Entrevista a Magda Oranich"Incluso con la legislación franquista de entonces, a Puig Antich no le tocaba pena de muerte"
Barcelona-
La veterana abogada Magda Oranich se mueve por vocación y convicciones. Quizás por eso, ahora que se conmemoran los 50 años de la ejecución de Salvador Puig Antich, la que fue abogada defensora del joven militante ejecutado no ha rehusado ni una invitación o entrevista para hablar de cómo lo vivió.
Abogada y periodista, la trayectoria de Oranich, encarcelada varias veces y amnistiada en 1977, está vinculada a la lucha por la democracia, los derechos de las mujeres y la libertad de Catalunya. No es nada reacia a compartir sus recuerdos y trasladarse al 2 de marzo de 1974 y los meses previos a la ejecución, y Magda Oranich sostiene que no le cuesta recordarlo, porque nunca lo ha olvidado.
Estos días que se recuerda mucho la ejecución de Puig Antich, ¿ha hecho alguna lectura nueva de cómo fueron las cosas?
Sí, pero no es nueva, ya que como dijo él con su última frase "qué putada". Y es que fue alucinante porque incluso con la legislación franquista que había entonces, no le tocaba pena de muerte, porque no fue un atentado, ni nada de eso. ¿Por qué se ocupó del caso un consejo de guerra y un tribunal militar? ¡No tocaba! En 1963 se creó el Tribunal de Represión Política que era el TOP, y desde 1963 hasta Salvador no se había ejecutado a nadie. Pero cuando Franco quería penas muy altas o muerte, entonces se inventaba un decreto antiterrorista, ya has visto que hoy algún juez también lo hace..., y lo enviaba al tribunal militar, donde había menos garantías. Por la vía civil y penal podías recurrir al Tribunal Supremo, y había jueces majos como Martín Pallín, pero en este caso Franco lo quería rápido…
¿Cómo se da cuenta de que el tema del robo en el banco que acabó con un policía muerto se convierte en una causa política?
Cuando llevaron a los detenidos presos (a Salvador no, porque estaba herido y lo llevaron al Hospital Clínic), yo estaba en el juzgado de guardia presentando un recurso. Ya en ese momento vi mucho movimiento, pero mucho. Y llamé a Oriol Arau y al grupo de abogados porque a mí aquello me pareció un tema político. Y sí, hubo un tiroteo, pero no se sabe qué disparo es el que mató al policía Francisco Jesús Anguas Barragán. Otro tema, la autopsia de Anguas Barragán la hicieron en una comisaría de Policía, eso ya lo dice todo porque deberían haberla hecho en el Clínic. Pero, claro, se lo llevaron porque sacando los casquillos de las balas ya se ve de qué pistola eran. A mí con esto ya me lo dijeron todo. Con un juzgado militar franquista ibas a toque de corneta. Recordemos que en 1970, en el proceso de Burgos, indultaron a las seis personas por las que pedían pena de muerte, eran gente de ETA y los indultaron. Nadie pensaba que la cosa acabaría con la pena de muerte. Ni en esa época era normal que a un civil le juzgara un Tribunal Militar.
Con este escenario, ¿intuía el desenlace?
"Cuando vi a Salvador en prisión, en enero, es cuando dijo "han matado a Carrero y a mí."
No. Lo vi muy negro desde el principio pero llevaban 11 años sin ejecutar a nadie… y entonces pasa el atentado de Carrero Blanco. Cuando Carrero Blanco voló yo estaba presa en la Trinidad, y entonces sí lo pasamos mal con mucho miedo. Y en enero, cuando vi a Salvador en prisión, es cuando dijo "han matado a Carrero y a mí". Cuando lo vi claro fue con el discurso de Arias Navarro del 12 de febrero, claramente lo dijo. Y entonces ya me preguntaba cuándo lo harían. Él lo tenía claro y a partir de ahí montamos manifestaciones, y empezamos a movernos internacionalmente. Cuando salió la sentencia tramitamos las solicitudes de indulto, y cada viernes las había, pero el indulto para Salvador no llegó.
Por eso dice que no debe recordarlo, porque nunca lo ha olvidado ¿verdad?
