Mientras Pedro Sánchez termina de decidir su nuevo Gobierno, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal han vuelto a coincidir este sábado en Madrid en una manifestación contra la amnistía convocada por un centenar de organizaciones de la órbita de la derecha y la extrema derecha. El PP quiso exhibir su poder territorial con un Feijóo rodeado de barones y Vox siguió la estela de los ultras continuando la protesta en Ferraz, como ya hicieron el pasado domingo.

“Este es el primer paso de una resistencia que tiene que continuar”, dijo el filósofo Fernando Savater para cerrar el acto. Levantó los aplausos de los asistentes. 170.000 según delegación del Gobierno y cerca de un millón según la organización.

Entre gritos de “Sánchez a prisión” y “A mí también me gusta la fruta”, Feijóo entró a la céntrica plaza de Cibeles escoltado por Isabel Díaz Ayuso, Fernando López Miras, Jorge Azcón, Alfonso Fernández Mañueco, Javier de Andrés, Paco Núñez. También una amplia representación de su comité de dirección: Cuca Gamarra, Elías Bendodo, Esteban González Pons, Carmen Fúnez y Juan Bravo, pendientes de los cambios que vaya a hacer Feijóo en el partido, también acudieron a la cita, cuya retransmisión oficial la ofrecía el grupo EDATV.

El presidente del PP, completamente alineado con el ala más dura de la formación, ha asegurado que “las alertas de nuestra democracia están encendidas” y que Sánchez no tiene “los votos” para aprobar la amnistía. “Una cosa es tener el poder y otra tener la razón; una cosa es haber conseguido los apoyos suficientes, pero saben que no tienen los votos para hacer lo que están haciendo”, dijo Feijóo en declaraciones a las medios de comunicación.

También advirtió de que el PP no se “cansará de denunciar este atropello”. La derecha y la extrema derecha pretenden seguir exprimiendo las calles y pidiendo ‘auxilio’ a Bruselas. Las banderas del Partido Popular Europeo y las pancartas con el mensaje “Help Spain” abarrotaban la concentración.

Por su parte, Abascal pidió a Feijóo una reunión entre ambos para “coordinar la respuesta institucional” al “golpe”, dijo el líder de la extrema derecha. Vox pretende que el PP no califique la ley en la mesa del Senado, donde tiene mayoría absoluta, pero fuentes populares de la Cámara Alta califican esto de “disparate”.