Este artículo se publicó hace 8 años.
El pequeño Nicolás, Manos Limpias, De la Rosa y su “mortadela especial” por presentarle a los Pujol y los Núñez
Los mensajes enviados entre el falso agente de vicepresidencia del Gobierno y el ex presidiario demuestran que querían “sacarle el dinero” al ex president catalán y al del Barça tras gestar un presunto acuerdo con Miguel Bernard para rebajar sus imputaciones
Patricia López
Se hacía pasar por agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y por enviado de vicepresidenta del Gobierno, intentando cerrar dos acuerdos que estaría avalados por su “jefa”, Soraya Sáenz de Santamaría, y también por la acusación popular en los mismos, Manos Limpias. Francisco Nicolás Gómez Iglesias encontró de intermediario a Javier de la Rosa, a quien le ofreció unos 200.000 euros – “mortadela”, según su código para hablar de dinero- a cambio de presentarle al abogado de los Pujol, Cristóbal Martell, a Oriol Pujol y a José Luis Núñez hijo.
Las reuniones se produjeron, pero ni los Pujol ni los Núñez picaron el anzuelo que en el verano de 2014 le pusieron su amigo el ex financiero, el veinteañero y presunto estafador y el presidente del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernard.
El 13 de septiembre de 2014, según consta en el informe entregado por los investigadores al juez Arturo Zamarriego, el pequeño Nicolás organizó en Madrid una reunión a las 19 horas a la que asistiría Miguel Bernard y De la Rosa. El asunto era hablar de José Luis Núñez y sus problemas judiciales. Nicolás le escribe para informarle de que “Miguel Bernard se encuentra fuera en un asunto familiar. Le parece bien si hablamos el domingo a las 19h que ya estaré operativo’”. El financiero le envía un mensaje con un enlace a una noticia de La Gaceta sobre uno de los asuntos judiciales Pujol y escribe: “para que lo lea MB [Miguel Bernard]. Lo comentaré a las 19 con MB”.
Tres días después, en el hotel Meliá, el ex financiero y el presunto agente del CNI grabaron una larga conversación en la que el “arrepentido” contaba todos los trapos sucios de la familia Pujol, su abogado Cristóbal Martell y también el engaño que había sufrido en 2012 por el comisario José Manuel Villarejo, quién haciéndose pasar por el abogado y agente del CNI le había dejado a deber 250.000 euros.
Posiblemente, sospechan algunas de las partes consultadas por Público, fue en ese momento cuando se elaboraron los informes con la portada de Gobierno de España, con los que Francisco Nicolás quería convencer a los Núñez de que vicepresidencia del Gobierno quería llegar a ese acuerdo.
Sólo diez días después de este encuentro en Madrid, el veinteañero se va a Barcelona con sus informes falsos bajo el brazo para reunirse allí de nuevo con Javier de La Rosa y que este le presente a Cristóbal Martell, a los Pujol y los Núñez. El financiero está tan entusiasmado con la operación que incluso le invita a una comida con Jaume Giró, hombre fuerte de La Caixa.
De la Rosa está pasando en ese momento por problemas médicos, que conocen sus allegados, y comienza a reclamarle al pequeño Nicolás parte del dinero que le ha prometido. Al principio suena a broma: “a qué hora me dirás y puedo decir al médico… que venga a comer Mortadela italiana especial que me traen?”(sic). Pero no recibe respuesta y al día siguiente vuelve a escribirle preocupado: “Durante 20 años siempre que iba a venir a traerme embutidos… los seguían y no lo hacían” (sic) y le recuerda que: “Cuando te convino me llamaste a cualquier hora para que fuera a CM [Cristóbal Martell] y a JLN [José Luis Núñez] personalmente.
Dos días después de estos mensajes, el pequeño Nicolás sigue sin dar señales de vida y De la Rosa comienza a enfadarse. En un largo mensaje le explica en tercera persona las razones que dar a Soraya Sáenz de Santamaría “o a quien se más eficaz, para comer Mortadela” en el que hay varios puntos destacables: “Ha aportado información (toda ella veraz) para el posible acuerdo con los p [Pujol]”; “le envié por razones del momento a ver a su antiguo lawyer CM [Cristobal Martell] a las 9 de la mañana (a pesar de no ser santo de su devoción dicho lawyer…) y me preparó una reunión a la que vine expresamente de M [Madrid] a pesar de no querer en principio CM”; “al día siguiente lo envié por la noche y la mañana siguiente (pues no respondía) a la casa y despacho de JLNu [José Luis Núñez] y me preparó otra visita que le hice en B [Barcelona] a dicho señor”.
