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El independentismo busca recuperar la unidad y presiona para evitar el acuerdo de investidura entre ERC y el PSC

ANC reúne a unos miles de personas en una manifestación contra los jueces, las reuniones entre independentistas se multiplican y Llach asegura que "si ERC hace president a Illa cometerá un error estratégico monumental".

Capçalera de la manifestació convocada per l'ANC aquest dissabte contra la justícia per com està aplicant l'amnistia.
Concentración convocada por la ANC por la aplicación de la amnistía en Bacrcelona. Aina Martí / ACN

Las negociaciones entre el PSC y Esquerra Republicana de Catalunya para la posible investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat "avanzan a buen ritmo", según la portavoz de ERC, Raquel Sans. Pero ello no quiere decir que la materialización de este acuerdo, no esté plagado de obstáculos. A la dificultad por parte de los socialistas de articular una propuesta de financiación para la Generalitat en la línea del concierto vasco como plantea ERC, el rechazo de Junts y la CUP, y la crisis interna en que viven inmersos los republicanos, se suma ahora la presión que está ejerciendo el llamado independentismo civil en contra de cualquier acuerdo que permita a Illa acceder a la presidencia de la Generalitat.

Manifestación de la ANC

Este sábado se ha vivido en Barcelona el último episodio de presión en este sentido con la manifestación convocada por una de las principales entidades de este independentismo civil, la Assemblea Nacional Catalana (ANC). La manifestación ha arrancado a las cinco de la tarde de la plaça Urquinaona de Barcelona y ha reunido a varios miles de personas -1.500 según la Guardia Urbana- que se han dirigido hasta la plaça Sant Jaume donde está el Palau de la Generalitat que preside el republicano Pere Aragonès.

La vicepresidenta de la ANC, Nohemí Zafra, ha acusado, en el inicio de la manifestación, a los jueces de "prevaricar" y estar "tergiversando el sistema" para no aplicar la amnistía a los dirigentes políticos independentistas. Zafra ha advertido que la cúpula de la magistratura está cometiendo una "ilegalidad" y "prevaricación constante" no amnistiando a investigados independentistas mientras sí aplica la ley de amnistía a policías que "pegaron de manera indiscriminada y desproporcionada a personas que ejercían derechos democráticos" el 1 de octubre de 2017. "Estamos aquí porque persistimos y desobedeceremos y lucharemos tanto como haga falta para llegar a la independencia", ha añadido.

Aunque la convocatoria partía con el lema "Desobedezcamos a los jueces españoles: independencia", para protestar contra la actuación de los jueces respecto a la ley de amnistía, la movilización ha servido también para exigir a Esquerra que no acuerde la investidura con los socialistas. El propio presidente de la ANC, Lluís Llach, ha impulsado los cánticos de los manifestantes en una plaza Sant Jaume llena: "Con Illa, ¡no!", seguidos de gritos de "independencia". La manifestación ha contado con la presencia de miembros de Junts, con la presidenta del partido, Laura Borràs, al frente y también de diputados y alcaldes de la CUP. Ambos partidos se han mostrado críticos con el Govern de Pere Aragonès y con ERC, que no ha participado de forma oficial.

Y es que en las últimas semanas se ha incrementado exponencialmente la presión independentista contra la negociación de ERC con el PSC. Al rechazo del resto de partidos independentistas como Junts o la CUP, también se ha añadido la presión de destacados actores sociales como la ANC. Y aunque Òmnium procura mantenerse en la equidistancia y fuera de la pugna política, dirigentes de la entidad también reconocen que una investidura del dirigente socialista no está en sus preferencias.

Contundencia de Llach contra la investidura y advertencia a ERC

El presidente de la ANC, Lluís Llach, se ha mostrado claro y contundente: "Si ERC hace president a Illa cometerá un error estratégico monumental que le conducirá al suicidio político". Llach considera que la investidura del líder del PSC "es un disparate para ERC" y recuerda que Salvador Illa "avaló" la aplicación del 155. Llach no esconde la preferencia de la entidad en cuanto a los pactos para un futuro Govern de la Generalitat: "Estamos por un Govern independentista y si el precio debe ser nuevas elecciones, pues nuevas elecciones".

