Este artículo se publicó hace 2 años.
El PP se lo juega todo a ETA y no entra en el fondo del discurso social del Gobierno
Cuca Gamarra no reaccionó a las medidas anunciadas por Pedro Sánchez y usó la memoria de las víctimas del terrorismo de ETA para atacar al presidente. Los populares dicen que el Gobierno se ha "podemizado"
Madrid--Actualizado a
Génova prometía un discurso económico en el debate del estado de la nación pero Cuca Gamarra se subió a la tribuna a las cuatro en punto de la tarde para hablar de ETA. La bancada popular, con Núñez Feijóo de espectador, se había preparado para la ocasión con un lazo azul en sus solapas, símbolo de la resistencia civil contra la banda terrorista en el País Vasco. El hemiciclo venía de escuchar por la mañana una cascada de medidas anunciadas por Pedro Sánchez, como la creación de un nuevo impuesto a las grandes entidades financieras, pero Gamarra no reaccionó en su intervención y tardó diez minutos en hablar de otras cuestiones que no fuesen el "deterioro de las instituciones". Lo que para el PP son los acuerdos del Gobierno con EH Bildu y ERC.
El tono de Gamarra este martes recordó al del más duro Pablo Casado. Dijo de Sánchez que "por un puñado de votos" ha entregado "a Bildu lo que ETA no consiguió con sus bombas". Lo diputados de la formación abertzale escuchaban desde sus escaños como la portavoz del PP les hacía protagonista de su diagnóstico de España.
Esa fue la estrategia del PP de Feijóo. Nada más subirse a a la tribuna de oradores, Gamarra pidió un minuto de silencio a la Cámara en memoria de Miguel Ángel Blanco. Mientras los diputados guardaban silencio, todos sin excepción, miembros de la cúpula de Génova vigilaban desde los asientos reservados para invitados quién se levantaba y quién no. La presidenta de la Cámara, Meritxel Batet, respetó el momento pero le reprochó a la líder del PP que no se lo hubiese comunicado a los portavoces.
Desde la dirección nacional del PP defienden que Gamarra "tiene derecho" a guardar un minuto de silencio en el uso de su tiempo de intervención y se muestran molestos con la reacción de la presidenta del Congreso. Niegan también que con ello buscasen ver la reacción de otros grupos parlamentarios, como Bildu, ERC o Podemos. Lo cierto es que varios diputados tardaron escasos minutos en mover en redes sociales una fotografía de Batet sentada durante el minuto de silencio cargada de críticas.
Las referencias a ETA fueron constantes y marcaron también las réplicas con el presidente del Gobierno, que les afeó que se apropiasen de las víctimas del terrorismo y del expresidente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. En su exaltación de otro PSOE que no sea el de Pedro Sánchez, el PP pone a Rubalcaba como ejemplo de buena política antiterrorista. "¿Este Rubalcaba al que invocan el al mismo al que llamaban cómplice de ETA, agente encubierto de ETA, encubridor de ETA?", le espetó Sánchez.
Feijóo, espectador dentro y fuera
Feijóo escuchaba desde el escaño de jefe de la oposición. Desde ahí, horas antes, había conocido las medidas sociales que Sánchez tenía guardadas para la ocasión. Entre ellas, un impuesto a la banca y a las eléctricas, aumento de las becas para estudiantes, refuerzo del Sistema Nacional de Salud o bonificaciones en transporte ferroviario (Consúltalas todas aquí). Dos horas después Gamarra solo acertó a decir que había que esperar a "conocer la letra pequeña". Y desplegó el programa económico del PP.
Para los populares Sánchez se ha "podemizado", aseguran. Trasladan desde Génova que el impulso social que el presidente del Gobierno le ha dado a la agenda legislativa del Gobierno responde a una estrategia electoral para dejar sin espacio político a Yolanda Díaz.
Lo cierto es que si Feijóo esperaba que, bajo el mantra de la moderación, el PSOE se acercase al PP en busca de apoyos para distanciarse de sus socios, no ha sido así. Solo para la renovación del CGPJ estaban obligados a entenderse, como manda la Constitución, pero el bloqueo constante del PP ha llevado al Ejecutivo a impulsar una reforma de la ley del Poder Judicial que le permita al menos renovar el Tribunal Constitucional.
La gran baza de Feijóo era la economía y se presentaron como salvadores de la "debacle" económica que anuncian para España. Pero el Gobierno ha ignorado su plan e impulsa su propia hoja de ruta de la mano de sus socios de investidura. Este jueves se vota el segundo decreto anticrisis y, según los populares, Sánchez no está negociando con ellos su voto porque no es decisivo. Fuentes de la dirección nacional aseguran que ya lo tienen decidido y que se sabrá el mismo día de la votación.
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