La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha acudido este miércoles al Congreso en medio de la tormenta por el caso Pegasus, el escándalo de espionaje que afecta a dirigentes y activistas independentistas, pero también al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la propia titular de Defensa. Este asunto no estaba en el orden del día de la comparecencia, que no era otra que "la aprobación de la Brújula Estratégica de la Unión Europea y sus efectos sobre la proyección de las Fuerzas Armadas en las misiones internacionales".

No obstante, todos los portavoces, con mayor o menor énfasis, han hecho referencia a esta cuestión, lo que ha obligado a Robles a responder, pero sin aportar nuevas informaciones parapetándose en la ley y en la celebración de la Comisión de Secretos, que tendrá lugar este jueves con la comparecencia de la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban.

Precisamente, a colación de las críticas lanzadas por los socios del Gobierno y los partidos independentistas con afectados por el espionaje entre sus filas hacia la ministra y la directora del CNI, Robles ha salido en defensa de todos los servidores públicos, que actúan "siempre con arreglo a la ley". También, y a pesar de que la sombra de la dimisión se posa sobre Esteban, la ministra ha emplazado a los portavoces a la comisión de secretos como el lugar donde la máxima responsable del servicio de inteligencia, que "está teniendo que aguantar estoicamente imputaciones", aportará "toda la información posible".

Pero estas declaraciones, escasas y poco novedosas, siguen sin convencer a Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Junts y la CUP, que piden una comisión de investigación en el Congreso con "luz y taquígrafos" (una solicitud rechazada este martes por PSOE, PP, Vox y Cs), ya que la comisión de secretos se hace a puerta cerrada y los diputados presentes están obligados por ley a guardar silencio, por lo que "no se podrá hacer publicidad de lo que de ahí se dirima", según han criticado los parlamentarios de estas fuerzas políticas.

En este sentido, el portavoz del espacio confederal, Pablo Echenique, ha afirmado salir "más preocupado" de la comparecencia de Robles, a quien ha exigido asumir "responsabilidades políticas al máximo nivel" y le ha recordado su cargo como ministra del departamento del que depende el CNI. "Creo que sabe lo que tiene que hacer, por dignidad y por la dignidad de su Gobierno", ha ahondado.

La diputada de ERC Montserrat Bassa, que ha vuelto a exigir la dimisión de la ministra de Defensa, ha dejado claro que al independentismo "no se le puede vencer con espionaje" y ha ironizado: "¿De verdad nos espían porque queremos ser independientes? Llevábamos años y meses anunciando que íbamos a hacer un referéndum y proclamar la independencia. Pero si les dijimos hasta la fecha". En esta línea, ha hecho alusión a la mesa de diálogo, pendiente de volver a convocarse: "Si quieren saber lo que piensa Aragonés, siéntense a hablar con él".

Joseba Agirretxea, del PNV, se ha centrado en denunciar "la cobardía" de quienes se niegan a dar explicaciones sobre un tema que es "un desastre" que debe ser "solucionado y respondido políticamente". "No se puede tapar lo que ya huele muy mal", ha apelado para volver a insistir al Gobierno que esclarezca los presuntos hechos delictivos.

En esta línea se ha pronunciado también el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, espiado a través del software israelí. Así, ha pedido que dilucide quién está detrás del espionaje, tanto en la vertiente independentista como en la vertiente que atañe al Ejecutivo, es decir, si es un Estado ajeno, un Estado de derecho o un Estado de desecho. "Las cloacas que operan ajenas a la Justicia", ha precisado en relación a este último supuesto.

La diputada de la CUP, Mireia Vehí, ha criticado que el Gobierno ha dado distintas versiones desde que se publicó el escándalo de espionaje en la revista The New Yorker, y ha comenzado a lanzar preguntas. Esto ha motivado que el presidente de la comisión, el popular José Antonio Bermúdez de Castro, le haya emplazado a hacer los interrogantes concretos en la Comisión de Gastos Reservados. "Ministra, hay una tormenta ahí fuera ¿Hasta cuándo va a aguantar?", ha declarado Vehí.

En cambio, la ministra de Defensa ha encontrado un aliado en las derechas que, lejos de criticar la gestión que ha hecho sobre el caso Pegasus, han afeado la división en el seno del Gobierno por este asunto. El portavoz adjunto del GPP Carlos Rojas reclama "seriedad y lealtad" a todos los miembros del Ejecutivo para acabar ya con la "ceremonia de la confusión y el rosario de declaraciones sobre cuestiones altamente sensibles que afectan a la seguridad nacional y a las instituciones del Estado".

Por su parte, Edmundo Bal, portavoz de Cs, ha agradecido a Robles por ser la "única ministra que, por sensatez y seriedad, plantea algo propio de un Estado de derecho", esto es, dejar que los tribunales investiguen. Este apoyo también se ha extendido a la directora del CNI, a quien Sánchez y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, "han puesto en la picota".