La posición de Llach —que ganó las elecciones para presidir la entidad después de un largo proceso de votaciones fruto de la división interna que vive la ANC— indica que las influyentes movilizaciones de la Assemblea irán destinadas a forzar una nueva convocatoria electoral intentando evitar cualquier acuerdo entre ERC y el PSC. Una estrategia que coincide con la de partidos independentistas como Junts, que aspiran a una repetición electoral en que podrían plantear una lista conjunta con los republicanos liderada por Carles Puigdemont.

Con todo, desde la ANC niegan ninguna connivencia con Junts para forzar una lista conjunta. Según declaró Llach en una reciente entrevista concedida a Público: "Ni la ANC ni yo hemos defendido nunca una lista única independentista". Fuentes de la Assemblea aseguran que "nosotros no nos posicionamos sobre cómo se debe articular el proceso para conseguir un Govern independentista, ni defendemos como entidad ninguna lista conjunta más allá de lo que opine cada socio o socia. Eso lo decidirán los partidos y la gente en las urnas. Pero sí tenemos claro que hace falta un Govern independentista y que hacer president a Illa va en dirección contraria al proyecto independentista que defendemos y es un grave perjuicio para Catalunya como nación". "Si hay que repetir elecciones, al independentismo nunca nos han dado miedo las urnas", reafirman.

Reuniones y movimientos conjuntos del independentismo

Pero los movimientos para rehacer la unidad independentista, absolutamente maltrecha en los últimos cuatro años, van más allá de las declaraciones. Una unidad que a su vez puede hacer descarrilar el posible acuerdo de ERC con el PSC, en una negociación que la portavoz de los republicanos, Raquel Sans, asegura que "veo posible el acuerdo". Y en que la secretaria general del partido, Marta Rovira, también se muestra "optimista". En las últimas semanas se han multiplicado los contactos entre los principales actores del independentismo como son ERC, Junts, la CUP, la ANC y Òmnium. Las reuniones entre dirigentes y delegaciones de cada uno de estos partidos y entidades se han celebrado tanto en Catalunya como en Bélgica y Ginebra.

Fuentes participantes en los encuentros consultadas aseguran que no se ha tratado en concreto de la articulación de un frente independentista coordinado, sino que se trata de reuniones sobre temas sectoriales que se han celebrado tanto de forma conjunta entre los tres partidos y las dos entidades, como de forma bilateral entre algunos de ellos. Por ejemplo entre ERC y Junts con diversas reuniones en Suiza durante las últimas semanas del exilio de Rovira en Ginebra que finalizó este viernes. Pero también entre la ANC y Òmnium que preparan una Diada para el Onze de Setembre que sirva para "reactivar la base social y recuperar la unidad del independentismo", según fuentes de las dos entidades, que en los últimos años se habían distanciado por su diferente posición estratégica en temas como la amnistía. Y no se puede olvidar que la tensión entre los actores independentistas ha llegado a tal grado que hace dos años ERC decidió no participar en la manifestación de la Diada por primera vez en la historia.

Cumbre en Waterloo

La última reunión conjunta de todos los actores del independentismo se celebró hace una semana, el domingo pasado. Se hizo en Bélgica, en la llamada Casa de la República de Waterloo, para facilitar la presencia del expresident Carles Puigdemont. En el encuentro también estuvieron presentes el secretario general de Junts, Jordi Turull; la vicesecretaria general de Drets, Llibertats i Lluita Antirrepressiva de ERC, Marta Vilaret; el miembro del equipo negociador de ERC y secretario general adjunto de Estrategia, Comunicació i Coordinació Institucional del partido, Juli Fernàndez; el presidente de la ANC, Lluís Llach; y representantes de Òmnium.

