Este artículo se publicó hace 3 años.
Elecciones en MadridLa izquierda afronta unida la "amenaza extremista" de Vox
El presidente Pedro Sánchez arropa a Gabilondo y alerta sobre la ultraderecha. Iglesias acusa a Vox de "deshumanizar" al adversario. García reclama que las urnas se llenen de "feminismo". Díaz Ayuso recupera el tema Venezuela y carga contra Sánchez, mientras Bal arremete contra Iglesias.
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La campaña de las elecciones madrileñas, a falta de nueve días para la votación, se ha convertido en algo más. Ya no se trata solo de la presencia de la ultraderecha en las instituciones –de las que estaba fuera desde la transición–, en las que entró por Andalucía en diciembre de 2018 y luego confirmó su solidez en las dos generales de 2019, sino que lo que ahora está en juego es la posibilidad de un Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP), que dependa para su estabilidad y continuidad de los exclusivos votos de Vox. Esa es la veta discursiva que ha encontrado la izquierda, que, en esta ocasión, se presenta fragmentada en tres partidos –PSOE, Unidas Podemos y Más País– pero unida en torno a un proyecto común: formar un Gobierno en Madrid del que esté fuera el PP por primera vez desde 1995.
La campaña ha virado desde que Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, secundado después por los candidatos de PSOE, Ángel Gabilondo, y Más País, Mónica García, abandonase un debate en la Cadena Ser después de que la candidata de Vox, Rocío Monasterio, banalizara las inequívocas amenazas de muerte que había recibido, al igual que Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, y María Gámez, directora de la Guardia Civil.
En esta entrevista con Público, Iglesias explicó con claridad lo que implicaba ese "lárgate" con el que Monasterio mezcló de una manera inédita lo personal con lo político: "Deshumanizar al adversario político para crear un ambiente en el que, si tu adversario es una rata chepuda, no es un adversario político, es alguien susceptible de ser eliminado; esto es terrible".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que llevaba unos días dedicado a asuntos institucionales, regresó este domingo a la campaña de las madrileñas del 4 de mayo y sancionó la estrategia elegida por la izquierda. "Nos vamos a levantar y a decir basta. Vox representa una amenaza para la democracia española", dijo el presidente. "Pido el voto por una razón más poderosa, pido el voto para que frenemos todos la amenaza extremista que representa la ultraderecha, defendamos nuestra democracia, no los votos", agregó.
El tono épico lo mantuvo Ángel Gabilondo, quien recordó el 47 aniversario de la revolución de los claveles en Portugal, que inició el camino hacia la democracia. Gabilondo resumió la idea en una sola frase: "[El 4 de mayo] o vence la democracia, o gana el odio".
La candidata de Más País, Mónica García, puso el foco en Isabel Díaz Ayuso y se preguntó si sigue considerando "que llamarle fascista es estar en el lado bueno de la historia". García pidió, en la misma línea de discurso que Iglesias y Gabilondo y el propio presidente del Gobierno el voto masivo que llene las urnas "de feminismo" para "mandar el odio y la intolerancia fuera de la historia de la Comunidad".
Sánchez e Iglesias
El retorno del presidente a la campaña sirvió a Díaz Ayuso para retomar uno de sus ejes. La contraposición de su Gobierno con el de Sánchez y la idea de que una victoria del PP en Madrid, tras el fiasco de Pablo Casado en las catalanas, supondría un primer paso para recuperar el Gobierno.
Así, Díaz Ayuso recuperó, en este momento crítico de la campaña, uno de los temas favoritos de la derecha, Venzuela, la "Caracas chavista" y, a partir de ahí, proclamó que su proyecto "ha transcendido al PP para representar a toda la sociedad madrileña: a los conservadores, a los democristianos, a los liberales y a los socialistas". Estos últimos, los que están en contra del sanchismo y del comunismo.
Díaz Ayuso dio por acabado el proyecto de Sánchez e Iglesias: "Empezó a desgastarse hace largos meses, cuando la gente se dio cuenta de que es una farsa". "La cuenta atrás se ha activado en estas elecciones, porque los madrileños, todos los ciudadanos que trabajamos y vivimos en Madrid, tenemos una oportunidad única de decirles que se ha acabado, que hasta aquí hemos llegado con todos vosotros", agregó la presidenta.
En medio de esta lucha entre bloques, Ciudadanos, un partido arrasado por las deserciones y por la pérdida de ese espíritu liberal al firmar los pactos con la ultraderecha que le han parecido necesarios, como en Andalucía, en estos comicios ha elegido al PP.
Su candidato, Edmundo Bal, arremetió este domingo contra Iglesias. Eso, según manifestó, era "moderación". "El líder de Podemos se cree que él es la democracia y debe de ser que los demás somos todos los fascistas", dijo Bal, según recoge Europa Press. Y agregó que Iglesias le había retirado la palabra a los madrileños, a los votantes" al irse del debate. Ciudadanos se juega la vida en estas elecciones. Necesita arañar votos para no quedarse fuera de la Asamblea. Las encuestas no le garantizan que supere el 5% de los votos.
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