Este artículo se publicó hace 5 años.
Seguridad en BarcelonaEl Govern y el Ayuntamiento de Barcelona suman apoyos para reformar el Código Penal ante los "problema de seguridad"
El Ejecutivo catalán ha convocado la primera reunión del plan estratégico "Barcelona Ciudad Segura", celebrada en paralelo a una cumbre entre Gobierno, Generalitat, Ayuntamiento, jueces y fiscales, en la que se ha acordado buscar más medios para lograr un
PÚBLICO | EFE
Barcelona-
El Govern y el Ayuntamiento de Barcelona han logrado este jueves el apoyo de las principales entidades sociales, económicas y vecinales de la capital catalana en su deseo de cambiar el Código Penal para que castigue con mayor dureza la reincidencia y combatir así la sensación de inseguridad.
Tras un verano en el que Barcelona ha monopolizado el debate sobre la seguridad –Colau admitió "problemas de seguridad" aunque denunció una "campaña política"–y un día después de que los datos oficiales hayan revelado que los robos con violencia e intimidación han crecido un 30,5% en esta ciudad en el primer semestre del año, el Govern ha convocado este jueves la primera reunión del plan estratégico "Barcelona Ciudad Segura", celebrada en paralelo a una cumbre entre Gobierno, Generalitat, Ayuntamiento, jueces y fiscales, en la que se ha acordado buscar más medios para lograr una Justicia más eficaz.
"Todos coincidimos en que la situación es compleja y que la actividad policial es imprescindible"
Presidida por el conseller de Interior, Miquel Buch, la primera reunión de "Barcelona Ciudad Segura", que quiere tener listo su plan en tres meses, ha constatado que las principales asociaciones empresariales, sociales y vecinales de Barcelona ven con buenos ojos la propuesta de Generalitat, Ayuntamiento y la patronal Fomento de reformar el Código Penal para castigar con cárcel la reincidencia en los hurtos.
En la reunión, las entidades han propuesto medidas para mejora la prevención de los delitos con la ayuda de la policía y para potenciar un urbanismo que permita una ciudad segura, con medidas como una mayor iluminación por las noches o que los locales de ocio nocturno no estén tan concentrados en determinadas zonas como ahora.
"Todos coincidimos en que la situación es compleja y que la actividad policial es imprescindible, necesaria, pero no suficiente para revertir, no sólo las cifras objetivas (sobre el aumento de los delitos) sino la percepción de inseguridad", ha precisado el director de los Mossos, Andreu Joan Martínez.
Buch ha indicado que esperan que, cuando en España "haya un Congreso efectivo y que pueda trabajar", uno de los primeros retos que afronte sea la reforma del Código Penal, que por ahora prevén para castigar con mayor dureza los hurtos, aunque no descartan plantear también algunas medidas sobre los robos violentos.
Para concretar sus propuestas, las entidades se han dividido en ocho grupos de trabajo, que empezarán a reunirse cada dos días a partir del próximo 17 de septiembre, para detallar qué esperan de la policía y qué pueden aportar las propias asociaciones para ayudar a cambiar la actual sensación de inseguridad en Barcelona.
Otra reunión paralela
A la reunión en la consellería de Interior han acudido representantes de varios departamentos de la Generalitat, del Ayuntamiento de Barcelona, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana, la Diputación de Barcelona así como las principales asociaciones de vecinos, empresariales, de infraestructuras, económicas e incluso el FC Barcelona.
En paralelo a esta cumbre, cargos del Ministerio de Justicia se han reunido en Barcelona, en la sede de la Delegación del Gobierno en Catalunya, con representantes de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, jueces y fiscales, para compartir la "diagnosis" sobre el "problema" de la seguridad en la capital catalana.
Según la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, el Ejecutivo central y la Generalitat han coincidido en la reunión en que buscarán "más medios" para la Justicia, pese a las actuales prórrogas presupuestarias, para que pueda ser más eficiente.
Cunillera ha detallado que la reunión "no era para llegar a acuerdos", sino únicamente "una toma de contacto importante", en la que no han entrado a valorar la necesidad o no de que se efectúen cambios legislativos para endurecer las penas de prisión de delincuentes reincidentes.
"Hoy no era el final de nada", sino una simple "puesta en común" de sensaciones", ha aclarado Cunillera.
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