Operación Alejandro: el PP busca aglutinar el voto españolista en Catalunya y desgastar al PSC para debilitar a Sánchez
Alejandro Fernández se ha impuesto a Génova como candidato para el 12 de mayo, y aspira a una fuerte remontada concentrando los votos de la derecha constitucionalista con el discurso antiindependentista.
Barcelona--Actualizado a
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, lleva muchos meses caminando sobre el alambre, pero al final ha demostrado ser uno de los mejores funambulistas de la política catalana y probablemente también de la española. Plantó cara a la dirección del partido y a Alberto Núñez Feijóo, negándose a dejar las riendas del PP en Catalunya y finalmente, contra la mayoría de los pronósticos, se ha impuesto como candidato a las elecciones al Parlament del 12 de mayo, tal como ya avanzó Público hace dos meses.
Fernández se ha impuesto y lo ha celebrado con retranca, a la catalana, que es un poco menos sarcástica que la gallega de Feijóo, y espetando delante del mismísimo presidente del partido la siguiente sentencia: "El parto ha sido delicado, el niño ha salido sano y peleón, pero no os preocupéis, os dejará dormir por las noches".
En el Parlament y la política catalana es conocida —y toda una marca propia— la ocurrente dialéctica de Alejandro Fernández, pero probablemente en Madrid habrá sorprendido el desparpajo con que se despachó delante del líder nacional del PP, en un acto que tuvo más el sabor de una pipa de la paz provisional que de proclamación de candidato.
La firmeza en sus posiciones antiindependentistas, pero también una coyuntura favorable como el hecho que Feijóo fracasara en su intento de ser investido presidente del Gobierno español o el avance electoral, han sido claves en la inaudita victoria del presidente catalán del PP frente a la dirección nacional del partido, partidaria del relevo y siempre propensa a fijar el rumbo del PP en Catalunya, aunque sea a precio de derribo.
Objetivos en clave catalana pero también estatal
Según fuentes del PP catalán próximas al presidente del partido, Alejandro Fernández tiene previsto mantener firme su contundente discurso contra el independentismo. "Alejandro es un hombre de principios y su firmeza contra los partidos secesionistas es lo que le ha granjeado un amplio apoyo entre las bases del partido", aseguran estas fuentes. Unos apoyos que van más allá del PP y que también ha sumado muchos aplausos entre los seguidores de diversas entidades del españolismo como Sociedad Civil Catalana y otras, que han decantado la balanza en favor de la elección de Fernández como candidato frente a las intenciones de relevo de Génova.
Ahora bien, estas mismas fuentes del PP catalán admiten que la campaña electoral del partido tendrá que adaptarse también a los objetivos marcados por Feijóo y la dirección nacional, que "no tienen por qué ser incompatibles" pero que deben "acompasarse". Y en ello es en lo que tendrá un papel destacado de supervisión la eurodiputada Dolors Montserrat, una de las principales apuestas que tenía Feijóo para el relevo de Fernández. Con este pacto se ha cerrado, de momento, la guerra por el control del PP catalán, pero habrá que considerar los objetivos fijados por Génova, que van más allá del puro combate contra el independentismo, y que tienen básicamente cuatro ejes.
Fortalecer el partido electoralmente
El primero de los objetivos, obviamente, será fortalecer electoralmente al PP en Catalunya después de que en las elecciones al Parlament de febrero de 2021 estuviera a punto de quedarse sin representación y al final obtuviera tres míseros escaños. Las fuentes del PP consultadas no esconden que había cierta desconfianza desde Génova en que Fernández fuera la mejor opción para la remontada, ya que, al fin y al cabo, estaba al frente del partido cuando se rozó la catástrofe. Pero también apuntan que "la coyuntura es ahora muy diferente, las perspectivas son muy buenas, y era una temeridad imponer un candidato supuestamente mejor, pero en contra del parecer de las bases, abriendo una guerra, justo cuando soplan vientos favorables".
La demoscopia indica que el resultado del PP será de un crecimiento exponencial. Algunas encuestas apuntan a que los populares quintuplicarían su representación en el Parlament, pasando de 3 a 15 diputados. Un resultado óptimo, aunque sin llegar al récord de 19 diputados que obtuvo Alicia Sánchez Camacho.
