La tensión desencadenada en los últimos días a cuenta de la reforma laboral entre el Gobierno y el bloque de la investidura, y más concretamente, entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los Comuns con ERC, ha tenido este jueves su máxima representación en el Congreso, durante el pleno en el que se convalidará previsiblemente el decreto-ley sobre el nuevo estatuto de los trabajadores gracias a, entre otros partidos, Cs, PDeCAT y UPN.

Tras una extensa exposición de la reforma por parte de la ministra de Trabajo, en el turno de fijación de posiciones, el portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, ha afeado al Ejecutivo de coalición y al departamento dirigido por Yolanda Díaz "no haber querido negociar" mejoras en el marco de las nuevas relaciones laborales ni haber cumplido con lo pactado, algo que también han echado en cara los representantes de PNV, en menor medida, y de EH Bildu. Los tres, socios habituales del Gobierno, se descuelgan de la foto en esta medida clave de la legislatura al anunciar su voto en contra.

"No han querido recuperar una indemnización justa frente a despidos injustos. ¿Podían hacerlo? Sí, pero ni el Gobierno ni el Ministerio de Trabajo han querido. Primero porque lo prometieron, segundo porque se lo proponíamos, y tercero porque tenía los números de izquierdas para hacerlo", ha señalado Rufián, además de recordar que la reforma tampoco incorpora los salarios de tramitación, entre otras cuestiones que estos grupos han echado en falta.

Rufián, como anteriormente ha apostillado el diputado de la coalición abertzale Oskar Matute desde la tribuna, ha recordado una de las frases célebres del histórico dirigente de Izquierda Unida Julio Anguita: "Programa, programa, programa", ha enfatizado para después aseverar que la reforma laboral acordada con los agentes sociales "la hubiera negociado y firmado" el expresidente de Cs, Albert Rivera. "Es tan duro como eso", ha añadido.

Asimismo, después del ultimátum de los Comuns a ERC con retirar su apoyo al Govern, presidido por el republicano Pere Aragonès, si rechaza la reforma laboral, Gabriel Rufián ha advertido de que ERC "no funciona bajo amenaza". Ni por esta situación ni por la "imposición" del Gobierno de tener que avalar la reforma en el Congreso sin la posibilidad de introducir cambios, una cuestión sine qua non expresada por la CEOE y defendida por la parte socialista del Ejecutivo.

La ministra de Trabajo, con posibilidad de hacerlo, ha rehusado responder tanto a los republicanos como al resto de grupos que han fijado posición (lo había hecho anteriormente en la fijación del turno en contra solicitada por el PP). Pero la diputada de En Comú Podem Aina Vidal sí ha intervenido desde la tribuna en representación de Unidas Podemos para dirigirse casi exclusivamente a los republicanos.

En este sentido, ha deslizado que el rechazo de ERC a la norma le convierte en el "tonto útil de la patronal catalana". "¿A qué juegan ERC y Bildu tumbando derechos? Que ERC o Bildu voten con PP y Vox es difícil de explicar". "El no es injustificable para quienes se identifican de izquierdas". También, ha hecho alusión a la posibilidad de que el rechazo de los republicanos "tenga que ver con la aparición de encuestas" al alza para Yolanda Díaz.

"Chantaje" de la CEOE y del PSOE

Matute, en un tono menos bronco, ha subrayado la "coyuntura histórica" de la mayoría parlamentaria de izquierdas a cuenta de la reforma laboral. También, ha recordado que su pacto para investir a Pedro Sánchez, y posteriormente, para aprobar una de las prórrogas del Estado de alarma, incluía la "derogación" expresa de la reforma laboral. "Lo firmado, obliga".

Y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, a quien esta mañana Yolanda Díaz ha agradecido "haber debatido frente a quienes se han enrocado en el no", ha afeado el "chantaje" de la CEOE y de la parte socialista del Gobierno, también del propio Pedro Sánchez, al "imponer" los consensos en la Cámara Baja. "Han prestado demasiada atención al diálogo descuidando la mayoría en el Congreso", ha remachado.

El PP defiende la mochila austríaca

La encargada de defender la posición del PP ha sido su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra. Desde las filas populares han rechazado en todo momento apoyar esta reforma pese a su tradicional sintonía con la patronal. "El PP no tiene una concepción patrimonialista de la reforma laboral. La gran debilidad que tiene es que mira hacia el pasado y no hacia el futuro", ha dicho Gamarra. Según sus críticas, el Gobierno "opta por el control administrativo y burocrático" en lugar de "creer en la libertad de empresa".

"Esa reforma no es ni ambiciosa ni supone un salto necesario para resolver problemas estructurales en el ámbito laboral", ha añadido la portavoz popular. "No nos conformamos con dar visto bueno a lo que consideramos un mal menor por miedo a represalias", ha insistido Gamarra.

La dirigente del PP ha vaticinado que esta reforma va a tener una "corta vida" porque el PP, "como en 2012 teniendo mayoría absoluta, volverá a tomar las riendas de este país". Por último, la popular ha defendido la mochila austriaca, que van registrar como proyecto de ley en el Congreso. Una medida que, ha dicho Gamarra, "contó con el aval de Calviño". "Espero que usted no la censure y siga adelante", ha concluido.