'Participo de la forma de pensar de Carretero; el independentismo unido puede ser invencible'. Así se pronunció esta semana Laporta en Catalunya Radio dejándose querer por R.Cat. El objetivo de esta formación es, como su nombre indica, reagrupar al independentismo bajo un paraguas electoral para 2010. Con esa idea concurrirán, con o sin Laporta como cabeza de cartel, desde la convicción que ERC ya no es, tras sus pactos con el PSC, útil a la causa. Al congreso de R.Cat están llamadas entidades del soberanismo que, por causas diversas, han proliferado. Muchas están ideológicamente al margen de la izquierda, el refugio aún mayoritario de un movimiento poco amigo del traje y la corbata.

Internet y el enfado con CiU, ERC y el Estatut explican las nuevas plataformas

Su eclosión bebe de varias fuentes. Está el descontento con ERC, que en 2003 agrupó casi sin fisuras el soberanismo, pero también la desconfianza hacia CiU. Los de Mas nunca han defendido romper con España y muchos no les perdonan los pactos con Aznar. Su acuerdo del Estatut en 2006 con Zapatero y la nueva apuesta por el marco autonómico también han ayudado a cavar la sima. Sobirania i Progrés, por ejemplo, fue impulsada por la dirección de ERC pero ahora está en manos de los críticos. Y El Matí es una asociación constituida a partir de la deserción de los críticos de Unió.

A entidades tradicionales (y más subvencionadas) como Òmnium, la Plataforma per la Llengua o el CIEMEN se les suman estas que, por su dinamismo y permanente vigilia, les han desbordado a ellos y a los partidos, que a veces han ido a remolque. Todo pese a que muchas son grupos pequeños o heterogéneas plataformas de entidades que un día firmaron un manifiesto puntual o fueron a alguna reunión.

Muchos militan en varias, que tienen éxito irregular en sus convocatorias

Muchas caras visibles de la nueva galaxia, en su mayoría contraria a manifestarse por el Estatut, participan, de hecho, en varias plataformas a la vez. Y algunos tienen una trayectoria corta o discreta en el independentismo, que no se normalizó hasta principios de esta década. A Bassols, por ejemplo, los más duros le afean que con las detenciones de miembros de Terra Lliure en los ochenta 'no moviera un dedo' pese a ser conseller de Justicia.

A falta de recursos, Internet es su arma y les ayuda a movilizarse. Pero lo hacen con éxito desigual. La Plataforma pel Dret a Decidir congregó a centenares de miles de personas el 18 de febrero de 2006 contra el recorte del Estatut y el 1 de diciembre de 2007 por las infraestructuras. Pero en la primera manifestación se fajó el aparato de ERC y en la segunda se le sumó el de CiU. Otras iniciativas suyas, como la recogida de firmas por el derecho a decidir el 9-M, han tenido poco eco. Lo mismo que le pasó a Deu Mil, que buscaba llevar 10.000 personas a Bruselas y se quedó con 4.000, o a Acte de Sobirania, cuyo objetivo era plantar a 20.000 personas ante el Parlament y se limitó a un millar.

-Elisenda Paluzié (Sobirania i Progrés). La economista vinculada a los críticos de ERC lidera la plataforma que impulsó su partido y donde fueron caras visibles Joel Joan y el eurodiputado Oriol Junqueras.

-Enric Canela (Deu mil en xarxa per l'autod). Está al frente este catedrático y hasta hace poco militante de CDC. Nacieron sólo para montar una manifestación en Bruselas en abril de 2009 pero han seguido tras ella.

-Alfons López Tena (Cercle Estudis Soberanistes).  El ex vocal del CGPJ y dirigente de CDC lidera el foro de debate y agitación autodeterminista con el profesor de Constitucional Héctor Bofill, un crítico de ERC.

-Ramón Carner (Cercle Català de Negocis).  Este empresario de alimentación encabeza un 'lobby decisivo para influir en la sociedad y los partidos en pro de la independencia'. Divulgan sus ventajas económicas.

-Agustí Bassols (Soberania i Justicia). El ex conseller de Justicia con Pujol y militante de Unió presentó su plataforma con apoyo de ex altos cargos en gobiernos de CiU. Tuteló legalmente la consulta de Arenys.

-Josep Cruanyes (Plataforma Dret a Decidir). El historiador lidera desde hace semanas esta amplia plataforma que alimentó ERC durante el debate del Estatut y que ya ha resuelto sus problemas internos.

-Carles Puigdomènech (Col-lectiu El Matí). El ex diputado lidera la asociación, que hasta que sus miembros dejaron Unió era el sector crítico del partido de Duran. Mantienen activo un periódico digital.

-Santiago Espot (Catalunya Acció). El empresario preside una entidad de pensamiento y difusión del ideario independentista. Están vinculados a la psicoestética, que puso en boga Carles M. Espinalt.

-Enric Fontanals (Acte de Sobirania). Se reclaman continuadores de la labor del ex capellán y ex senador Lluís María Xirinachs. Llegaron a enterrar el Estatut en un acto en la plaza Sant Jaume.