El juez Penalva y el fiscal Subirán, del 'caso Cursach', invocan su inocencia al final del juicio: "Esto es un montaje de mentiras"
Queda visto para sentencia el juicio contra los investigadores del 'caso Cursach', con peticiones de cárcel de casi 600 años para los seis enjuiciados.
Madrid--Actualizado a
Memorable final para el juicio, este viernes, contra los investigadores del caso Cursach: el juez Manuel Penalva, el fiscal Miguel Ángel Subirán (ambos jubilados), y los policías José Luis García Reguera, Blanca Ruiz, Miguel Ángel Blanco e Iván Bandera. Entre todos suman casi 600 años de petición de cárcel por parte de la Fiscalía, acusados de revelación de secretos, omisión del deber de perseguir delitos, detención ilegal, obstrucción a la justicia y prevaricación durante la investigación del caso Cursach, sobre una presunta mafia policial en torno al magnate de la noche mallorquina, causa que fue archivada.
Ha sido memorable este final porque junto a la brillantez de los alegatos finales de los abogados defensores, en especial, Javier Barinaga, el letrado de Penalva y Subirán, estos han aprovechado su turno de última palabra para hacer emotivos y, a la vez, rotundos discursos sobre su inocencia y sobre su labor en el juzgado, "en busca de la verdad", ha dicho Penalva.
"Si ustedes consideran que he hecho algo injusto... Pero lo que es absolutamente falso es que no he amenazado ni coaccionado a nadie, ni siquiera he faltado el respecto, por lo menos, conscientemente. Lo que no puede ser [en relación a que no es creíble] es que todo se hiciera mal [en su juzgado], hemos buscado la verdad", ha afirmado Penalva.
"Hace seis años que vengo soportando calumnias, descalificaciones, persecución mediática tremenda, se han dicho que soy mentiroso, cartel de la toga, corrupto, delincuente, saco de mierda... Realmente no es lo que más me duele, ni siquiera los años de cárcel que me están pidiendo (118), aunque no soy indiferente, desde luego. Lo que más me duele es que haya personas que quiero que puedan pensar que pueda ser verdad", ha dicho Manuel Penalva en su turno de última palabra.
Ha negado que su juzgado, el de Instrucción 12 de Palma, "se haya convertido en una especie de sala medieval de torturas", en relación a los delitos de coacciones a testigos y acusados que se les imputa.
Penalva ha negado animadversión hacia testigos e investigados. Sobre Álvaro Gijón, exdiputado del PP balear y exconcejal del Ayuntamiento de Palma, personado en el juicio, Penalva ha dicho: "Soy votante del PP, llevo seis años soportando escuchar que íbamos contra el PP porque somos socialistas".
Las fiestas sexuales gratis
Y se ha referido a la agenda del prostíbulo que plasmaba fiestas sexuales pagadas presuntamente por Cursach donde acudía presuntamente Gijón. "Esa agenda fue investigada y hay un informe policial sobre su veracidad", ha recordado Penalva. "La existencia de la agenda, había una agenda, se dijo aquí por una testigo, la escucharon", ha insistido.
Sobre el acoso que han sufrido tanto Penalva como Subirán mientras investigaron el caso Cursach, el juez jubilado ha recordado que "desde el año 2017 he recibido siete querellas, todas inadmitidas. Se supone que hay unos sicarios que andan sueltos o no, porque no se hizo una investigación". Se ha referido así Penalva al supuesto plan para matarle a él y al fiscal Subirán y que no fue investigado por la Fiscalía Anticorrupción, como desveló este diario. "Estoy condenado a vivir con miedo seguramente lo que me quede; ahora si aparezco muerto por ahí no me he suicidado, que investiguen. Es verdad: llevo un arma y no es agradable", ha dicho Penalva.
Ha tenido palabras el juez para los cuatro agentes de la Unidad de Blanqueo enjuiciados, a los que le piden en torno a 100 años a cada uno. "Es injusto lo que les ha pasado a estos policías, estoy orgulloso de ellos, les han arruinado su vida profesional".
Subirán arremete contra el (ausente) fiscal Herranz
Con voz quebrada, Miguel Ángel Subirán se ha dirigido a la fiscal suplente de Tomás Herranz, que la tarde de este viernes se ha ausentado con la excusa de que tenía un billete de avión. "Creo humildemente que quien pide 120 años, con las razones con las que se ha pedido, tenía la obligación de escucharnos hoy, y no esta compañera que escasamente conozco porque es de la nueva generación (...) Un fiscal que se mete debajo de la mesa, ¿dónde está ese señor?", ha inquirido Subirán.
Se ha referido a la jubilación por incapacidad de Penalva y suya propia: "Lo nuestro sí es creíble, jubilados y tocados del ala, con cincuenta y pico años, estrés postraumático agudo irreversible, una gotera profunda y mental, que también hace daño a lo físico. Los sicarios... Conciliar el suelo es insoportable. No he vuelto a dormir solo en mi casa".
El también ausente fiscal Juan Carrau
"¿Cuántas mentiras han pasado por aquí? Cuando la mentira es de un funcionario público se hace insoportable. Esto es un montaje de mentiras", empezando porque "yo no era el fiscal adscrito a la causa Cursach. Sólo había un fiscal anticorrupción en la isla, el señor Carrau. Yo fui fiscal delgado temporal, lo que quiere decir es que para cada causa que debo llevar necesito un decreto que me adscriba a esa causa, cosa que el delegado permanente no necesita. No cobraba ni lo pluses que cobraba él", ha manifestado Subirán.