Javier De la Rosa está de camino a Madrid e intenta quedar con Francisco Nicolás o con quien sea que le dé su dinero. Le indica al veinteañero que le recuerde a la vicepresidenta del Gobierno y al CNI que: “El reclamaba 250 grs que le habían escatimado los que prepararon el informe y si denuncia a la UF [UDEF] a finales de 2012, con grave deterioro familiar por haberlo hecho. Yo le convencí de que con 100 grs y unos grs más aceptara”.
Y concluye: “Hoy es su cumpleaños y yo aconsejaría que se le recibiera en Atocha y se le reenviara de inmediato a B [Barcelona] en coche de confianza con las dos Mortadelas: la grande y la adicional”.
Algo debió recibir De la Rosa en Madrid porque al día siguiente, 30 de septiembre, porque ya de vuelta en Barcelona el financiero le escribe que le estaba esperando “un coche de los N [Nuñez] para llevarme al despacho de C Martell” y añade “leyó los papeles que me parecen le impresionaron y gustaron, pidió opinión del joven ayudante de CM, me pidió copa que le dije que no le podía dar… y me dijo que iba a llamar a su padre”.
El pago parece confirmarse, aunque la cantidad no se acerca ni de lejos a los 200.000 euros que reclamaba. “Creo que el objetivo de que vieran que lo habías conseguido tú se obtuvo (a costa de mis riñones y 500 euros… jaja) y creo que se podrá hablar de contraprestación”.
Pero Manos limpias estaría también involucrada en ese pago de dinero, según las acusaciones que ya han pedido la imputación de Miguel Bernard, por dos motivos: Javier de la Rosa le escribe a Nicolás que “hoy va a la charcutería de ML [Manos Limpias] a trabajar más aún por todos”; y también porque en las anotaciones de deuda encontradas al pequeño Nicolás hay una que indica “10.000 Manos Limpias”.
En cualquier caso, De la Rosa insiste con sus indicaciones al pequeño Nicolás para cuando hable con la vicepresidenta: “Hoy, según hemos acordado, por favor cojes (sic) y te vas a la Charcutería Principal a las 8 del Matías y te instalas. Haces que la Principal llame al de los 50 grs. Y después de aclararle al de los 100 grs que son “envueltos en papel único”, haces que la Principal llame también para garantizar la calidad del embutido. Y con todo eso (faltaran 25 grs más) te vienes el miércoles (es decir, mañana) aquí, cambias el embutido envuelto por el que te consta tienen sin envolver aquí donde vivo y lo entregas al cliente que se está PORTANDO, mejor que nadie!!!”.
Pero Francisco Nicolás, que paralelamente está recibiendo las continuas quejas de otros empresarios a los que les llegó a deber más de 800.000 euros, no contesta. El 10 de octubre el ex financiero le escribe que “no solo no has ayudado, sino que me has engañado y me has utilizado para sacarles el dinero a los P y a los NyÑ”. Y desmonta por fin el engaño al reconocer que el presunto estafador que “que se presenta en nombre de V… S.. [la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría] que habla lo que has hablado con O [Oriol Pujol], con CM [Cristóbal Martell], con JLN [José Luis Núñez] y que ha dormido en mi caso haciéndose pasar por…”
Los mensajes intercambiados tanto con Oriol Pujol, como con el hijo de José Luis Núñez o el abogado Cristóbal Martell demuestran que esos contactos se llegaron a producir, pero que todos ellos declinaron la oferta del presunto estafador.
Finalemente, el 14 de octubre, De la Rosa amenaza a Francisco Nicolas con sentarse esa tarde “con todos los que trataste en Barcelona y enviamos un informe a Vicepresidencia sobre la utilización de su nombre para pedir dinero a cambio de favores judiciales, con copia a Presidencia, de tu actuación en Barcelona desde mediados de septiembre. Varólalo”.
Pero el pequeño Nicolás ya no podía contestar. El Grupo IX de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, que dirigían el comisario Marcelino Martín Blas y el inspector Rubén López, lo había detenido.
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