Exacto, nunca lo he olvidado. Esto te marca de por vida, te marca como profesional. Mi vocación, y es lo que practico ahora, es el derecho de familia. Muy ligado al tema de los derechos de la mujer, era cuando estábamos cambiando las leyes con la Constitución de 1978 y después en 1981. Yo creo que tenemos una buena legislación, lo que ocurre es que una cosa es la legislación y la otra la práctica. Siempre digo que es más fácil cambiar leyes que cambiar mentalidades. Lo mío es el derecho de familia, lo que ocurre que también he practicado y practico derecho penal, por los presos políticos. Durante la dictadura, y no hace tanto también.
Lo peor de este trabajo fue asistir a ejecuciones, la pena de muerte. Es algo que no se olvida. Evidentemente, yo era contraria a la pena de muerte, y además como profesional siempre he tenido la sensación de que con muchos presos políticos hacías más de Cruz Roja que de profesional del derecho. Me refiero a la carta de la novia, la glucosa que me daba el Colegio de Médicos para los huelguistas de hambre... Como no me cacheaban me lo ponía todo aquí (se señala el pecho). También debo decir que a los abogados nos trataban bien.
Recordar no es agradable, pero no es que lo tenga que recordar, es que nunca lo he olvidado. Y no quiero comparar mi dolor de la vertiente profesional con las hermanas y la familia. Esa noche en el Colegio de Abogados se ha hecho famosa, sale en la película. Llamamos a Estados Unidos... en el fondo pensábamos "¿y si a última hora…?". Pero sobre las 8 de la mañana nos acercamos a la cárcel, temblando, y el cura salió y nos dijo que ya estaba. Fue la última ejecución. Ahora que hablo de ello, de lo que estoy contenta es de que se explique, es un deber de memoria histórica.
Hay muchas asignaturas pendientes en el campo de la memoria histórica…
"El hilo de la memoria en este país debe hacerse, es importantísimo, todavía tenemos a la gente en las cunetas".
Si te fijas, en toda Europa, o en la propia Argentina, se han hecho espacios para la memoria histórica, y aquí tenemos la comisaria de Via Laietana que sigue funcionando como una comisaria como si no hubiera pasado nada. El hilo de la memoria en este país debe hacerse, es importantísimo, todavía tenemos a la gente en las cunetas. Mucha gente joven no sabe muchas cosas. La nueva ley ha abierto algún pequeño camino, también en temas de lesa humanidad, pero muchos de los implicados están muertos o son muy mayores. Hasta 1963 hubo muchísimas ejecuciones, en Barcelona hubo muchos fusilamientos en el Camp de la Bota, y lo peor es el garrote vil.
Con Salvador se incumplió el código de justicia militar que decía "será pasado por las armas", y ni eso cumplieron porque el garrote vil no es un arma. Y todo es horrible, muy horrible, pero en todo caso, la sentencia debería haberse cumplido con un fusilamiento no con tan brutal ejecución. Además, sabemos que hay verdugos que eran... Yo estaba en el exterior de la cárcel con las hermanas, allí abrazadas sabiendo lo que estaba pasando. Hace cinco o seis años encontramos el sitio donde lo ejecutaron, y ahora siempre hay flores. Es justo entrar en un cuartucho pequeño de la antigua cárcel Modelo, que era un almacén de paquetería. Es un cuadrado que primero lo tenían tapado con baldosas y ahora ya están levantadas. Una vez muerto, al día siguiente le llevaron a Montjuïc y hubo las manifestaciones…
¿Qué radiografía hace de la pena de muerte en el mundo?
Desde la Constitución ya no hay pena de muerte en este país, pero sí en Estados Unidos... Para acabar con la pena de muerte en el mundo, Estados Unidos es el país que más duele, porque formalmente es democrático. Porque que las dictaduras aplican penas de muerte, ya lo sabemos. Y aun así se va avanzando y en África hay 14 o 15 países que la han suspendido. Pero también hay retrocesos, en Japón la han vuelto a aplicar, y solo hay que ver a Arabia Saudí. En cambio, los países sudamericanos son los primeros que la suprimieron, antes que en Europa.
