Ignacio Cosidó, portavoz del PP en el Senado, es el protagonista de la nueva crisis de los conservadores en menos de 15 días y en plena campaña andaluza: tras la dimisión de Cospedal al filtrarse los encargos al excomisario Villarejo, Cosidó está en el punto de mira por su intervención en un chat con los 146 parlamentarios que tiene el PP en la Cámara Alta, en el consideró que el acuerdo de PP y PSOE se trataba de una “jugada estupenda” y en el que también aseguró que los populares controlarían "la Sala Segunda desde detrás".

El líder del PP, Pablo Casado, ha intervenido este martes en la reunión del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso y ha afirmado que “cualquier otra explicación que se haya publicado—del acuerdo sobre el CGPJ del PP con Gobierno—, que se haya transmitido por móvil o que se haya podido interpretar no es la verdad ni es la razón que la dirección nacional, que este grupo parlamentario respalda”.

Casado ha afirmado que “las únicas motivaciones son estas” y que harán lo posible “para poder elegir un sistema de elección que no se ajuste a estas interpretaciones” y se compromete a “volver al sistema de elección judicial que consagra la Constitución Española”.

El propio Cosidó —al igual que la cúpula del PP— sostiene que la renuncia de Marchena es culpa del Gobierno por "envenenar el debate" y "filtrar los vocales antes de tiempo". Además, el portavoz conservador en el Senado ha asegurado que no va a dimitir porque se siente "respaldado por mi grupo y mi presidente", ha concluido.

Otro frente con Cosidó: la 'Operación Kitchen'

Hay otro escándalo que también pesa sobre Cosidó, su papel en la llamada ‘Operación Kitchen’, puesta en marcha el Ministerio del Interior cuando él todavía era director general de la Policía. El juez que lleva el caso Bárcenas, José de la Mata, ha pedido un informe urgente para saber si la Policía Nacional se hizo en 2013 con documentos que demostrarían la financiación ilegal del PP y la existencia de una caja B a nivel nacional.

Cosidó aseguró ayer ante la prensa que no tiene "en la cabeza todos los papeles publicados" pero que no participó en esta investigación, "de ninguna de las maneras". "Ni coordiné, ni dirigí ni supe de ninguna operación de la Policía judicial", señaló. 

"La Policía investiga como Policía judicial sin informar, y mi estilo de dirección era el de zapatero a tus zapatos", se justificaba Cosidó, que quiso dejar claro que él se dedicaba más bien a "la planificación estratégica" y a la asignación de recursos. "Cada uno tenemos nuestro ámbito de competencia", concluyó. 

"A Marchena solo le he saludado una vez en mi vida"

Casado ha explicado que Carlos Lesmes, actual presidente del Supremo y CGPJ, le informó en julio sobre este proceso de renovación y que lo comentó con Pedro Sánchez en la reunión que ambos mantuvieron en Moncloa en agosto. "Ésa es la única ocasión en la que ha hablado con el presidente del Gobierno de este asunto", ha afirmado el conservador.

Además, Casado ha reiterado que se "comprometieron" a esa negociación con el Gobierno por "responsabilidad" y para no someter a la Justicia española a una situación de "interinidad", en este caso "en el peor momento por el juicio del procés" que se estaba instruyendo y después por "cuestiones muy mediáticas" como el impuesto sobre las hipotecas. 

Lo que los conservadores defienden es que el presidente del CGPJ fuera "el mejor jurista que hay ahora en España", y que éste era Manuel Marchena. Según ha señalado Casado lo ha visto "una sola vez en su vida", en la recepción del 12 de octubre, cuando se lo presentaron "tres periodistas" y con el que "no ha vuelto a hablar".

Casado también ha defendido cambiar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial volviendo al "modelo original" que fue "modificado en 1985" por el PSOE.