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Las listas cremallera no son suficiente para llegar a la igualdad efectiva: el caso de los parlamentos autonómicos

En 12 de los 17 parlamentos autonómicos hay más diputados que diputadas, incluidos los de las comunidades donde son obligatorias las listas cremallera. El Consejo de Ministros ha mandado al Congreso un proyecto de ley para instaurar estas listas en todo el país, pero algunas expertas apuntan a que la medida podría ser insuficiente.

Mapa autonómico sobre una imagen del Parlament de les Illes Balears.
Mapa autonómico sobre una imagen del Parlament de les Illes Balears. Público

El Consejo de Ministros ha aprobado este 23 de mayo el proyecto de ley de representación paritaria. La norma pasará ahora como al Congreso para su debate y aprobación. Si el Gobierno consigue que salga adelante, las listas cremallera serán una realidad en España. Pero hace ya años que ese tipo de candidaturas son obligatorias para los partidos políticos en las elecciones autonómicas de Andalucía, Balears y Castilla-La Mancha y, aún así, los parlamentos de estas comunidades siguen teniendo más diputados que diputadas.

Andalucía, Balears y Castilla-La Mancha ya obligan a los partidos a emplear listas cremallera y aún así tienen más diputados hombres

La mayoría masculina en los parlamentos es algo que se da en 12 de las 17 comunidades autónomas, incluidas las tres que obligan a los partidos a emplear listas cremallera. De hecho, una de las tres, Castilla-La Mancha, tiene el tercer parlamento con menos representación femenina, con un 42,42% de diputadas. Solo por delante de Asturias y Castilla y León. Las listas cremallera son una relación de nombres en las que se alterna un candidato de cada género. Los partidos tienen que emplearlas en todas las circunscripciones de las elecciones en las que tengan que utilizarlas, pero pueden elegir qué género es el que encabeza cada candidatura.

Solo cinco de las 17 comunidades tienen a más mujeres que hombres en sus parlamentos

País Valencià, Galicia, Navarra, Euskadi y Murcia son las cinco comunidades que tienen a más mujeres que hombres en sus parlamentos, según la recopilación y análisis de la información de los parlamentos autonómicos que ha hecho Público. En ninguna de estas cinco autonomías se exige que las listas sean cremallera. Solo se tiene que cumplir la cuota de paridad de mínimo un 40% de candidatos de cada género, una exigencia que impuso la ley de igualdad de 2007, aprobada durante el Gobierno de Zapatero, y que es la que está vigente a día de hoy a nivel estatal.

Si el Gobierno saca adelante su ley, esas cuotas del 40% se sustituirán por las listas cremallera. Pero, ¿por qué en las comunidades en las que ya se aplican no están consiguiendo que las mujeres lleguen realmente a ocupar el 50% de los puestos en política? ¿No son realmente útiles las listas cremallera? ¿Son insuficientes?

La politóloga y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) Sílvia Claveria explica a Público que las cuotas de la ley de 2007 han sido positivas para mejorar la participación femenina en política, pero que no siempre han sido suficientes y más con la fragmentación política que se ha dado en España en los últimos años.

"Cuántos menos diputados saque un partido, más masculinizado está porque las mujeres acostumbran a ir en puestos más bajos"

"Aunque se apliquen las cuotas las mujeres se posicionan en lugares menos visibles en las listas. Cuántos menos diputados saque un partido, más masculinizado va a estar porque las mujeres acostumbran a ir en puestos más bajos. El problema se da, sobre todo, en los partidos pequeños que no consiguen muchos representantes. Cuantos más diputados tenga un partido, más probable es que tenga paridad", explica Claveria. La experta detalla que las listas cremallera si traen cierto incremento de presencia femenina incluso aunque los partidos pierdan escaños, pero apunta a que sería necesario dar un paso más allá: la paridad horizontal.

"El conjunto de la lista es paritario porque es obligatorio, pero en los puestos de más arriba es más difícil"

Cristina Monge, presidenta de la organización Más Democracia y politóloga, coincide en que las cuotas han ayudado a mejorar la situación pero no han logrado toda la paridad necesaria. "Con el 40%/60% no se llega y con las listas cremallera pasa igual. Siguen encabezando las listas muchos hombres y eso ya discrimina. Con las cuotas se obliga a un porcentaje pero no garantizan que eso se mantenga en los puestos de salida. El conjunto de la lista es paritario porque es obligatorio, pero en los puestos de más arriba es más difícil. Lo que nos dice todo esto es que la ley puede ayudar a avanzar en temas de igualdad y de paridad en las listas electorales pero si no se cambia la cultura de los partidos es muy difícil".