"Este señor [por Juan Carrau] iba cuando quería y hacía bien porque era el jefe, ¿por qué se le quiere mantener al margen?", ha continuado Subirán en relación a que Carrau no ha estado sentado en el banquillo. Todo lo contrario: secundó la tesis de la Fiscalía con la que retiró las acusaciones para el magnate Cursach.
Sobre la Fiscalía Anticorrupción ha dicho Subirán que es una "institución en la que creo y de la que me han echado porque un médico me dice que no puedo. Me han jodido, me han destruido, cuando acabe esto se acabó con ir con la cabeza agachada. Irregularidades ninguna, delitos, ninguno", ha clamado emocionado.
Ha recordado también que en el juicio de la causa Cursach el fiscal llegó a decir de un policía para desacreditarlo que tenía una relación intensa conmigo. Ese policía está casado y tiene tres hijas. Esto huele muy mal, huele a tribunal de orden público, huele a persecución".
Sobre el miedo que rodeó a los testigos en la instrucción del caso Cursach, Subirán ha dicho que "era imposible que un testigo dijera o pronunciara la palabra 'Cursach'" y ha relatado los episodios que sufrió él mismo: "Una vez me pusieron de rodillas y me escupieron".
El agente Miguel Ángel Blanco ha dicho en su turno que está en el banquillo únicamente por haber participado en un chat y ha tenido palabras para el fiscal Herranz, del que no duda de su integridad, pero dice que le "dictaron al oído". La policía Blanca Ruiz se ha limitado a reivindicar su inocencia.
Por su parte, el exjefe del grupo de Blanqueo José Luis García Reguera ha dicho que "en los 34 años que llevo de servicio jamás me han abierto un expediente" y ha recordado que "durante toda la investigación, se nos ha intentado denigrar y menospreciar" y ha reiterado que sus superiores siempre estuvieron informados de las acciones del grupo de Blanqueo.
Posibles acciones legales contra 'los Juanes'
Javier Barinaga, el abogado de Penalva y Subirán, que expuso su informe final este jueves, fue incisivo y claro, en una brillante intervención en la que clamó a favor de la inocencia de sus clientes: "Sabemos que somos inocentes", afirmó y señaló a los policías Juan Palomo y Juan Márquez, conocidos como 'los Juanes', de acusar en falso a Penalva y Subirán para "salvar" a otros, en referencia a Bartolomé Cursach, el magnate de la noche mallorquina exonerado por la Justicia por el apoyo recibido del fiscal Tomás Herranz.
Barinaga, que dedicó a su informe más de cinco horas, incidió en el papel de 'los Juanes', que "necesitaban mentir y engañar para conseguir la imputación", dentro de "una estrategia" para que esta causa "sirviera de palanca" en el caso Cursach y poder así "vaciar" los casos ORA e IME. Estas son piezas separadas dentro de la macrocausa Cursach, referidas a casos de corrupción.
El caso Cursach acabó con los 24 acusados absueltos, entre ellos, Cursach y una docena de policías acusados de actuar bajo sus órdenes para perjudicar a la competencia. La causa contra el juez Penalva y el fiscal Subirán se abrió entonces por los informes de 'los Juanes' sobre presuntas irregularidades en la instrucción de la causa Cursach.
Estos informes, que Barinaga ha tildado como "mentiras", sirvieron para armar unas acusaciones contra Penalva y Subirán y para que el fiscal retirara los cargos contra el magnate y los policías acusados. Sobre 'los Juanes', Barinaga ha apuntado posibles acciones judiciales: "No estamos juzgándoles aquí; todavía".
El abogado Barinaga ha arremetido también contra el fiscal Herranz, de quien ha dicho que "en su huida hacia ninguna parte obvió pruebas" en el juicio de Cursach, y puso como ejemplo un pinchazo telefónico a Bartolomé Sbert, mano derecha de Cursach, "que suena a la Sicilia profunda". Para Barinaga, el fiscal no ha llamado como testigos a todo aquel que pudiera aportar algo de veracidad, solo a los que nutrían su tesis. "Había una necesidad de vaciar de contenido la causa contra Cursach --ha incidido el letrado-- y por eso se armó la imputación contra Penalva y Subirán.
Merece mención también la exposición de Ignacio Fuster-Fabra, el abogado defensor de la policía Blanca Ruiz, a través de cuyo teléfono móvil 'los Juanes' llegaron al chat Sancus, un chat de WhatsApp privado que mantenían los acusados y que el tribunal . Se ha referido el letrado al informe del comisario Juan Márquez, donde se investigó a sí mismo sobre las filtraciones y se auto exculpó. Este informe fue presentado por la Fiscalía y el tribunal lo rechazó. "Vaya tela", ha dicho Fuster-Fabra sobre este asunto.
Para este letrado, los mensajes de WhatsApp hallados en el móvil de Blanca Ruiz, que se enfrenta a 97 años de prisión, "no son válidos" como prueba. Para empezar, por "el teléfono no fue identificado ni precintado". El letrado, que reconoce haber representado en el pasado a varios miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, acusa a los 'Juanes' de "traición máxima" al uniforme que visten.
El tribunal ha anulado la parte de los mensajes hallados en el chat Sancus que se refieren a las supuestas filtraciones a la prensa y no ha permitido que sean expuestos como prueba ya que para llegar a ellos se espió ilegalmente a dos periodistas, pero se ha reservado hasta el final del juicio su veredicto sobre el resto del chat.
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