El PSC aspira a mantener la hegemonía y ERC, a recortar distancias: las batallas del cinturón industrial de Barcelona el 28M
El PSC quiere conservar las alcaldías de ciudades como L'Hospitalet, Badalona o Santa Coloma de Gramenet, mientras que ERC pretende afianzarse como segunda fuerza y recortar distancias, con la apuesta por candidatos conocidos como Rufián.
Barcelona-Actualizado a
El área metropolitana de Barcelona es, con diferencia, la zona más poblada de Catalunya y, obviamente, es un territorio especialmente deseado por los partidos políticos que aspiran a articular una hegemonía electoral. Ahora bien, si dejamos fuera de la ecuación la capital, la realidad es que es una zona con un dominio muy contundente del PSC, que acumula décadas de primacía, y parece muy improbable que en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo se produzca un giro significativo. Sin embargo, esto no significa que no concentre varios focos de interés muy significativos, que pesarán a la hora de hacer balance de los comicios.
¿Mantendrán los socialistas su dominio incuestionable —con varias mayorías absolutas— en buena parte de las principales ciudades metropolitanas? ¿Se consolidará ERC como segunda fuerza y reducirá diferencias con el PSC? ¿En Comú Podem preservará su feudo de El Prat del Llobregat? ¿Junts será capaz de remontar y mejorar los pésimos resultados del 2019, cuando quedó fuera de algunos de los grandes ayuntamientos de la zona? ¿El PP confirmará una cierta recuperación y, entre otros factores, se aprovechará de la más que probable desaparición de Cs de gran parte de los municipios? Estos son solo algunas de las cuestiones que se resolverán con el paso en las urnas del próximo mes.
Más de la mitad de las alcaldías, en manos de los socialistas
De entrada, situemos los datos, siempre con la exclusión de la ciudad de Barcelona. En las elecciones locales del 2019, el PSC logró un total de 250 concejales en estos 35 municipios —en torno al 33% de los sufragios—, por delante de ERC, que sumó 146 -18% de los sufragios- y los Comuns —77 electos locales y 10% de apoyo—. Ciudadanos (67), Junts (51), PP (23) y la CUP (16) son los otros partidos con más representantes locales en el área metropolitana.
Sin embargo, el predominio socialista se visualiza más claramente a través del número de alcaldías, ya que tiene 18 de 35 y encabeza el gobierno en todos los grandes municipios excepto en Sant Cugat del Vallès —donde forma parte de él, pero lo encabeza ERC— y en El Prat -donde lo hacen los Comuns-. El PSC tiene la alcaldía de la segunda ciudad más poblada de Catalunya, L'Hospitalet de Llobregat -además, con mayoría absoluta-, aparte de Badalona, Badia del Vallés, Barberà, Castelldefels, Cerdanyola, Cervelló, Cornellà, Esplugues, Gavà, Molins de Rei, Sant Adrià de Besòs, Sant Andreu de la Barca, Sant Boi, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Gramenet y Viladecans. En la mayoría tiene mayorías absolutas y está al frente del consistorio desde hace décadas.
El PSC suma 18 de las 35 alcaldías metropolitanas, mientras que ERC y En Comú Podem empatan a cinco
ERC tiene ahora mismo cinco alcaldías metropolitanas, que son Corbera de Llobregat, el Papiol, Sant Feliu de Llobregat, Santa Coloma de Cervelló y, sobre todo, Sant Cugat del Vallès. Con 95.000 habitantes es la principal ciudad de la zona que gobiernan los republicanos y lograron la alcaldía a través de un pacto con la CUP y el PSC, que les permitió desalojar a Junts, que había convertido a Sant Cugat en un fortín convergente desde hacía décadas. Junts fue el partido más votado en Sant Cugat, pero solo tiene las alcaldías de cuatro pequeños núcleos metropolitanos, como Begues, Montgat, Sant Climent de Llobregat y Torrelles y en este último únicamente la ha ostentado el último año de mandato, gracias al pacto con una formación local.
El espacio político de En Comú Podem gobierna el Prat del Llobregat (65.000 habitantes) desde 1979, primero bajo las siglas del PSUC y después con la marca ICV, antes de la actual denominación. También tiene las alcaldías de Castellbisbal, Montcada i Reixac, Pallejà y la Palma de Cervelló, ya sea directamente o a través de formaciones locales vinculadas.
El PP no tiene ahora mismo ninguna alcaldía metropolitana, si bien fue la fuerza más votada en el 2019 en Badalona —donde Xavier García Albiol encabezó el gobierno local durante parte del mandato, entre mayo de 2020 y noviembre de 2021— y en Castelldefels. Por último, están los casos de Ripollet y Tiana. En el primer municipio gobierna Decidim Ripollet, una lista de la izquierda transformadora que lleva ocho años en la alcaldía y que se situaba en el entorno de la CUP si bien es totalmente autónoma, mientras que en el segundo núcleo lo hace Junts per Tiana, un grupo local que nada tiene que ver con Junts per Catalunya.
