La lucha de los vecinos de Coín contra un proyecto vinculado a la familia Franco que amenaza el acuífero del pueblo
En Coín viven unas 24.300 personas. La Mesa del Agua tiene más de 6.700 firmas manuscritas en contra del plan.
Sevilla-
Coín tiene una próspera huerta (13.000 hectáreas de cultivo, con el tomate huevo de toro como emblema), conocida como la despensa de Málaga. Sobre ella, aparece como una sombra un proyecto en ciernes, que amenaza el acuífero de Sierra Blanca, hoy sobre el papel en buen estado –aunque hay quien expone dudas al respecto–, del que beben los 24.300 habitantes del pueblo y del que extraen también su agua los regantes y agricultores.
Los vecinos, como hace 20 años cuando lograron frenar, con la ayuda de la crisis económica de 2008, un campo de golf y 900 viviendas en ese mismo lugar, el Llano de Matagallar, se han movilizado de nuevo.
Esta vez se trata de un proyecto de turismo y ocio deportivo, que iría en una parcela que está justo encima del acuífero, con unas 500 cabañas, piscinas de olas artificiales, aguas bravas, toboganes y kitesurf y pistas para bicicletas, motocross, buggies y también una zona de realidad virtual, según consta en la web del proyecto, que impulsa la empresa Nature Call, empresa vinculada a los descendientes del dictador Francisco Franco.
En plena sequía, con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) alertando de restricciones en las grandes ciudades si no llueve lo suficiente, el plan de los deportes acuáticos, que ha sido declarado como una inversión estratégica por la Junta de Andalucía -lo que permite acelerar los plazos y los tramites administrativos- aparece como una boutade, más que como un asunto de verdadero interés para la comunidad. "Ya después de la crisis de 2008 suena raro, con la pila de proyectos ruinosos y que han dejado el espacio natural destrozado", afirma a Público José Manuel García Fernández, de la Mesa del Agua.
En Coín viven unas 24.300 personas. La Mesa del Agua tiene más de 6.700 firmas en contra del plan
La mesa es una plataforma que agrupa una veintena de colectivos y también ciudadanos preocupados y que logró aglutinar en poco más de dos meses más de 6.700 firmas manuscritas (hay también otras miles en change.org) de rechazo al proyecto que promueve la empresa Nature Call.
El Llano de Matagallar es precisamente el lugar de mayor recarga del acuífero. En él hay una flora muy particular y es un espacio que utiliza la ciudadanía y las familias como territorio de esparcimiento.
Unidas Podemos por Coín, según dijeron a Público, ha puesto esta semana pasada en conocimiento de la Fiscalía, la Junta de Andalucía y la Guardia Civil "una actuación de repoblación con algarrobos" en los Llanos el pasado 16 de diciembre, que podrían haber afectado a dos especies botánicas, Linaria clementei y Ophrys atlántica, presentes en el paraje. El partido no descarta que haya daños que puedan atribuirse a la empresa.
"Allí no se puede hacer nada. Es una zona muy vulnerable y cualquier actuación urbanística pone en riesgo la cantidad y calidad del agua. Simplemente por el concepto de prudencia... Corremos muchos riesgos para el beneficio que pueda acarrear. Es un espacio muy sensible catalogado por el Atlas geográfico de Andalucía como zona muy vulnerable a la contaminación", afirma García, de la Mesa del Agua.
A los regantes de la zona, de cuya prosperidad depende del acuífero, tampoco termina de convencerles el proyecto y, reunidos en asamblea, han ido votando en contra del mismo.
Cambios en el plan parcial
Aunque el Gobierno andaluz declaró el proyecto de interés estratégico, lo que puede agilizar la respuesta de la Administración a la empresa, en esa misma resolución, publicada en el BOJA, la Junta rechazó también darle a este proyecto una categoría superior, la Declaración de Interés Autonómico, que prácticamente hubiera permitido su puesta en marcha.
"No esta justificado que el proyecto tenga una especial relevancia por su magnitud, su proyección económica y social o su importancia para la estructuración territorial de Andalucía", se lee en las conclusiones de la resolución. El Gobierno andaluz, así, ha remitido a la empresa al procedimiento ordinario –eso sí, acelerado–: la modificación del planeamiento vigente, que ofrece más garantías.
Así, para salir adelante el proyecto debe ahora lograr lo que se llama una innovación en el Plan Urbano de Coín, que regula el urbanismo de la localidad. La zona está catalogada como urbanizable y ahí, hoy, están previstas 900 viviendas y un campo de golf, según se extrae de la documentación hecha pública por la Junta. Ese proyecto está fracasado.
La empresa ha planteado reuniones informativas y ha explicado que su idea es millonaria, que supondría un desembolso de 267 millones y ha dado cifras de los puestos de trabajo que presuntamente crearía, unos 750 en la fase de construcción y otros 300 (incluso 600) durante la explotación.
La compañía impulsa por tanto ahora las modificaciones en el plan parcial, y antes de que se pueda ejecutar, los técnicos de la Administración autonómica tienen que emitir informes ambientales. El de aguas es el más relevante.
La Mesa del Agua confía en que sean negativos, pero no las tienen todas consigo. Si son positivos, el Ayuntamiento también tiene voz y voto al respecto. De momento, los grupos municipales rechazan el plan.
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