Pero en el análisis de resultados hay que tener en cuenta unas cifras relevantes en la suma de las tres fuerzas de la derecha españolista en Catalunya. Mientras en 2017 Ciudadanos y PP sacaron 40 diputados (36+4), en el 2021 Cs, PP y Vox solo sumaron 20 (6+3+11). Así pues, el primer objetivo del PP es concentrar en torno a él la mayor parte del actual voto españolista en Catalunya, con una reconfiguración de este segmento electoral. Y parece que lo está consiguiendo.
Lo que está por ver es si el PP es capaz de conseguir el segundo objetivo electoral que se ha fijado, que, según fuentes del partido, es conseguir que el crecimiento no sea exclusivamente a costa del debilitamiento de Vox y la desaparición de Ciudadanos, como indica la demoscopia. Dejando a la derecha españolista en el entorno de los 20 escaños que tiene ahora, simplemente con un corrimiento de filas.
El planteamiento más ambicioso del PP catalán incluye captar parte del voto conseguido en 2017 por Inés Arrimadas cuando Ciudadanos ganó las elecciones catalanas con 36 diputados. Un voto que en buena parte se trasladó en 2021 al PSC y que ahora disputará el PP con una estrategia clara que es la única que moviliza hacia la derecha gran parte del voto antiindependentista: hacer creíble que el independentismo va camino de una nueva declaración de independencia con la connivencia de los socialistas. Todo un reto, si tenemos en cuenta que la percepción en las calles de Catalunya está a años luz del ambiente del 2017, con una clara caída de la movilización independentista.
Evitar la presidencia de Salvador Illa a toda costa
La pugna por el voto de Ciudadanos del 2017 entronca con el segundo objetivo compartido entre Alejandro Fernández y Alberto Núñez Feijóo. Que no es otro que "ser decisivos —en palabras del presidente estatal del PP— en la política catalana", desgastar al PSC y evitar la presidencia de Salvador Illa. Para Feijóo es de vital importancia que los socialistas no obtengan una gran victoria en Catalunya y todavía menos la presidencia de la Generalitat.
Una derrota del PSC desarmaría el discurso del PSOE sobre la ley de amnistía
En primer lugar, porque ello evitaría que el PSOE sume un nuevo eje de poder territorial después del duro revés que supusieron las elecciones autonómicas de mayo pasado para los socialistas. Pero también porque una derrota del PSC, combinada con una posible presidencia independentista, desarmaría el discurso del PSOE sobre que la ley de amnistía y los pactos con Junts y ERC sirven para disminuir la ebullición independentista en Catalunya. Y poder reafirmar así la dura estrategia en contra de la amnistía que el PP mantiene para desgastar a Pedro Sánchez.
La sensación en el PP es que "Pedro Sánchez se lo juega todo en Catalunya" y que, por tanto, es una oportunidad para asestar un duro golpe al Gobierno de coalición progresista. Ello lleva a pensar que el PSC, incluso ganando las elecciones, no podrá contar con un "frente de apoyo constitucionalista" —es decir, del PP— como del que sí se habló en la campaña del 2021, aunque la mayoría independentista la neutralizó. Al menos no sin que los socialistas se desmarquen de sus pactos con los independentistas, empezando por la ley de amnistía.
En política todo es posible, pero en la estrategia del PP no está ahora repetir una operación como la que dio la alcaldía de Barcelona al socialista Jaume Collboni con los votos de los concejales populares. No hay que olvidar que aquello fue justo antes de las elecciones generales del 23J y las cosas han cambiado mucho en pocos meses.
Alejandro Fernández lo tiene claro: dice que el 12M los populares acabarán "con el procés y con el sanchismo", añadiendo que "son dos caras de la misma moneda". Fernández señala que Salvador Illa "no puede impulsar una nueva etapa para Catalunya" porque es un "pirómano que dio alas al procés". También ha afirmado que el candidato de Pedro Sánchez es Aragonès o Puigdemont, "si es necesario". Y resulta evidente que el presidente del PPC sigue la estela de su presidente nacional, aunque hasta hace pocas horas este lo quería defenestrado: "El PSC, ERC y Junts son indistinguibles e intercambiables. Son tres patas del mismo proyecto y ahora ya van a cara descubierta. El PSC gobierna más con los partidos independentistas que los independentistas entre sí", aseguró Núñez Feijóo en Barcelona.