Aunque otras expertas critican la utilidad de cualquier tipo de cuotas. Noelia Adánez, doctora en Ciencias Políticas, asegura no estar en "el feminismo de las cuotas que es muy del PSOE y del mundo empresarial". "Los problemas de las mujeres por su condición de mujeres y, sobre todo por su condición de subalternas, no se resuelven con mayor representación. Un ámbito para esa lucha son las instituciones, pero no es el único", explica. "Las listas cremallera son el coletazo final de una reivindicación de un feminismo burocrático. La presencia de mujeres en las instituciones no es un acontecimiento transformador en sí mismo. Colocar a señoras por el mero hecho de ser mujeres no nos lleva a nada".

 La paridad horizontal

Claveria asegura que aplicar cuotas horizontales podría ayudar a que las mujeres llegaran a ser el 50% en puestos políticos. "Es un concepto del que no se habla tanto, pero sí se ha visto en la academia y la investigación", explica. Consiste en que para llegar a esa paridad horizontal haya que cumplir con cuotas igualitarias en los puestos de cabeza de lista. Si en una comunidad, por ejemplo, hay ocho circunscripciones, los partidos tendrían que poner a liderar sus listas a cuatro mujeres y cuatro hombres."

Esto sería necesario para tener una representación más igualitaria a nivel de cabezas de lista, donde se puede ver una masculinización más preponderante. Acostumbra a haber un hombre liderando la lista y luego una mujer, pero no sucede tanto a la inversa", detalla Claveria. Además, a más circunscripciones, más listas distintas presentan los partidos y más personas tienen que poner a liderarlas.

Las comunidades que eligen a sus diputados en un mayor número de circunscripciones tienen menos parlamentarias

De hecho, las comunidades autónomas que eligen a sus diputados de una forma más fragmentada, en un mayor número de circunscripciones, tienen menos parlamentarias. Las cinco comunidades que superan el 50% de diputadas autonómicas tienen un promedio de 2,40 circunscripciones electorales. Las otras 12, con mayoría de diputados hombres, en cambio, tienen una media de 4,08 circunscripciones, casi el doble.

Castilla y León es la comunidad con un mayor número de circunscripciones y la que tiene menos diputadas

Esto sucede porque son ellos quienes acostumbran a liderar las listas electorales. Por ejemplo, en las capitales de provincia este 28M solo el 32,91% de las candidaturas de los principales partidos políticos están lideradas por mujeres. Por ello, si hay muchas circunscripciones, aunque luego las listas tengan cuotas o sean en formato cremallera, es más difícil alcanzar una alta representación femenina. La comunidad que tiene menos diputadas es Castilla y León, con solo un 37,04%. De hecho, es la única con un parlamento no paritario, ya que las mujeres no llegan a ser ni el 40%. También es la comunidad con más circunscripciones: las nueve provincias que la forman.

Aunque también hay expertas a las que las posibles cuotas horizontales les generan dudas. "Establecer cuotas a nivel horizontal para los cabezas de lista de las circunscripciones es muy difícil porque merma la autonomía de los diferentes ámbitos de cada partido para formar sus listas. Las listas electorales generalmente se hacen en cada circunscripción y luego la dirección nacional, comité federal o lo que sea en cada partido las ratifica. Si obligas a hacer una distribución a nivel nacional, ¿a quién le toca poner a liderar una mujer y a quién un hombre?", explica Cristina Monge.

"Si las cuotas no cambian la cultura de los partidos, luego es muy difícil llegar a una igualdad real"

"¿Qué hacemos? ¿Que las direcciones quiten y pongan candidatos para asegurar que sean mitad hombres y mitad mujeres? Estás mermando la autonomía de la circunscripción para hacer su lista electoral. Creo que lo más interesante es ir a listas cremallera. Por lo menos durante un tiempo hasta que esto se normalice. Y combinarlo con elementos que cambien la cultura de los partidos. Hay que ir en paralelo por esas dos vías: la legal y la de cambio cultural. Si las cuotas no cambian la cultura de los partidos, luego es muy difícil llegar a una igualdad real", resume la experta.