La creciente pugna entre PSC y ERC
El PSC aspira a mantener sin problemas sus grandes feudos metropolitanos, como L'Hospitalet, Santa Coloma de Gramanet, Sant Boi o Cornellà, entre otros, donde gobierna con mayoría absoluta. En los últimos años, ERC se ha consolidado en el territorio como segunda fuerza y principal alternativa al dominio socialista, aunque sea a mucha distancia, y en esta ocasión la duda será comprobar qué impacto tendrá la apuesta de los republicanos por candidatos más o menos mediáticos.
El caso más evidente es el de Santa Coloma de Gramanet, donde Esquerra intentará debilitar la mayoría del PSC a través de su principal dirigente en el Congreso, Gabriel Rufián. Pese al efecto que pueda tener la apuesta, parece difícil que pueda evitar que Núria Parlon —alcaldesa desde 2009— revalide la alcaldía, en manos de los socialistas de 1991.
En L'Hospitalet el alcaldable de ERC es Jaume Graells, exconcejal justamente del PSC que destapó el caso del Consell Esportiu, de presunta corrupción. En manos de los socialistas desde 1979 y con Núria Marín con 15 años en la alcaldía —desde el 2008— la esperanza de los republicanos es justamente debilitar el actual predominio del partido de Salvador Illa, sin tener opciones reales de asaltar el poder. En cualquier caso, las municipales supondrán un nuevo capítulo en la pugna cada vez más enconada que mantienen ERC y PSC para convertirse en el principal partido de Catalunya, lo que no les impide entenderse ocasionalmente, ya sea en los actuales presupuestos de la Generalitat o en la alcaldía de Sant Cugat del Vallés.
Aparte de conservar sus fortines, el PSC tiene como gran objetivo consolidar la inestable alcaldía de Badalona —con cambios constantes en la última década—, aunque difícilmente será capaz de superar en votos al PP de García Albiol. Ahora bien, en la calle Pallars —sede de los socialistas catalanes— aspiran a reducir la distancia y que Rubén Guijarro pueda mantenerse en el poder gracias a pactos postelectorales con Comuns y, por ejemplo, Junts, como actualmente. Un caso similar sería el de Castelldefels, donde el PP es la primera fuerza, pero el PSC gobierna a través de un pacto con ERC. También aquí los socialistas aspiran a reducir distancias con el PP, que fundamentalmente centra sus esfuerzos en aprovechar el hundimiento de Cs para intentar mejorar sus resultados en estas dos ciudades y garantizarse, ahora sí, unas alcaldías que ya ha tenido en el pasado.
En cuanto a Esquerra, aparte de debilitar la hegemonía del PSC en las grandes ciudades metropolitanas, el partido aspira a revalidar la alcaldía de Sant Cugat, en manos de Mireia Ingla, en lo que se prevé una batalla muy encarnizada con Junts, que tiene como candidato a Josep Maria Vallès. La ciudad, que experimenta años con un fuerte crecimiento demográfico, es el gran objetivo de Junts a nivel metropolitano, dejando de lado el intento de asaltar Barcelona con Xavier Trias. ERC también pretende mantener alcaldías significativas, como la de Sant Feliu de Llobregat —donde gobierna en alianza con En Comú Podem— y aspira a obtener el poder en Montgat —donde está en la oposición, pero es la primera fuerza— y Sant Vicenç dels Horts, el municipio de su presidente, Oriol Junqueras, que justamente fue el alcalde hace unos años.
Junts quiere evitar la debacle de 2019
En Comú Podem confía en que su rechazo a la ampliación del aeropuerto y el balance de más de cuatro décadas de gestión le permitan mantener la eterna alcaldía de El Prat, mientras que aspira a avanzar posiciones con propuestas de izquierdas claramente alejadas del desarrollismo del PSC en núcleos como Cornellà, L'Hospitalet, Castelldefels o Badalona, entre otros.
Junts, a su vez, aparte de la batalla por Sant Cugat aspira a recuperarse de la debacle del 2019, donde fue literalmente barrida en muchos municipios y quedó fuera de los plenos de ayuntamientos tan importantes como el de L'Hospitalet, Santa Coloma de Gramanet, Sant Boi, Cornellà, Esplugues, Montcada, El Prat o Viladecans, entre otros. Sobre Cs la única duda es saber cuántos concejales será capaz de conservar, mientras que Vox aspira a recoger parte del vacío que la formación naranja dejará por la derecha españolista más extrema.
Por último, está el caso de Ripollet, ciudad vallesana de casi 40.000 habitantes, que en los últimos ocho años ha tenido como alcalde a Josep Maria Osuna, de Decidim Ripollet. Articulada en torno a la izquierda transformadora y de la CUP y Podem en el pasado, la formación es totalmente autónoma y aspira a mantener el poder ahora con una mujer, Txell Caler, a la cabeza.
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