Al máximo nivel, PSOE y Unidos Podemos han iniciado este lunes un nuevo camino de cara a aprovechar la minoría parlamentaria del Partido Popular en el Congreso para buscar pactos de izquierdas en distintas materias que modifiquen las políticas realizadas por los populares en el último lustro.

Pedro Sánchez, que ha asistido a la reunión con Iglesias en el Congreso de los Diputados acompañado de los máximos dirigentes del partido (Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Susana Sumelzo, Manuel Escudero, Toni Ferrer, Pedro Saura, entre otros), siempre ha creído que en lugar de “sacar migajas” al Partido Popular a cambio de la gobernabilidad –como hizo la Gestora-, hay campo para cambiar muchas políticas desde una perspectiva progresista, y una mayoría en la Cámara Baja para poder hacerlo.

Por ello, el nuevo líder del PSOE acude al encuentro con una agenda de temas en los que, en su opinión, se puede llegar al consenso con la formación que dirige Pablo Iglesias.

Es una línea similar a la adoptada por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que mantiene fuera de foco su oferta de presentar una moción de censura a Mariano Rajoy antes de final de año. En público y en privado, los dirigentes del partido morado y de su grupo parlamentario afirman que la moción es el "único" mecanismo capaz de dar la vuelta a todas las políticas del PP. Abordan estas reuniones con voluntad de que la colaboración con el PSOE dé frutos lo antes posible, para comenzar a persuadir al partido de Sánchez de la importancia de echar a Rajoy de la Moncloa.

La representación por parte de Unidos Podemos y del partido morado también es de primer nivel. De hecho, está presente el número dos del partido y secretario de Organización, Pablo Echenique, que ya jugó un papel destacado en las negociaciones para concurrir a las pasadas elecciones generales con IU.

Además de Iglesias y Echenique han asistido la portavoz parlamentaria, Irene Montero, así como los portavoces adjuntos y líderes de las confluencias, Xavi Domènech (En Comù Podem), Yolanda Díaz (En Marea) y el coordinador federal de IU, Alberto Garzón. También están la vicepresidenta cuarta del Congreso, Gloria Elizo, el diputado y secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, la diputada y coportavoz de la Ejecutiva de Podemos, Noelia Vera, y el responsable de Economía del partido morado, Nacho Álvarez.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. EFE

Pactos concretos

Inicialmente, los socialistas ven más factible empezar por lo que denominan el plan de rescate a la juventud, con medidas de apoyo al empleo de los jóvenes, incentivos para su emancipación o planes para el regreso de los que se marcharon fuera de España por la crisis. En los programas de ambos partidos se contemplan propuestas similares para afrontar estas situaciones, y no parece difícil llegar a concreciones, teniendo en cuenta que Sánchez e Iglesias ya se han referido públicamente a su entendimiento en estos asuntos.

Aquí, como en otros temas que lleva Sánchez, el escollo está en que si las propuestas aprobadas chocan con la modificación del gasto presupuestario el Gobierno tiene el perfecto pretexto para obviar lo que apruebe el Parlamento. No obstante, se están buscando fórmulas para sortear dicha normativa.

Sánchez, además, pretende negociar con Podemos la denominada “Declaración de Barcelona”, aprobada el pasado viernes por las Ejecutivas de PSOE y PSC, y en la que se busca una “tercera vía” para afrontar el denominado problema catalán. El PSOE espera que el partido morado se sume a la reforma constitucional de ámbito federal que plantean los socialistas, así como en sus propuestas para una nueva financiación y la restauración del Estatut que echó abajo el Tribunal Constitucional a través de nuevas leyes orgánicas que, en este caso, sí podrían contar con una mayoría en Las Cortes.

En lo que no habrá acuerdo es en lo que respecta al referéndum del 1 de octubre, donde el PSOE mantiene su rotunda oposición a esta consulta que considera ilegal. Podemos defiende un referéndum vinculante, y concibe esta consulta como una "movilización política legítima" que no servirá de solución. No llama a la participación el 1-O, a diferencia de su rama catalana, Podem.

Otro ámbito que quiere abordar Sánchez con Iglesias está relacionado con medidas sociales muy concretas. Así, quiere convencer a Podemos para impulsar ya la Iniciativa Parlamentaria Popular (IPP) promovida por los sindicatos para establecer una renta mínima vita para personas sin recursos. Dicha iniciativa lleva desde febrero durmiendo el sueño de los justos en el Congreso, con ampliaciones sucesivas de plazos de enmienda. Sánchez quiere que salga ya.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. EFE

También quiere el apoyo de Podemos para forzar la subida de los salarios y, además, quiere también consensuar con el partido de Iglesias medidas contra la corrupción del Partido Popular.

La idea del PSOE, en principio, es que cada grupo es autónomo y presentará iniciativas según sus prioridades políticas, pero sí quiere buscar consensos previos para que puedan salir adelante.

Otro temas más polémicos como la reforma fiscal –donde hay serias diferencias de modelo con Podemos-, o el Tratado de Comercio con Canadá se aparcan en un principio, porque Sánchez quiere primero que se empiece a generar confianza mutua y, sobre todo, buscar los puntos en común de ambas formaciones. También quiere que este tipo de encuentro sea habitual y una forma de trabajo de ambos partidos durante esta legislatura.

Esta visión es también compartida por Unidos Podemos. En las últimas semanas, Iglesias ha incidido en que hay vías de comunicación permanentemente abiertas con Sánchez, como ocurre también entre las portavoces, Robles y Montero. El líder de Podemos sostiene que no puede "ser noticia" que se reúnan, y espera que las conversaciones entre equipos sobre diversas materias arranquen lo antes posible.