Este artículo se publicó hace 3 años.
La promesa electoral de Ayuso con trampa sobre su futuro como presidenta
La candidata a la reelección por el PP, Isabel Díaz Ayuso, expresó su intención de limitar su permanencia al frente de la Comunidad de Madrid en el año 2019. Con el adelanto electoral, sus planes han cambiado.
Marta Monforte Jaén
Madrid-
Cuidado con lo que prometes, porque podría (in)cumplirse. Si nos ceñimos a la palabra dada por la presidenta madrileña y candidata a la reelección por el Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, las próximas elecciones del 4 de mayo deberían ser los últimos comicios a los que se presenta. A nivel regional, al menos. La dirigente ‘popular’ se comprometió hace dos años a limitar su presencia al frente del Ejecutivo madrileño "dos legislaturas", en aras de contribuir a la "regeneración política".
En las primeras páginas del programa electoral de 2019, Díaz Ayuso aseguró que no concebía la política "como un modo de vida", pese a que lleva más de 15 años vinculada al Partido Popular y se inició como asesora en el Gobierno madrileño con 27 años. "Cuando sea presidenta de la Comunidad no estaré más de dos legislaturas, porque creo en la regeneración política", reza el texto. Una promesa que también realizó en un desayuno informativo organizado por Vanity Fair en abril de 2019, pero que no aparece en el programa de 2021.
Díaz Ayuso prometió estar en el cargo dos legislaturas, pero ya va camino de la segunda
Desde el equipo de la presidenta madrileña lo matizan en declaraciones a Público y aseguran que Ayuso entendía dos legislaturas como ocho años, "que es lo que tradicionalmente suelen durar". La presidenta madrileña lo indicaba de este modo en una entrevista en el diario La Razón. "Cuando sea presidenta de la Comunidad no estaré más de dos legislaturas. Estaría ocho años porque, a partir de ahí, te relajas. En los cargos hay que estar temporalmente", dijo.
En el momento en el que Díaz Ayuso realizó aquellas declaraciones los sondeos dibujaban un difícil escenario para el PP, que finalmente se cumplió: la conservadora firmó el peor resultado para su formación y quedó en segundo lugar, con 30 escaños. Fue gracias a la suma de PP, Ciudadanos y Vox lo que logró auparla como presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pero fue ella —en solitario— quien pulsó el botón del adelanto electoral el pasado mes de marzo y abocó a la región a una nueva (y, de nuevo, corta) legislatura, puesto que en 2023 deberán convocarse de nuevo elecciones, como marca el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid.
Se inicia una nueva legislatura tras el 4-M
Para Carlos Fernández Esquer, doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid e investigador en el Centro de Estudios de Partidos Políticos, no hay duda de que tras las elecciones del 4 de mayo comienza una nueva legislatura. "Habrá nuevos diputados, cuatro escaños más en la Asamblea de Madrid, puede que desaparezcan grupos parlamentarios, las iniciativas que se estuviesen tramitando habrán caducado, se tendrá que investir un nuevo presidente o presidenta, que formará un gobierno nuevo", señala en conversación con este medio.
Fernández Esquer cree que el equipo de Ayuso se escuda en una interpretación "porque querrán dar a entender que políticamente es una continuación", pero que "jurídicamente no hay duda de que es una nueva legislatura", que se conformará tras los comicios. Así queda reflejado en el apartado 7 del artículo 10 del Estatuto de Autonomía de Madrid, que señala que las elecciones tendrán lugar el cuarto domingo de mayo cada cuatro años.
El investigador hace hincapié en que el concepto de legislatura "tiene que ver con el periodo que se desarrollan las sesiones" y sigue siendo válido, aunque admite que en un escenario multipartidista "es más probable que se agote" antes de los cuatro años. Fernández señala que los parlamentos fragmentados también pueden provocar gobiernos más inestables porque "están en minoría o hay desavenencias entre los socios de Gobierno", como ha sido el caso del Ejecutivo de PP y Ciudadanos en Madrid.
Madrid podría evitar nuevas elecciones en 2023
Según apunta Fernández, la Comunidad de Madrid forma parte de esas regiones de "vía lenta" que están obligadas a celebrar elecciones cada cuatro años, independientemente de que se produzca un adelanto electoral. Este también sería el caso de Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla-La Mancha y Murcia. Una norma que se puede cambiar, pero cuyo procedimiento es "complejo" porque "tienes que aprobarlo primero en el Parlamento autonómico, luego en las Cortes Generales, y, en algunas autonomías, "incluso tienen que someterlo a referéndum", expone.
"A mí me parecería bien que cada uno celebrase elecciones cuando lo considere", razona el investigador. "Si te fijas en otros países federales o con estructura territorial compleja, como Alemania, cada cierto tiempo hay elecciones en un Land distinto. También sucede en Italia con las regiones", continúa. "No hay que tener miedo a que cada autonomía celebre elecciones en fechas diferentes. No sé si el PP tiene intención de hacerlo porque el estatuto tiene que pasar por las Cortes Generales, pero no es descartable", zanja.
Las comunidades autónomas históricas, como Catalunya, Andalucía, Galicia o Euskadi, siempre han podido disolver su parlamento y han llevado sus propios ritmos electorales. Otras como la valenciana, la balear o la extremeña realizaron reformas estatutarias a partir del año 2006 e "introdujeron la posibilidad de disolver anticipadamente el parlamento, convocar elecciones, y romper con el calendario electoral común". Fernández cita el caso de la región presidida por Ximo Puig, que adelantó los comicios autonómicos un mes en el año 2019 para hacerlos coincidir con los generales.
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