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El PSOE cree que la bandera y Jordi Sevilla frenan el discurso del "miedo" del PP

Sólo el ala izquierda socialista le pidió a Pedro Sánchez en la reunión del Grupo Socialista que no olvidara los postulados socialdemócratas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.- Paco Campos (EFE)

MANUEL SÁNCHEZ

Madrid.- Hay aires de satisfacción en el PSOE por cómo ha calado la simbología de la bandera de España en la proclamación de Pedro Sánchez como candidato a la Presidencia del Gobierno y el anuncio, en dos tardes, de Jordi Sevilla como el “gurú” económico del partido. Con ello, creen que han frenado el discurso del “miedo” del PP por los pactos postelectorales tras el 24-M.

Era el objetivo político que se marcaban los socialistas ante la ofensiva popular de propagar la imagen de un PSOE radicalizado y vendido a los populismos y a los independentistas: buscar una imagen de centralidad. Y dan por hecho que lo han conseguido. Con dos gestos, la bandera, el escudo… y el beso, y la figura de un socialdemócrata muy liberal como Sevilla en el área económica, están convencidos que le han dado la vuelta a la estrategia de los populares.

Pedro Sánchez acudió este martes a la reunión del Grupo Parlamentario Socialista y, a puerta cerrada, ya hizo un discurso más radical que en su proclamación. Así, afirmó ante sus parlamentarios que “la legislatura está acabada y el proyecto de Rajoy agotado”.

Agradeció el trabajo de los parlamentarios socialistas en tiempos complicados y frente a una mayoría absoluta del Partido Popular, pero aseguró que sus iniciativas serán la base del programa electoral que presenten.

Sánchez estuvo crecido, mejor que nunca –dicen hasta sus más críticos-, y los socialistas cerraron filas ante su candidato. Sólo desde Izquierda Socialista se oyeron voces de que la esencia socialdemócrata no se perdiera, y también hubo alguna puya contra la escenificación de la bandera de España en el acto. El líder del PSOE replicó con contundencia.

Además, como no hizo el domingo, Sánchez arengó a sus diputados a echar el resto y a buscar a victoria electoral, que la ve más que posible sean las elecciones generales sean en septiembre, octubre o noviembre.

Y es que el líder del PSOE ha asumido que se la juega él. Formará un equipo de apoyo con nombres conocidos, pero es para “dar alpiste”, según comentó un dirigente socialista, la campaña es suya, se centrará en él y será cómo quiera planificarla.

Sánchez, aunque no hizo gala de transparencia al ser por primera vez que se da en cerrado hasta su intervención inicial ante el Grupo Parlamentario Socialista, se ve más fuerte que nunca y más seguro de sus posibilidades, aunque todavía queda mucho partido.
Cuando esta semana acabe el periodo de sesiones ordinario en el Congreso, salvo dos plenos la primera y segunda semana de julio, Sánchez ya está pensando en echarse a la carretera. Partido a partido, o pueblo a pueblo. Es su filosofía.

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