Listas cremallera autonómicas

En marzo de 2007 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiguió aprobar la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres —conocida como ley de igualdad—. Entre otras medidas, el texto obliga a que los consejos de administración de grandes empresas equilibren la presencia de hombres y mujeres o que las listas electorales estén formadas —en su conjunto pero también en cada tramo de cinco puestos— por un 40% de candidatos de cada género

Ahora, en 2023, el Gobierno de Pedro Sánchez quiere ir un paso más allá con la nueva ley de representación paritaria. Entre otras medidas para aumentar la igualdad y la representación de las mujeres, la ley, aún pendiente de aprobarse en las Cortes, obligaría a que los partidos emplearan las listas cremallera. Pero también impondrá las cuotas de mínimo un 40% para cada género a los órganos constitucionales y al propio Consejo de Ministros. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha calificado este 23 de mayo la norma de "un paso más hacia la igualdad efectiva", tras la aprobación del proyecto de ley en el Consejo de Ministros.

Pero cinco años antes de la ley de Zapatero, en 2002, en las Illes Balears —comunidad presidida entonces por el socialista Francesc Antich— y Castilla-La Mancha —durante el Gobierno de José Bono— ya habían ido un paso más allá. Ambos parlamentos autonómicos reformaron la ley electoral y obligaron a que las listas electorales se integrasen "por candidatos de uno y otro sexo ordenados de forma alternativa". Se convirtieron ese año en las primeras comunidades autónomas en imponer las listas cremallera. Después haría lo mismo Andalucía en 2005 —también con una reforma de la ley electoral autonómica—. En el resto de comunidades se aplican las mismas cuotas del 40% que trajo la ley de Zapatero a nivel estatal.

Municipios sin cuotas paritarias

En el 77,94% de los municipios españoles no se aplican las cuotas de paridad al no superar los 3.000 habitantes

Las actuales cuotas de mínimo un 40% de candidatos de cada género son obligatorias para elecciones generales, autonómicas y locales. Pero en el caso de estas últimas la ley electoral indica una excepción: cuando los municipios no superan los 3.000 habitantes no hay que cumplir con las cuotas. Esta excepción relega aún más a las mujeres en la política local y se aplica en el 77,94% de los municipios españoles —6.337 del total de 8.131 no cuentan con más de 3.000 habitantes—.

Todo esto afecta a la paridad en la política local. Más de 300 municipios nunca han tenido una concejala. Además, en la última legislatura municipal —que acabará tras las elecciones de este 28M— el 78,40% de las localidades españolas tuvieron más concejales que concejalas, según el análisis de Público de la base de datos de alcaldes y concejales del Ministerio de Política Territorial —obtenida tras una solicitud de acceso a la información pública vía ley de transparencia—.

Los municipios por debajo de los 3.000 habitantes son aún menos igualitarios. Las cuotas del 40% para cada género en España se aplican para cada cinco posiciones en las listas políticas. Pero en estos pueblos no hay obligación de cumplirla. Así sucede en A Peroxa (Ourense), donde el alcalde, Manuel Seoane, uno de los 22 que lleva gobernando su municipio desde 1979, se presenta a la reelección acompañado de otros cuatro hombres en los siguientes puestos de su lista.

Candidatura del PP en A Peroxa (Ourense), con cinco hombres en las cinco primeras posiciones de la lista.
Candidatura del PP en A Peroxa (Ourense), con cinco hombres en las cinco primeras posiciones de la lista.

Hay incluso casos más flagrantes. En Almarza, un pueblo soriano de 612 habitantes, Vox presenta una lista electoral este 28M formada únicamente por siete hombres. Ninguna mujer. Lo mismo hace el PP en Constanzana (Ávila), un municipio con 101 residentes, presentando una lista formada solo por hombres. También sucede en Villar de Samaniego (Salamanca) o Villaescusa de Roa (Burgos), donde, en ambos casos, las listas del PP están formadas solo por tres hombres.

Candidatura de Vox en Almarza (Soria), formada únicamente por hombres.
Candidatura de Vox en Almarza (Soria), formada únicamente por hombres.

Aunque abundan menos, en estos municipios también se dan casos a la inversa. Uno de los ejemplos es el de Abuelas por Patones. La lista de esta candidatura política está formada por siete mujeres que se presentan a las elecciones locales del 28M en su pueblo, un pequeño enclave en la sierra madrileña. Charito Testa, la cabeza de lista, tiene 99 años y ya es concejala del municipio gracias a los resultados que consiguieron en los comicios de 2019.

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