Este artículo se publicó hace 4 años.
Segunda ola de covidMutismo en el PSOE e incomodidad en Podemos con el silencio de Sánchez ante las invectivas de Ayuso
Sánchez asistió impasible a las palabras de la presidenta madrileña y sólo la corrigió en lo que toca a los casos de coronavirus que han llegado por Barajas. Ayuso aprovechó la comparecencia para atacar al Gobierno, además de repetir mantras de la derecha
Manuel Sánchez / Alejandro López de Miguel
Madrid-Actualizado a
El Gobierno ha decidido no responder a las hostilidades de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Más que enterrar el hacha de guerra durante la pandemia —el Ejecutivo ha dejado en manos de los portavoces de PSOE de Madrid y Unidas Podemos la crítica a Ayuso—, lo que Pedro Sánchez vino a anunciar este lunes fue que el Gobierno acepta "tragarse el sapo" de actuar a una con la presidenta de Madrid, de compartir foto y de guardarse las críticas, para "priorizar un mensaje de colaboración y de mano tendida", aseguraron fuentes socialistas.
Los motivos no son gratuitos, según explican fuentes cercanas al Gobierno. Y hay muchos factores que explican este posicionamiento. Uno de ellos es que en el Ejecutivo hay preocupación por el escaparate que supone Madrid para el resto del mundo, y consideran que su situación desgasta la imagen de España y de cómo está afrontando la situación de la pandemia. Y a esto se une que este desgaste, aunque se puede culpar a la gestión de Ayuso, también puede pasarle factura al Gobierno.
Pero, además, Sánchez está convencido de que hay que dar muestras de unidad en cualquier circunstancia y cree que este gesto es la mejor prueba de ello. Según las fuentes consultadas, la imagen institucional que ha mantenido el presidente ante las invectivas de la presidenta "pone más la lupa sobre la actuación que está teniendo Ayuso", aseguran.
Hay quienes, incluso, interpretan también un mensaje implícito al Partido Popular para que vea que es posible la colaboración, y recuerdan la petición del Gobierno al partido conservador para que se abstenga en los Presupuestos, aunque nadie cree que Pablo Casado pueda cambiar de posición. "Sánchez se cree que hay que propiciar un nuevo clima político y lo quiere demostrar", asegura una dirigente socialista.
Un tercer elemento está relacionado con la imagen de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid; hay quienes la consideran políticamente amortizada y entienden que no toca enfrentarse con ella, sino que simplemente bastará esperar para que Ayuso se vea obligada a dejar la Puerta del Sol.
Silencio ante Ayuso
Por todo ello, mientras una de las corrientes del PSOE —Izquierda Socialista— reclamaba a Sánchez que aplique el artículo 155 de la Constitución a Madrid, y Podemos se desmarcaba de las posiciones oficiales, el lunes, el presidente del Gobierno hizo todo lo posible por no llevar la contraria a Ayuso.
Sólo decidió corregirla en una ocasión, cuando ante los dardos de Ayuso sobre cómo el aeropuerto de Madrid Barajas habría sido un coladero de casos de coronavirus en la Comunidad de Madrid, Sánchez afirmó que sólo "un 0,2%" de los casos detectados en la región provienen de Barajas.
De hecho, Ayuso pudo verter su argumentario sobre cómo el coronavirus ha "traído aparejados" problemas de "delincuencia, de okupación" de menores extranjeros no tutelados, sin que Sánchez le llevara la contraria. Estos discursos son habitualmente contestados y desmentidos por Unidas Podemos, que asistió al silencio del presidente del Gobierno.
Así, en Unidas Podemos hay preocupación sobre cómo Sánchez ha blanqueado o legitimado —con su silencio y pasividad— el discurso de Ayuso, si bien nadie ha querido hacer valoraciones de forma oficial. Hasta el momento, el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, se ha servido de su perfil en Twitter para criticar a Ayuso, como también han hecho desde la cuenta oficial del partido.
Unidas Podemos cree que Sánchez ha 'blanqueado' o legitimado el discurso de Ayuso por su silencio
"Es un grave error darle un salvavidas al Gobierno de Madrid", resume uno de sus dirigentes. Por responsabilidad, apunta, tiene sentido asumir ciertas situaciones que no son agradables, pero en ningún caso una escena como la de este lunes. Su diagnóstico es que, dado que no han anunciado ninguna medida concreta, y que los datos epidemiológicos de Madrid son muy malos, si la situación se recrudece habrá quien también pueda culpar al Ejecutivo central, y no sólo a Ayuso.
Algunos dirigentes del PSOE no están muy alejados de estas posiciones, pero asumen que en estos momento toca "tragarse los sapos" que haga falta, por la gravedad de la situación, y guardan silencio. De hecho, tras el encuentro hablaron en un acto los dos máximos dirigentes del partido, José Luis Ábalos y Adriana Lastra, sin hacer ni el más mínimo reproche a la actitud de la presidenta madrileña. En este sentido, fuentes de Ferraz aseguran que están convencidos de que los ciudadanos sabrán distinguir las posiciones de Sánchez y Ayuso ante la gravedad de la situación.
En última instancia, hasta la escenografía suponía una concesión a la presidenta madrileña: el hecho de que comparecieran juntos, en la sede regional del Gobierno madrileño, y acompañados de decenas de banderas de España y de Madrid, revestía su rueda de prensa como si de una cumbre bilateral se tratara, algo que siempre añoró el president de la Generalitat, Quim Torra. Ayuso lo ha conseguido tras firmar un alto el fuego, pero mientras seguía saltándoselo.
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