"Nos han colado una dictadura por la puerta de atrás". "(Sánchez) apuntala la dictadura bolivariana". "Unos mafiosos y unos estalinistas". O el "me gusta la fruta "desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados que fue en realidad un grave insulto al presidente del Gobierno. Son algunas de las frases que Isabel Díaz Ayuso ha lanzado contra Pedro Sánchez, el Ejecutivo y el PSOE.

Todas ellas consiguieron un gran revuelo mediático y este miércoles lo ha vuelto a hacer: "España ya es un Estado policial" por el "control excesivo y autoritario sobre la ciudadanía" del Gobierno, dijo la líder madrileña este martes un acto organizado por el diario El Confidencial. 

La dirección nacional de su partido, en boca de la secretaria general, Cuca Gamarra, evitó hacer suya esta afirmación y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que Ayuso "ha perdido la perspectiva de todo".

Pero tras esta escalada verbal hay quienes ven una estrategia clara. Los primeros, sus compañeros de partido. Como ya contó este medio, hay un cada vez más grande sector del PP que está incómodo con este fuego a discreción contra Sánchez que en muchas ocasiones desbarata la estrategia de Génova y desgasta a Alberto Núñez Feijóo.

Es la "variable" más interesante del estilo político de Ayuso, según la politóloga y profesora de Sociología de la Universitat de València, Aida Vizcaíno Estevan. "Lo que hace es diferenciarse y marcar ritmo con respecto a Feijóo y es el análisis que yo hago, aunque es una a estrategia a corto plazo. En este sentido no estamos hablando mucho más allá de 2027", razona en conversación con este periódico. Identifica otros dos efectos más: el buscado, dice, que es "desincentivar el interés por la política y embarrar la batalla político-mediática" y "mover en el tablero a posibles competidores". Al elevar el tono Ayuso consigue seducir a una parte del electorado de la extrema derecha.

Es algo que reconocen tanto los barones del PP como la cúpula de Feijóo y que les lleva a asumir que, pese a las polémicas que genere, es una líder política "imprescindible" para ellos.

Nuria Alabao, analista especializada en extrema derecha, amplía esta visión: "Esta es la estrategia elegida sobre todo en el PP de Madrid. (Ayuso) Ella era asesora y trabajaba con Esperanza Aguirre, que fue la importadora de las guerras culturales estadounidenses a la política madrileña, sobre todo en aquellos años del Gobierno de Zapatero", apunta.

Como Vizcaíno Estevan, Alabao no duda de que Ayuso está consiguiendo que "parezca que todo es lo mismo". La presidenta de la Comunidad de Madrid enfrenta la situación judicial de su pareja, que ha reconocido cometer un delito fiscal, confrontado con el Gobierno. "Logra crear una especie de ruido que en el fondo los ciudadanos lo que ven es una nube de confrontación y no consiguen discriminar qué está pasando en realidad", zanja.

Sol no tiene ninguna intención de frenar esta escalada verbal, convencidos de que a Ayuso le beneficia a todos los niveles. Sánchez también ha encontrado en ella la antagonista perfecta.

"En este marco de la campaña en Estados Unidos entre Trump y Harris lo que estamos viendo es que Trump está pasando de ser persona a personaje y acercarse a la parodia. Algo que desde determinadas posiciones se ve. Trasladándolo a Ayuso, la cuestión es cuánto hay de medición de este tono o si puede acercarse a esa parodia", remacha Vizcaíno Esteban.