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El PSOE marca dos líneas rojas: ni con el PP, ni con independentistas

Sánchez, no obstante, podría optar a intentar la investidura si Rajoy no logra ser presidente, para mostrarse como alternativa

El secretario general del PSOE y candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al secretario de Organización y Acción electoral, César Luena, la presidenta del partido, Micaela Navarr, el sercretario de Política Federal, Antonio Pradas, la secretaria de Igualdad, Carmen Montón, el secretario de Acción Política y Ciudadana Patxi López, y la secretaria de Sanidad, María José Sánchez , durante la reunión de la Ejecutiva socialista en la sede de Ferraz. EFE/Sergio Barrenechea

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- El PSOE ha marcado dos líneas rojas. Una Ferraz, y otra los barones. La dirección federal ha dicho alto y claro que votará “no” a la investidura de Mariano Rajoy, y que ni con su abstención ni con ningún otro subterfugio facilitará que el todavía presidente del Gobierno vuelva a repetir en La Moncloa.

Aunque hay voces aisladas y casi marginales que apuestan por la “gran coalición” con el PP, la decisión de Pedro Sánchez es firme y no tiene contestación en el partido. La idea de que el PSOE facilite un Gobierno del PP es considerada como un “suicidio político” para la mayoría de los dirigentes consultados por Público, y así también lo piensa el líder socialista.

Pero la otra línea roja, sobre la que la dirección federal no se ha pronunciado todavía, está en qué pasará después si Mariano Rajoy no es investido.

Si Ferraz dice que quiere medir sus tiempos, los “barones” socialistas avisaron este lunes alto y claro que no cabe gobernar a cualquier precio. El presidente castellano manchego, Emiliano García-Page, o el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, indicaron que el PSOE “a la oposición” que es donde le han colocado los ciudadanos, sin ninguna otra ocurrencia.

La mayoría de dirigentes federales del PSOE no quieren oír hablar de un Gobierno tripartito, cuatripartito o de más partidos, ni siquiera de una investidura que cuente con sus votos.

Pero, sobre todo, hay una línea “muy roja”, nada que hablar con los partidos independentistas, ni sobre el “derecho a decidir”, ni sobre la plurinacionalidad, ni sobre acuerdos. Un destacado dirigente socialista comentó a Público: “Cualquier paso en esa dirección para gobernar, rompe al PSOE y casi lo entierra”, dijo.

Sánchez será el que decidirá si quiere jugar a una investidura arriesgada, y muchas fuentes apuntan a que lo intentará para buscar foco mediático e intentar presentarse como alternativa al Partido Popular.

Pero aún está por ver qué pasa, porque más allá de sus ambiciones personales, dirigentes del PSOE consideran que también sería un suicidio para los socialistas hasta ganar dicha investidura e ir a una situación de ingobernabilidad y, además, para una legislatura que se antoja muy inestable y breve.

Por ello, en principio, todo apunta a que la dirección del PSOE prepara el escenario para elecciones anticipadas. Con un Congreso en primavera que, salvo sorpresas, refuerce a Pedro Sánchez en su liderazgo. Aunque eso ya es otra historia, y todavía todo está muy abierto.

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