Este artículo se publicó hace 2 años.
La nueva estrategia de Rusia
Sara Serrano
Madrid-
El pasado sábado se produjo una gran explosión en el puente de Kerch, que conecta el sur de Rusia con la península de Crimea. Aunque actualmente el tráfico se ha restablecido, según fuentes rusas, el ataque dejó varios muertos y provocó el incendio de siete tanques de combustible de un tren que se dirigía a la península de Crimea. Este puente, que fue inaugurado en 2018, se había convertido en un símbolo de la anexión de Crimea por parte de la Federación rusa. Además, el puente tiene una gran importancia estratégica: es la principal fuente de suministro para las tropas rusas del sur de Ucrania.
La respuesta de Rusia no se ha hecho esperar. Sólo un día después, el domingo, Putin señaló a los servicios especiales de Ucrania como responsables del ataque. Un día después de este discurso y dos días después del ataque al puente de Kerch, las tropas rusas llevaron a cabo un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance contra blancos energéticos, militares y de comunicaciones ucranianos. La madrugada de este lunes el centro de Kiev fue alcanzado por misiles al mismo tiempo que se reportaban ataques contra otras ciudades de Ucrania.
Según cifras del Servicio de Emergencias de Ucrania, los ataques han provocado al menos 11 muertos y 64 heridos. Además, el Gobierno ucraniano ha informado de que se han dañado 11 infraestructuras estratégicas de ocho regiones del país, lo que está provocando cortes de electricidad y problemas en el suministro de agua.
Según el Servicio de Emergencias de Ucrania, los ataques han provocado al menos 11 muertos y 64 heridos
El presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, ha publicado un vídeo a través de sus redes sociales mostrando los efectos de las explosiones e informando de que la alerta antiaérea persiste en toda Ucrania. De hecho, el alcalde de Kiev ha anunciado que las estaciones de metro están funcionando como refugios y que la circulación de los trenes se ha paralizado.
Por su parte, Vladimir Putin ha confirmado los ataques rusos a Ucrania y ha alertado de que la respuesta rusa será dura mientras continúen las amenazas y ataques terroristas contra Rusia. Entre los ataques terroristas incluye, además de la explosión del puente de Kerch, el sabotaje de los gasoductos NordStream y los ataques contra centrales nucleares rusas.
Bueno, según el gobierno ucraniano, los misiles y drones rusos han llegado desde el Mar Negro, Crimea, el Mar Caspio y Rusia, pero también desde Bielorrusia, que es el último aliado de Rusia en Europa y puede jugar un papel fundamental en el conflicto en caso de que se decidiera a intervenir directamente en Ucrania. Tal y como cuentan desde Descifrando la guerra, el presidente bielorruso, Alexander Lugashenko, ha anunciado hace unas horas la creación de una "agrupación regional conjunta" de tropas entre Bielorrusia y Rusia.
Esto implica el despliegue de más de un millar de tropas rusas sobre suelo bielorruso que se suma al traslado de material militar desde Bielorrusia al sureste de Ucrania que ya se está produciendo. El detonante de este anuncio por parte de Bielorrusia han sido las sospechas de que Polonia, Lituania y Ucrania, estuvieran entrenando a terroristas para desestabilizar el país.
Desde que comenzó la guerra de Ucrania el precio del gas en Europa ha subido un 200%
El principal problema para Europa, está siendo el encarecimiento del gas natural. Desde que comenzó la guerra de Ucrania el precio del gas en Europa ha subido un 200%. La paralización del funcionamiento de los gasoductos NordStream tras los sabotajes, dificultan aún más la situación, especialmente para Alemania, cuya dependencia del gas ruso antes de la guerra era del 55% y ahora ronda el 30%.
La imposibilidad de recibir gas ruso está siendo una oportunidad comercial para EEUU, que está vendiendo a Europa gas natural licuado, que se importa mucho más caro. En concreto, las exportaciones de gas natural licuado casi se han duplicado en lo que va de año. Sin embargo, los estados miembros de la Unión ya se están poniendo nerviosos ante esta escalada de precios.
El ministro de economía alemán, Robert Habeck, ha recriminado a EEUU, que a pesar de ser un país amigo le venda el gas a precios astronómicos. Mientras que su homólogo francés, Bruno Le Maire, ha señalado que "la guerra en Ucrania no debe resultar en una dominación económica de EEUU y un debilitamiento de la UE".
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