Este artículo se publicó hace 3 años.
MyanmarUna joven herida de un disparo en la cabeza, primera víctima mortal de las protestas en Myanmar
La víctima fue abatida el pasado 9 de febrero con un subfusil tipo Uzi mientras se encontraba en una protesta contra la junta militar birmana.
Madrid--Actualizado a
La joven birmana herida de un disparo en la cabeza durante una protesta contra el golpe de Estado en Naipyidó falleció este viernes en el hospital, según confirmó su médico.
Mya Thwe Thwe Khine, de 20 años, que se encontraba en estado crítico en un hospital de la capital, falleció esta mañana después de que se le retirara la asistencia vital a las 11.15 hora local (4.45 GMT) con el permiso de su familia, informó su médico a la organización Human Right Watch (HRW).
La joven fue abatida el pasado 9 de febrero por un disparo en la cabeza realizado con un subfusil tipo Uzi mientras se encontraba en una protesta contra la junta militar.
Según los análisis de vídeos y fotografías elaborados por varias organizaciones humanitarias, la joven cayó al suelo tras oírse un disparo cuando se alejaba de la primera línea de una manifestación que estaba siendo disuelta por la policía con cañones de agua.
La de Mya Thwe Thwe Khine se trataría de la primera muerte de un manifestante por la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra las protestas que se han extendido por todo el país para mostrar su rechazo al golpe de Estado del Ejército el pasado 1 de febrero.
Aunque el Ejército aseguró que solo se desplegaron armas no letales en esa protesta, tanto Amnistía Internacional como HRW certificaron que la joven recibió un impacto en la cabeza de munición real disparada por las fuerzas de seguridad.
Amnistía Internacional y HRW certificaron que la joven recibió un impacto en la cabeza de munición real disparada por las fuerzas de seguridad
Tras su fallecimiento, el cuerpo de la joven, que cumplió 20 años mientras se encontraba ingresada, fue trasladado desde el hospital hasta el tanatorio.
La hermana de la fallecida, que también confirmó la muerte a los medios locales, hizo un llamamiento desde allí para que "la gente mantenga la revolución hasta que tenga éxito".
"Los incidentes que llevaron a su muerte y las acusaciones de que la policía de Myanmar utilizó munición real deben ser investigados. Sobre todo, debería haber una fuerte condena internacional y duras consecuencias contra la junta militar birmana", aseguró Manny Maung, investigadora de HRW en su cuenta de Twitter.
El fallecimiento de la joven se ha producido mientras continúan las protestas por todo el país contra el levantamiento militar y para exigir la liberación de la líder electa, Aung San Suu Kyi, que fue detenida junto a parte del Gobierno el mismo día de la asonada.
La junta militar ha respondido al movimiento de desobediencia civil con el despliegue de soldados en las calles, cortes nocturnos de internet diarios y varias leyes que han mermado los derechos de los ciudadanos.
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