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El PSOE busca desgastar a Feijóo al presentarlo como un títere de Ayuso

La ruptura de negociaciones para el CGPJ y las últimas declaraciones de la presidenta madrileña sobre Sánchez, no desautorizadas por el máximo dirigente del PP, ejemplifican esta deriva para Ferraz y Moncloa. Los socialistas presentan al dirigente popular como un líder que no manda, que no tiene autoridad en su partido y que cede a las presiones. 

La presidenta del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la segunda jornada del Congreso extraordinario del PP de Madrid que se celebra este sábado.
La presidenta del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la segunda jornada del Congreso extraordinario del PP de Madrid que se celebra este sábado. Juan Carlos Hidalgo / EFE

"¿Es insolvencia o mala fe?". Las palabras que dedicó machaconamente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al líder del PP en septiembre en su primer cara a cara en el Senado resuenan todavía en el imaginario de los socialistas. Pero durante los últimos días tanto Ferraz como Moncloa han ido un paso más allá. El objetivo del PSOE es desgastar a Alberto Núñez Feijóo al presentarlo como un líder que no manda, una suerte de títere en manos de quien realmente tiene la influencia real en los populares. Es decir, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

Dos acontecimientos principales han desembocado en esta estrategia que no esconden, a tenor de las declaraciones públicas, en las filas del PSOE. En primer lugar la ruptura de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Aquel jueves 27 de octubre ya desde el Gobierno consideraban de manera clara que Feijóo había cedido a las presiones. "Le han temblado las piernas. Gana Ayuso, pierde Feijóo. Otro que no manda", apuntaban entonces desde Moncloa. Las presiones que recibió el dirigente gallego, desde la derecha mediática y desde sectores de su partido, mensaje de Ayuso incluido, parecen ya evidentes. 

En segundo lugar, las declaraciones realizadas por la presidenta madrileña este lunes han supuesto un paso más. Ayuso acusó a Sánchez de querer encarcelar a la oposición y de querer un golpe de Estado para derrocar la monarquía e instaurar la República. Unas acusaciones graves que según los socialistas cuestionan la democracia y requieren de una desautorización expresa de Feijóo a la presidenta madrileña. 

Estas "ayusadas", como las calificó el lunes por la mañana la portavoz de la dirección del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, tienen un claro objetivo según el Gobierno: esconder la situación sanitaria en la Comunidad de Madrid, que vive una huelga indefinida y un caos de gestión que ha desembocado en numerosas dimisiones. La misma ministra de Sanidad, Carolina Darias, aprovechó también las preguntas de los medios este martes tras el Consejo de Ministros para cargar contra la gestión del conflicto por parte del Ejecutivo del PP. 

La conjunción de ambos hechos generó un durísimo comunicado del PSOE, verbalizado también por su vicesecretaria general, María Jesús Montero. "Cuando la sociedad española necesita más de la unidad, asistimos por parte de un desarbolado Feijóo a la importación de las peores prácticas del trumpismo y el bolsonarismo que la derecha quiere instalar en España para dividir a la sociedad", destacaron sobre las declaraciones de Ayuso. 

El texto también se acordaba de Pablo Casado, expresidente de los populares. "Feijoo debe frenar esta deriva antes de que sea demasiado tarde. Cuando se hace y se dice lo mismo que Pablo Casado, se acaba como Casado: devorado por Ayuso. Los españoles no se merecen la radicalidad y el enfrentamiento al que nos quiere llevar un PP arrastrado por Ayuso, a su vez ayudada por la debilidad de Feijoo", apuntaban de forma cristalina. 

No es la primera vez desde la salida de Casado que los socialistas lo recuperan. Ya en mayo recordaron en varias declaraciones las razones de la salida del exlíder popular. Es decir, su intento por destapar la corrupción de Ayuso y, por consiguiente, el intento de taparla de Feijóo y la nueva dirección de Génova. 

Moncloa no se ha quedado esta vez ajena a la confrontación. De este modo, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, cargó también duramente contra Feijóo al ser preguntada por las declaraciones de Ayuso en la rueda de prensa celebrada este martes tras el Consejo de Ministros.

"España no merece a un partido de la posición que no crea que esto es una democracia. Parece que Feijóo se está viendo arrastrado por Ayuso u otros de su partido a las posiciones de la derecha más extrema o la derecha no democrática", dijo Rodríguez. Las críticas también apuntaron directamente al dirigente gallego por "cuestionar la democracia" española en su gira latinoamericana. 

En Ferraz consideran que la "espantada" de Feijóo con el CGPJ fue "de libro" y se vio conforme pasaron los hechos, desde la famosa portada de El Mundo, a las declaraciones de Jiménez Losantos, pasando por algunos tuits de Ayuso ese mismo días con críticas duras contra Sánchez. Recuerdan en el PSOE que ya había declaraciones de la presidenta madrileña de forma pública cuestionando la idoneidad de un acuerdo con el Gobierno.

De hecho, distribuyeron un vídeo en redes sociales hace muy pocos días que comenzaba con una pregunta: "¿Quién manda en el PP?". En él destacan los "avisos" que ha ido lanzando Ayuso a Feijóo desde su llegada a la cúpula de Génova. El primero, en el mismo Congreso de los populares celebrado en abril. El segundo, tras la primera reunión con Sánchez en Moncloa, que tuvo lugar poco después. Y ya, tras la segunda reunión, a principios de octubre después de la dimisión de Carlos Lesmes. "Me preocupa una negociación con un Gobierno como el de Sánchez, que miente por sistema y no es de fiar", dijo. 

La estrategia de confrontación directa del PSOE con Feijóo, tras unos meses iniciales de cierto tanteo, es evidente. En las encuestas, además, se está reflejando una mejoría para los socialistas, sumada en paralelo a la caída del "efecto Feijóo" que en Ferraz dan por enterrado. Los socialistas, tras unas semanas potenciando sus "contradicciones e incoherencias", ahora buscan que cale el mensaje de que es un líder sin autoridad sobre su propio partido. 

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