Igea, un candidato por despecho

Francisco Igea (17 de abril de 1964), ha sido el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior hasta su destitución el 20 de diciembre del pasado año.

Vallisoletano, hijo y nieto de médicos, también se licenció en Medicina y es especialista en aparato digestivo. Ha trabajado en el Hospital Río Carrión de Palencia desde 1993 hasta 2013, donde fue relevado de su puesto como jefe del Servicio de Digestivo tras protestar por los despidos de personal en el centro sanitario.

Apasionado del mundo del ciclismo, deporte que practica con asiduidad, está casado con Magdalena González, con quien tiene dos hijos que seguirán los pasos profesionales de su padre.

La primera incursión política de Igea llegó desde UPyD, partido que abandonó para recalar en Ciudadanos en 2015 tras caer derrotado ante Rafael Delgado en las primarias de la formación magenta para elegir al candidato a la Junta. A Ciudadanos llega de la mano del economista vallisoletano Luis Garicano, amigo personal del ex vicepresidente de la Junta desde la facultad.

En el año 2019 saltó a la luz pública al anunciar que competiría con la expopular Silvia Clemente para aspirar a la presidencia de la Junta de Castilla y León. La polémica salpicó este movimiento desde el inicio, ya que Clemente (alentada por Rivera) siempre pensó que no habría Primarias. Cuando echa mano de los estatutos de Cs y se presenta, todo el entorno naranja da por ganadora a la ex presidenta de las Cortes. Sin embargo, tras revisar los votos telemáticos, el vallisoletano resulta ganador y se 'carga' la vida política de una auténtica profesional de los cargos públicos.

Con quien no pudo Igea es con otra mujer, Inés Arrimadas, con la que luchó en otras Primarias, esta vez tras la dimisión de Albert Rivera en 2020, para la presidencia nacional de Cs.

Siendo ya candidato a la presidencia de la Junta en las elecciones de 2019, Igea se llena la boca durante la campaña diciendo que jamás pactará con un partido que lleva más de tres décadas de rodillo y que es el momento del cambio. Sin embargo, una vez que vence Tudanca en las elecciones, el político de Ciudadanos decide obedecer la orden de Rivera (a pesar del affaire con Clemente) y entrega el poder a Mañueco.

En el reparto de consejerías, el PP ofrece a Igea las que cree que no les van a dar a los de Ciudadanos ni visibilidad ni poder. Pero, entonces, llega la pandemia. Y la Consejería de Sanidad es del médico vallisoletano. Ahí todo cambia porque el vallisoletano pasa a ser el gran protagonista político y esa visibilidad molestó en el seno de los populares, tanto que terminaron como el rosario de la Aurora y recibió un 'portazo' en la cara junto al resto de consejeros naranjas tras una fría llamada de teléfono de Mañueco en la que le anunció el adelanto electoral.

Otro hecho 'oscuro' entre Mañueco e Igea tiene mucho que ver en la denuncia por supuesta financiación ilegal del PP que investigan los juzgados de Salamanca y el posible vídeo que le llega al político vallisoletano que demostraría la implicación del presidente de la Junta en la trama. Solo cuando el salmantino le 'traicionó', Igea decidió ponerse a disposición de la Justicia contra el mismo 'profesional de la política' al que encumbró a la Presidencia cuando tenía las mismas pruebas que ahora.

Igea resultó positivo en Covid-19 durante la campaña electoral, pero ha tratado de seguir llevando su mensaje al menos a las redes sociales, sobre todo en Twitter, donde se ha mostrado siempre muy activo.

De hecho, en el primer debate televisado entre candidatos, el vallisoletano intervino desde su casa por protocolo sanitario, lo que no fue obstáculo para disputar a Mañueco los logros de Gobierno conseguidos en coalición. La mala relación mostrada entre ambos les aleja de un nuevo entendimiento para Gobernar... hasta que los recuentos electorales digan lo contrario.