Las primeras escaramuzas entre PP y PSOE anticipan una legislatura lenta y bronca
Los dos partidos ya han chocado en la distribución de los diputados en el hemiciclo o la formación de grupos parlamentarios. Este martes, a las 11h, segunda reunión de la Mesa del Congreso.
Madrid--Actualizado a
Han pasado dos semanas desde el 17 de agosto. Aquel jueves se constituyeron las Cortes Generales y se dio por iniciada la legislatura. Estos 15 días les han bastado a los principales partidos para dibujar un primer esbozo del carácter que tendrá este ciclo político, siempre y cuando algún candidato logre formar Gobierno.
El reparto de mayorías entre el bloque progresista y el conservador —el PP reina en el Senado, mientras que PSOE y Sumar tienen mayoría en la Mesa del Congreso— anticipa una legislatura ardua, donde los choques excederán el terreno puramente ideológico y, a menudo, tendrán un perfil técnico.
La próxima reunión de la Mesa del Congreso se celebrará este martes a las 11. De momento, no ha trascendido mucho de la agenda. Sí se sabe que se discutirá la distribución en el hemiciclo, es decir, los asientos que ocupará cada grupo parlamentario durante la legislatura. Así lo confirman fuentes de presidencia de la Cámara a Público.
Es algo que se iba a abordar en el primer encuentro de los miembros del órgano, celebrado el 28 de agosto. Sin embargo, el Partido Popular habría mostrado su disconformidad acerca de la propuesta que lanzó el lado progresista de la Mesa y se decidió posponer la discusión. No es un tema trivial. Fuentes conocedoras de la negociación aseguran que PSOE y Sumar propusieron que ERC, JxCat, EH Bildu y PNV ocuparan el bloque central del hemiciclo, dejando el sector derecho a PP y Vox.
Pero los populares no estuvieron de acuerdo, reclamaron para sí todo el bloque derecha y, para Vox, parte del bloque central, un espacio que ya ocupó Ciudadanos, con 32 diputados (uno menos que el actual grupo parlamentario de la extrema derecha) entre el 2016 y el 2019, en la duodécima legislatura, con Mariano Rajoy como presidente.
El puesto que ocupa cada diputado es importante para los grupos porque maximiza o minimiza —depende del espacio que se logre— la visibilidad del bloque en televisión. Bildu, por ejemplo, prefiere que sus diputados estén en bloque (tres y tres), en lugar de los seis en fila, de manera que, cuando aparezcan en televisión, sea más fácil que se aprecie toda su representación. Todo ello se discutirá este martes.
El Senado ya retrasa los planes socialistas
Cuando el 23J dio mayoría en el Senado al PP, que ya contaba con ventaja por los senadores designados por las autonomías tras sus buenos resultados el 28M —qué lejos queda ya eso—, se escribió mucho sobre su poder para retrasar los procesos de un eventual Gobierno progresista. También sobre la presión que los populares iban a poder ejercer desde la Cámara Alta.
Ya en la primera reunión de la Mesa del Senado, que cuenta con cuatro miembros populares y tres socialistas, el PP ha postergado la ratificación de los grupos de JxCat, PNV e Izquierda Confederal por "dudas" sobre su encaje en el reglamento.
Los argumentos que esgrimió el popular Javier Maroto, vicepresidente de la Mesa del Senado, el pasado martes 29 de agosto no terminaron de convencer. Alegó que el PP había paralizado la formación de los grupos propios antes mencionados porque era una anomalía que se formasen con más senadores prestados que propios del grupo. La realidad es que el único caso que encaja en la justificación del veto preventivo del PP es el de Izquierda Confederal.
Al PNV, con cinco senadores, el PSOE le prestaba otros cinco (la mitad), mientras que JxCat, con tres senadores más el de Coalición Canaria, el de BNG y el de la Asociación Herreña, solo recibiría cuatro prestados del PSOE. Los socialistas volverían a casa una vez ratificado el grupo y los otros seis permanecerían. Fuera como fuere, el PP paralizó el proceso y pidió un informe a los letrados del Senado. Se resolverá, previsiblemente, durante esta semana.
Sí se ratificaron, en cambio, los grupos propios de ERC y JxCat en el Congreso, a pesar del voto negativo del Partido Popular, que no aceptó la solución creativa que tejieron PSOE, Sumar, ERC y JxCat para que los dos partidos independentistas obtuvieran el estatus. En un primer momento, el entorno del PP pareció sopesar, incluso, elevar el caso a instancias superiores porque lo consideraban un "fraude parlamentario y electoral" con el Reglamento en la mano. No llegó la sangre al río.
También se opuso el PP a la propuesta del bloque progresista acerca del número de portavoces adjuntos permitidos para los grupos parlamentarios en el Congreso por "falta de equidad". En este caso, igual que en el anterior, la mayoría de PSOE y Sumar en la Mesa aprobó que los partidos grandes podrán tener cinco portavoces adjuntos; los medianos (Vox y Sumar), tres y los pequeños, dos.
Reproches incluso en los acuerdos
Incluso en una decisión aparentemente acordada, como lo fue la que fechaba el intento de investidura de Feijóo el 26 y 27 de septiembre, han aparecido ya los reproches. El PSOE critica que el PP "haga perder el tiempo a los españoles" con una investidura de Feijóo abocada al fracaso, mientras que desde el PP deslizan que fue Francina Armengol quien propuso la fecha a finales de septiembre. El equipo de la presidenta del Congreso lo niega: "Fue Feijóo quien sugirió esas fechas".
En cualquier caso, 15 días de legislatura, mucho choque y poco consenso. Durante esta semana, las dos cámaras seguirán avanzando en la construcción de los cimientos de una legislatura incipiente y Alberto Núñez Feijóo irá tachando días en su particular calendario, el de un debate de investidura que, quizá, no quiera que llegue.
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