Público
Público

Memoria Pública Arranca la IV marcha en recuerdo de la masacre de febrero del 37 en la carretera de la muerte entre Málaga y Almería

Unidas Podemos lamenta la falta de colaboración institucional de varios ayuntamientos con la iniciativa

Imagen de La Desbandá, febrero de 1937.
Imagen de La Desbandá, febrero de 1937.

raúl bocanegra

Febrero de 1937. Cientos de miles de personas escapan de Málaga –recién conquistada por las tropas que comanda desde Sevilla el general golpista Queipo de Llano– hacia Almería. En su huida a pie de una ciudad en la que los franquistas han comenzado una represión feroz y sangrienta son hostigados por tierra y bombardeados por mar desde buques de guerra y también por aire. A su llegada a Almería, el centro de la ciudad, donde se concentran, es también bombardeado. Aún hoy se desconoce el número exacto de refugiados y de víctimas.

Aquel episodio, conocido como La Desbandá, fue uno de los episodios más atroces e inhumanos de la guerra civil y, según ha dejado escrito el historiador Paul Preston en su libro El Holocausto Español: "El bombardeo de esos refugiados durante el trayecto y en las calles de Almería fue un símbolo de la "liberación" [sic, con las comillas con toda su carga sarcástica] que los rebeldes [los franquistas] se proponían llevar a cabo".

83 años después, la asociación y club La Desbandá –así se dio en llamar al episodio– ha arrancado este jueves la IV marcha con el objetivo de "sacar del olvido el hecho más trágico cometido en la guerra". Durante varios días, centenares de voluntarios recorrerán el camino por el que transitaron aquellos huidos entre el fuego y la furia. "Es una pena que tengamos que seguir haciendo memorial porque todavía para esas miles de víctimas que cayeron en la carretera no hay verdad, justicia ni reparación", manifestó a los medios Rafa Morales, presidente de la Asociación.

"Todavía hoy en día, son varias las incógnitas que no tienen respuesta, como es el caso de número de víctimas que murieron en los días que duró el trayecto hasta Almería en el mes de febrero de 1937, y dónde terminaron los cuerpos inertes de las víctimas", asegura a Público el historiador Andrés Fernández, autor, junto a la historiadora Maribel Brenes del detallado libro 1937. Éxodo Málaga-Almería. Además, "se ignora la identidad de los que murieron en el trayecto por la carretera de Almería N340, la que ha sido denominada como la carretera de la muerte", añade Fernández.

Las cifras de cuantas personas emprendieron la huida también bailan: "Por un lado, Queipo de Llano en sus charlas radiofónicas hablaba de 250.000, y por otro lado, al mismo tiempo, el Coronel Villalba [el jefe de las fuerzas republicanas de Málaga], junto con el director de la farmacia Municipal, por separado contabilizaban entre 300.000 las personas que marchaban, huían de la capital malagueña. Incluso la cifra se reduce a 200.000 desde Adra a Almería, según el capitán de los carabineros Federico Ángulo", afirma a Público el historiador Fernández.

La marcha cuenta con el apoyo de Unidas Podemos, y, 83 años después, se ha encontrado con la falta de apoyos de algunos ayuntamientos, como el de Rincón de la Victoria, Roquetas y el propio de Almería, según enumeró Morales.

"Nos queda mucho por hacer. En cualquier país de Europa serían las instituciones las que estarían impulsando elementos como éste y aquí nos encontramos con la obstrucción de algunos ayuntamientos", lamentó Manu Pineda, eurodiputado de Unidas Podemos. "Vamos a recordar paso a paso, nombre a nombre a esas víctimas y vamos a seguir caminando hasta que consigamos nuestros objetivos", agregó Morales.

¿Cuándo y por qué se le dio el término Desbandá a aquello? "El término aparece en los documentos haciendo referencia los militares a tal episodio. En la zona del norte de la provincia de Málaga (Ronda, Teba...) es conocido el episodio como "huía". Incluso hay supervivientes como Salvador Guzmán, natural de Coín (Málaga) que no le gusta la palabra, argumentando que no eran pájaros… pero la historiografía actual ha denominado el éxodo como Desbandá", afirma Fernández.

Los hechos históricos

En el libro de Preston, el Holocausto Español, se describe con toda crudeza el episodio: "Queipo no demostró ninguna clemencia con la población. Durante una semana se prohibió el acceso de civiles a la ciudad, mientras se fusilaba a cientos de republicanos sobre la base de simples denuncias. […] Antes de que los ocupantes comenzaran la carnicería, decenas de miles de refugiados huyeron despavoridos por la única vía de escape posible, los 175 kilómetros de carretera que discurrían por la costa de Almería, El éxodo fue espontáneo y los refugiados carecían de protección militar".

"En el camino –prosigue Preston– fueron bombardeados desde el mar por la artillería naval de [los buques] Cervera y Baleares, desde el aire por la aviación italiana, y abatidos en tierra por las ametralladoras de las tropas italianas que les podían seguir los pasos. Solo la magnitud de la represión en la ciudad tomada podía justificar que afrontaran semejante riesgo. Aterrados, sin agua ni comida, avanzaban penosamente por la carretera sembrada de cadáveres y heridos. Se vieron escenas de madres muertas con bebés todavía mamando de sus pechos, mientras las familias los buscaban frenéticamente".

El médico canadiense Norman Bethune se pasó varios días haciendo viajes de ida y vuelta para rescatar a todo el que pudiera y dejó escrito su testimonio. "Bethune describió cómo los ancianos se rendían y se dejaban caer en la cuneta para esperar a la muerte y cómo los niños descalzos, con los pies hinchados hasta duplicar su tamaño normal, lloraban, indefensos, de dolor, de hambre y de cansancio", escribe Preston.

Pero no acabó ahí la cosa: "La llegada de los refugiados a Almería causó horror y confusión, y fue recibida con un contundente bombardeo aéreo dirigido contra el centro de la ciudad, donde se hacinaba la multitud exhausta".

Miles de los exiliados de Málaga prosiguieron el éxodo hacia el levante.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias