El juez, a los suegros de Granados: "¿Cómo pudo entrar un maletín con un millón de euros en su casa? No tiene patas"

MADRID.- “Todo el mundo entraba para ir al servicio”. Así respondía Juan Alarcón, el suegro de exnúmero dos de la Comunidad de Madrid Francisco Granados, al juez Eloy Velasco para justificar la localización de un maletín con un millón de euros que podría haber sido colocado en su armario por un ladrón, el fontanero o “los de Ikea”, según consta en el audio de su interrogatorio de la operación Púnica.

El maletín hallado en el altillo del dormitorio de los suegros de Granados contenía 1630 billetes de 500 euros, 233 billetes de 200 y 604 billetes de 100 euros... En total, 922.000 euros de dinero negro que conservaban los padres políticos del exconsejero de Presidenica, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid en la época de Esperanza Aguirre.

"Lo único que se es que la primera vez que lo vimos en ese momento”, del registro policial. “Imagínese cómo tengo las piernas para subir a una escalera, nunca he subido ahí”, destaca Alarcón ante el juez central de instrucción 6, Eloy Velasco, que investiga la trama Púnica sobre supuestos amaños de contratos públicos a cambio de dinero.

En su dormitorio, dice en el audio del interrogatorio, “todo el mundo entraba” para ir al servicio. Y atribuye a “fontaneros” o a “los de Ikea que vinieron a poner un armario” la posibilidad de que les colocara el millón de euros negro en el ropero.

”Un altillo, como supone la palabra, está en la parte alta. ¿O usted tuvo que arreglar algo en el altillo? Un fontanero va al wáter a arreglarlo”, le apostilla el juez que trata de que Alarcón le diga quién de sus hijos o su yerno pudieron dejar ese millón de euros.

Alarcón reconoce que no ha pedido explicaciones a sus hijos: “todos me han dicho que no” es de ellos, entre ellos su hijo Germán, que fue concejal de Valdemoro (Madrid).

“Si nosotros no lo sabemos, me imagino que ellos tampoco” saben de dónde proviene dicho dinero. Es más, no creo que su yerno y su hija “sean tan retorcidos como para ponerme” el maletín en el altillo, explica Alarcón que define a su familia como “familia unida” que acudió a acompañarlos tras las detenciones.

Explica al juez que es pensionista, que pasa meses malos porque no llega a fin de mes. Incluso, “se me rompió un féretro de mi hija, la tapa, y arreglarla me costó 1.600 euros y la estoy pagando a plazos”, explica a su abogada para justificar su ignorancia de la existencia del millón de euros localizado en su dormitorio.

Alarcón está imputado en la causa por blanqueo de capitales, tras la localización del millón de euros en el altillo de su armario.

“¿Como pudo entrar un maletín en su casa? Los maletines no tienen patas”. El juez Velasco intentó también que la suegra de Granados aclarara el origen del famoso maletín con cerca de un millón de euros. “Eso me gustaría saber”, replica Catalina Castellanos.

La suegra de Granados sostiene en el interrogatorio que no tiene “ni puñetera idea” del motivo por el cual ese dineral se encontraba en el altillo del armario, dentro de un maletín cerrado con llave.

“Yo estuve sentada todo el tiempo en un sofá, me dijeron que estuviera ahí”, sostiene Castellanos para explicar cómo se enteró de la existencia de dicho maletín durante el registro a su vivivenda.

“Estaba en su casa, señora, no en la de otro. Por eso la hemos traído aquí”, apostilla el juez quien le informa de que está investigada por colaboración en la ocultación de dicho dinero.

La suegra de Granados opta entonces por recurrir a sus achaques, a los que el juez le replica que todos tienen problemas personales, pero que él quiere saber quién es el propietario del dinero.

“No le voy a contestar porque no tengo ni idea”, responde la suegra tras un largo silencio.