Este artículo se publicó hace 2 años.
Irene Montero
Pablo Iglesias
Madrid-
El clamor de solidaridad con Irene Montero ha atravesado nuestras fronteras, pero los hechos vergonzosos del Congreso que la presidencia de la cámara no quiso impedir, se llevaban gestando varios días mediante una campaña de desinformación y violencia mediática contra la Ley 'solo sí es sí' que pretendía hacer caer, o al menos desgastar, a una de las dirigentes políticas más importantes de la izquierda española.
Por ser mujer, por ser feminista, por tener poder y también por ser mi pareja, a Irene Montero llevan años machacándola. Pero los ataques no vienen solo de la ultraderecha política y mediática. Desde que la dirección de Podemos la eligió como portavoz parlamentaria, voces progresistas trataron de desacreditarla. Dijeron entonces que no estaría a la altura de Íñigo Errejon en la portavocía y después tuvieron que rectificar. Fue la primera mujer en defender una moción de censura en nombre del grupo proponente y la firmeza de sus palabras frente a la derecha corrupta, hizo que algunos entonces llegaran a compararla nada menos que con la Pasionaria.
Irene Montero pudo ser vicepresidenta del Gobierno en el verano del 2019, cuando acepté el veto de Pedro Sánchez. Irene puso por delante de cualquier ambición política personal lo que entendió que era el interés colectivo. Cuando yo flaqueé, Irene nos convenció a todos de que tocaba resistir y gracias a ello hubo gobierno de coalición en España. Siendo la mujer más conocida y con más poder en Unidas Podemos, Irene apostó por dos compañeras, Ione para liderar Podemos y Yolanda para representar a UP en la máxima responsabilidad gubernamental.
He dicho muchas veces que la dimensión de un dirigente político no se mide por los aplausos que recibe, sino por el tamaño y la ferocidad de sus enemigos. Estas últimas horas han vuelto a elevar la estatura política de Irene Montero. Hija de un mozo de mudanza y de una maestra, estudiante brillante becada por sus matrículas de honor, obtenidas mientras trabajaba de cajera en un supermercado. Militante orgullosa de las juventudes comunistas primero, y activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca después. Portavoz parlamentaria de Podemos primero, ministra de Igualdad después y bestia negra del fascismo español.
Ante ti, rodilla en tierra compañera. Gracias Irene.
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