jugárselo todo a la carta de arrebatarle un feudo al PSOE. En la sede apuestan más por lo último.
Muchos creen que a Cospedal le puede esta presión. Dicen que firmó el Estatuto junto al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, para "legitimarse". Y más de uno considera que ahora también se mueve por los votos: "Se opone al cementerio atómico porque piensa que así puede lograr dos diputados por Guadalajara, neutralizando Ciudad Real, y ganar la Junta".
Pero su prueba de fuego va a ser la de cerrar el tema del agua. Los suyos tienen la impresión de que Camps y Valcárcel, siguiendo instrucciones de Rajoy, han rebajado el tono. "Ya no hablan de reservas hídricas", mantienen. Pero nadie descarta que la bomba estalle en el Congreso con la rebelión de los diputados valencianos y murcianos. Lo que dejaría a Cospedal completamente en evidencia.
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