Según Vilaret, en la reunión no se habló de las negociaciones para la investidura ni de listas unitarias para una repetición electoral. Pero sí se abordó una estrategia conjunta sobre cómo afrontar jurídicamente el rechazo de algunos jueces a la aplicación de la ley de amnistía. Y según fuentes de Junts también sobre la coordinación del operativo para un posible regreso de Puigdemont este mes de agosto si se acaba celebrando una investidura en el Parlament. Hay que recordar que el dirigente de Junts podría ser detenido ya que el juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo mantiene las órdenes de detención al no aplicar la amnistía en el caso de la malversación.

Pero la interpretación entre los independentistas, aunque todos ellos mantienen la máxima discreción al respecto de la reunión de Waterloo, es que el encuentro demuestra que se están moviendo cosas. La portavoz de ERC, Raquel Sans, se limita a decir: "Diría que la reunión en sí misma es noticia". Y el presidente de la ANC, Lluís Llach, también pone en valor la reunión en Waterloo destacando que llevaba siete años sin producirse.

Mensajes positivos sobre la recuperación de la unidad

Según el presidente de la ANC, comienzan a haber "buenos signos" en cuanto a recuperar la unidad del independentismo y ha celebrado que las entidades estén hablando e intentando colaborar. "Si las entidades de la sociedad vuelven a atar complicidades quizás seremos un buen ejemplo para la clase política", asegura.

Entre los partidos independentistas también se envían mensajes positivos de forma constante sobre la unidad del independentismo, aunque cuesta saber si forman parte de una estrategia real de voluntad unitaria o de los tacticismos de cada formación política. Especial impacto han tenido las primeras declaraciones de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en su llegada a Catalunya al traspasar la frontera: "¿En qué momento olvidamos que juntos somos más fuertes?, se preguntó Rovira dirigiéndose a los compañeros de ERC y a los varios centenares de personas congregadas en el pueblecito fronterizo de Cantallops donde fue recibida este viernes. "Hemos venido aquí para terminar el trabajo que dejamos a medias, a recomenzar, y para unir todo el movimiento independentista, porque sólo juntas lo haremos posible. Estamos aquí para acabar lo que empezamos, cargadas de más razones que nunca para llegar hasta al final", proclamó Rovira.

Por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Turull, también hace hincapié en la fluidez de las relaciones con Rovira y ERC en las negociaciones iniciadas después de las elecciones del pasado 12 de mayo. "Somos optimistas frente a la oportunidad que se abre como demuestra el acuerdo para la Mesa del Parlament. La valoración que hacemos de nuestra negociación con ERC es muy positiva". Declaraciones que contrastan profundamente con los agrios reproches constantes que han marcado las tensas relaciones entre Junts y los republicanos en los últimos años.

Más difícil parece el encaje de la CUP en la recuperación de esta unidad independentista y de momento los anticapitalistas participan en las reuniones pero con escepticismo: "Hace falta un viraje hacia una estrategia compartida real que permita reactivar la lucha por la independencia y la justicia social", asegura una dirigente cupaire. La CUP rechaza también un acuerdo para la investidura de Illa pero se muestra equidistante respecto a Puigdemont: "PSC y Junts comparten el mismo programa, pese a competir por presidir la Generalitat. No vamos a facilitar el regreso de la sociovergencia", aseguran.

Presión a las bases de Esquerra

Está por ver si es factible la recuperación de la unidad independentista en Catalunya dada la cainita deriva que ha sufrido el movimiento. Pero los movimientos, reuniones y declaraciones existen y se van a suceder este verano con la vista puesta en el Onze de Setembre. Y ello supondrá una presión añadida para ERC en su negociación con el PSC. Presión que sin duda impactará en las bases de Esquerra, en un momento de crisis interna de los republicanos por el enfrentamiento entre los sectores de Marta Rovira y el de Oriol Junqueras de cara al congreso extraordinario del partido del 30 de noviembre; y por el escándalo de los carteles del alzhéimer de Maragall. Y no se puede olvidar que, al final, serán los militantes republicanos los que deberán decidir entre la investidura de Illa o llevar a Catalunya a unas nuevas elecciones. Y quién sabe si al conjunto del Estado a unas elecciones generales.

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