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Presupuestos Sánchez ordena al Gobierno guardar silencio sobre los Presupuestos hasta que tengan atados los apoyos 

El techo de gasto y la senda de déficit, la antesala de los PGE, llegan este jueves al Congreso de los Diputados. En el Ejecutivo de coalición no han querido pillarse los dedos anticipando los plazos en los que enviarán las cuentas, conscientes de la volatilidad de la situación en Catalunya, y del necesario respaldo de ERC para que salgan adelante. No las llevarán a la cámara hasta garantizarse su aprobación

14/01/2020.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (C), preside el primer Consejo de Ministros, celebrado este martes en el Palacio de la Moncloa. EFE/ Emilio Naranjo
14/01/2020.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (C), preside el primer Consejo de Ministros. EFE/ Emilio Naranjo

ALEJANDRO L. DE MIGUEL / MANUEL SÁNCHEZ

El Gobierno de coalición no sólo esperará a tener amarrados todos los apoyos antes de llevar al Congreso de los Diputados el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2020, en el que ya trabaja, sino que además intentará no revelar detalles sobre las cuentas públicas hasta tener garantizados todos los votos necesarios para su aprobación.

Fuentes del Ejecutivo aseguran a Público que el presidente, Pedro Sánchez, ha ordenado al resto de miembros del Gabinete que guarden silencio absoluto sobre estos números. Sánchez no quiere que se conozcan datos siquiera parciales sobre los Presupuestos, al menos hasta tener amarrados los apoyos necesarios.

El Ejecutivo sabe que es urgente liquidar las cuentas de Montoro, pero no llevará los Presupuestos a la cámara hasta tener amarrados los apoyos

Así, el jefe del Ejecutivo busca evitar filtraciones que dificulten las negociaciones a cuenta de los PGE entre las dos fuerzas que sustentan al Gobierno, PSOE y Unidas Podemos.

También quiere prevenir que se utilicen estas cifras parciales para articular informaciones que destaquen la existencia de cabos sueltos para su aprobación.

Además, el Gobierno se expone este jueves al primer examen en el Congreso de los Diputados sobre esta materia. El mismo día en que todos los departamentos ministeriales deben remitir a la Secretaría de Estado de Presupuestos sus borradores para la elaboración de estas cuentas públicas, la Cámara Baja debatirá y someterá a votación el techo de gasto y la nueva senda de déficit para 2020. Hasta el momento ERC, cuya abstención es imprescindible, aún no ha aclarado el sentido de su voto.

Con todo, esta es la antesala de la tramitación de los Presupuestos, aunque nadie en el Ejecutivo quiere hablar de plazos. En varias ocasiones, la Ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha rechazado aventurar fechas, y ha afirmado que las cuentas llegarán a la cámara cuando su aprobación esté asegurada.

Y esto no es una fórmula dialéctica para esquivar la cuestión: dada la necesidad de contar con el apoyo de ERC -aquí no bastará la abstención-, vista la volatilidad de la política catalana, y de que el president, Quim Torra, puede apretar el botón del adelanto electoral cuando le convenga, en el Ejecutivo extreman las precauciones. 

Desde el inicio de su andadura, en enero, el Gobierno ha insistido en la urgencia de aprobar sus propias cuentas, especialmente teniendo en cuenta que los Presupuestos de Mariano Rajoy, que el Ejecutivo del PP sacó adelante en mayo de 2018, han sido prorrogados hasta hoy.

En el Ejecutivo tienen claro que no puede seguir funcionando con los números del exministro Cristóbal Montoro, pero tampoco están dispuestos a la humillación de que las cuentas sean rechazadas.

Exagerada preocupación por controlar la información

Por otro lado, y también desde el inicio de su andadura, el Ejecutivo ha dejado ver su preocupación y casi obsesión por evitar filtraciones. Sin ir más lejos, la comisión que supervisa el cumplimiento del pacto de coalición, reunida por primera vez el pasado jueves, es el espacio en el que teóricamente deben dirimirse los asuntos relacionados con esta materia.

Entre otras cuestiones, el pacto recoge que los miembros del Gabinete se comprometen a la "máxima discreción" en lo que respecta a acuerdos y negociaciones "en el seno del Gobierno", como por otra parte es de sentido común en cualquier ejecutivo.

Además, tras revalidar La Moncloa, entre los cambios de estructura en el Gobierno Sánchez ha dispuesto que la Secretaría de Estado de Comunicación pase a depender orgánicamente de su hombre de máxima confianza y jefe de Gabinete, Iván Redondo. Hasta ahora, Comunicación dependía del Presidente, y el hecho de dotar a su jefe de Gabinete de esta competencia evidencia hasta qué punto preocupa a Sánchez la gestión de la comunicación.

e hecho, también en la Ejecutiva del PSOE son constantes los llamamientos a que no haya filtraciones sobre lo que se habla en las reuniones, con advertencias explícitas a sus miembros. House of cards.

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