No dinamitar los tanteos con Junts
Así pues, Alejandro Fernández no renunciará a los ataques contra el independentismo, y en esta diana la figura de Carles Puigdemont está bien centrada. Es marca de la casa y la militancia del PP no entendería lo contrario. Pero modulará la ofensiva con el objetivo de preservar otro de los condicionantes que plantea la dirección estatal. Que es, por una parte, no dar una cara excesivamente radical que asuste al votante de derechas y de orden, pero afín a un catalanismo moderado, aunque huérfano de partido después de la desaparición de Convergència y su conversión al independentismo. Y por otra, no dinamitar los tanteos —hablar de puentes sería excesivo— que Feijóo y sus afines en Catalunya —con Daniel Sirera al frente— han ido manteniendo con Junts desde antes de la investidura fallida del presidente del PP.
El PP y Junts están hoy en día muy lejos de poder articular ningún tipo de alianzas tácitas. Pero la dirección estatal del PP no pierde de vista que, en un futuro, en que su dependencia para acceder al Gobierno español no sea exclusivamente de Vox, la aproximación a fuerzas de derechas como el PNV e incluso Junts no puede descartarse a priori. Pero también porque mucho antes de que llegue ese momento después de unas futuras elecciones generales, y pasado el actual ciclo electoral, el PP no descarta en esta misma legislatura la coincidencia con Junts en iniciativas legislativas que puedan suponer un desgaste para el Gobierno de Pedro Sánchez. Es por ello que Feijóo hubiera preferido un candidato de perfil más catalanista y menos beligerante que la imagen de intransigencia con Junts que representa Alejandro Fernández.
Recuperar músculo territorial para llevar a Feijóo a la Moncloa
Finalmente, el cuarto objetivo sería la recuperación de músculo territorial de un PP que en Catalunya ha perdido mucha fuerza local en los últimos años. No es que el PP haya tenido nunca unos grandes números en el ámbito municipal catalán, ni grandes cifras militantes en las secciones locales del partido. Pero el desencanto, los enfrentamientos internos y las discrepancias sobre cómo hacer frente al procés independentista han ido vaciando las siempre migradas arcas de la militancia de los populares en Catalunya.
Desde Génova se insiste en la importancia de recuperar músculo territorial y se le reprocha a Alejandro Fernández y su equipo que en los últimos años hayan descuidado el partido a nivel interno. Este reforzamiento del PP catalán, junto a la recuperación electoral en las elecciones al Parlament, son consideradas por la dirección estatal como un elemento clave para conseguir un resultado óptimo en Catalunya para llevar a Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa.
Los seis diputados conseguidos en las elecciones generales del pasado 23 de julio se consideran muy insuficientes, a pesar de haber triplicado el resultado de las anteriores. Muy lejos del récord de 19 escaños cosechados en época de José María Aznar. Y, por ello, se responsabiliza a Alejandro Fernández de que la suma de PP y Vox fuera insuficiente —por unos pocos diputados— y dejara a Feijóo sin la presidencia del Gobierno español.
En cuanto a los afines de Alejandro Fernández, aseguran que el partido está recuperando militancia y que un buen resultado electoral como el que se prevé el 12 de mayo empujará decisivamente en este sentido. También muestran algún reproche asegurando que "aquellos que cuando las cosas se han puesto feas para el partido en Catalunya, en medio de una tormenta perfecta, optaron por acomodarse lejos de aquí, no pueden ahora dar muchas lecciones de cómo fortalecer el partido", en clara referencia —aunque sin citarlos— a dirigentes próximos a Génova que obtuvieron cargos fuera de Catalunya los últimos años y ahora han vuelto a la política catalana.
Quizás las fuentes del PP se refieran al actual jefe de filas del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera —que estuvo con cargos en el País Valencià—, la propia eurodiputada Dolors Montserrat afincada en Bruselas o el exdelegado del Gobierno en época del procés, Enric Millo —con cargo en la Junta de Andalucía—. Pero esta enumeración es un simple apunte de pura intuición de este periodista, porque ahora lo que prima en el PP catalán son las palabras "integración" y "reconciliación" y nadie quiere reproches con nombres y apellidos. Veremos más adelante.
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