Se ha pasado buena parte de su vida profesional visitando prisiones, y no sólo las que le tocan por trabajo…
Los de mi generación íbamos a Perpinyà a ver y a comprar películas, a comprar prensa clandestina, llegabas allí y veías la bandera y oías hablar catalán y era media vida. Y en aquellos viajes amargaba a los que iban conmigo, porque antes de llegar a Perpinyà, parábamos en la cárcel de Girona, en la de Figueres... También recuerdo a Tejero haciendo ejercicio en aquel Castillo de Figueres que hacía de prisión para militares. Y si iba a Madrid lo mismo, paraba en Soria, pasaba por Carabanchel, por las cárceles de sentenciados, las preventivas, las de mujeres, intentabas pasar por todas las cárceles del Estado.
Mujeres siempre ha habido menos, ahora mismo hay un 7% de mujeres presas. Esto hace que las grandes cárceles sean para hombres, y las mujeres quedan en un rinconcito. Por eso ahora la consellera de Justícia está intentando hacer una cárcel de mujeres. Hace poco cuando iba a Estremera y a Alcalá Meco me preguntaba, ¿qué hago yo cuarenta y tantos años después visitando prisiones? La respuesta es que volvería a hacerlo.
La jueza argentina María Servini ha investigado crímenes de la dictadura española y también el caso Puig Antich, y ha denunciado en repetidas ocasiones que lamenta la falta de colaboración por parte de las autoridades españolas…
Comparto su denuncia. Primero manifiesto la admiración total hacia la juez y parte de la justicia Argentina. Pese a la dictadura, se ha juzgado lo ocurrido. Aquí no se ha logrado nada. La jueza Servini merece un 10, aquí como fue una Transición democrática y no una ruptura y Franco murió en la cama, nada. Si hubiera sido una ruptura habríamos podido juzgar a los torturadores, pero primero con el indulto y después con la Amnistía de 1977, nada. La nueva ley puede tener algún resquicio, pero a Servini, muy valiente, ya le han dicho que no. Y cuando ella ha pedido interrogar o extraditar a alguien, a Martín Villa por ejemplo, han dicho que no porque estaba todo amnistiado. Y lo mismo con Billy el Niño que ahora ya se ha muerto, pero era el torturador número uno y encima tenía una pensión y se la aumentaron, una vergüenza.
¿Cómo valora la nueva ley de amnistía?
Soy absolutamente partidaria porque hay mucha gente pendiente. Lo que pasa es que yo ya la hubiera aprobado hace tiempo y cuanto antes. Porque hay gente que está sufriendo y yo miro mucho a la parte humana, a los familiares. La idea es que quieren que la ley esté perfecta, y no existe ninguna ley perfecta. Incluso a veces ganas un pleito por una palabra que está antes o después. Yo entiendo que es porque un juez como García Castellón dice que hubo terrorismo en el Tsunami Democràtic. Pero nosotros sabemos que no, yo estaba allí y de terrorismo nada. Creo que muchos casos no se podrán blindar del todo y el tiempo cuenta. Mira las desgracias políticas que pasan en todas partes, no podemos correr el riesgo de que no salga adelante. La ley de amnistía es una victoria del independentismo, no es haberse vendido, soy partidaria de la ley y lo antes posible. Y seguro que habrá algunos problemas de aplicación porque tenemos la judicatura que tenemos en algunos lugares, pero se puede batallar.
Se acerca el 8M…
Se acerca el 8M y eso me tiene preocupada. Me he dejado media vida luchando por los derechos de la mujer y en las manifestaciones de los últimos años hay cosas que no las veo claras. Que si unas por un lado, otras por el otro, esto me desmoraliza. Y entonces cuando salen las cifras, que los jóvenes se nos están haciendo machistas y se dice que hemos ido demasiado lejos… bobeces las justas. Ha calado la idea de que las mujeres tenemos privilegios y no es eso, queremos la igualdad. Y sobre la ley del sí es sí, también… Hay una parte que bajó las penas, se hicieron cosas no del todo bien. Si hay artículos que no acaban de ser redondos, pues se negocia... Estamos de acuerdo en que no es no, y eso del consentimiento ya se tenía en cuenta, pero ahora está mucho más claro.
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