Este artículo se publicó hace 2 años.
El Gobierno negociará con Marruecos las aguas territoriales en junio tras abrir las fronteras de Ceuta y Melilla
Los pasos de las ciudades autónomas abrirán justo un año después de que el país vecino favoreciera la entrada de miles de personas, muchas de ellas menores, en la localidad ceutí. Desde hace 15 años ambos países no tratan la delimitación de espacios marítimos, un asunto marcado por el conflicto del Sáhara Occidental y la riqueza de recursos naturales.
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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, puso este jueves fecha a uno de los asuntos más relevantes y esperados de "la nueva etapa" pactada entre el Gobierno de España y Marruecos. Las fronteras terrestres entre ambos países, en Ceuta y Melilla, reabrirán de manera gradual a partir del próximo martes 17 de mayo. Este fue uno de los asuntos acordados el pasado 7 de abril en una declaración conjunta sellada con motivo de la visita del líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el rey marroquí Mohamed VI.
Sobre el papel, y según destacan desde Moncloa, es el primer aspecto concreto que cristaliza en las relaciones bilaterales tras el giro realizado por el Gobierno respecto a la posición del Sáhara Occidental. Un conflicto que también estará presente, o debería estarlo, en el próximo reto de envergadura: la negociación de las aguas territoriales, que empezarán el próximo mes de junio.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se desplazó personalmente esta semana al país vecino para cerrar personalmente los flecos pendientes para la reapertura de las fronteras. El martes se reunió con su homólogo marroquí, Naser Burita. Al día siguiente volvió a hacerlo, aprovechando también un encuentro de la Coalición Global contra el Daesh, celebrado en Marrakech. Albares anunció un acuerdo político para abrir las fronteras, a falta de unos detalles técnicos y logísticos que se encargó de dar este jueves Marlaska.
Los pasos de Ceuta y Melilla reabrirán curiosamente justo un año después de que el país vecino permitiera la entrada de miles de personas, muchas de ellas menores, en la localidad ceutí. Aquella acción organizada provocó los mayores momentos de tensión entre ambos países. Incluso Sánchez, días después, llegó a a calificar de "inaceptable" la posición de Marruecos vinculando esos actos con las posiciones españolas sobre el Sáhara Occidental más allá de la acogida humanitaria del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, en nuestro país.
Menos de un año después, el pasado 18 de marzo, se hizo pública una carta del presidente del Gobierno al monarca marroquí en la que remarcaba su apuesta por la autonomía del Sáhara como "la base más seria, realista y creíble" para solucionar el conflicto. Una decisión que provocó el rechazo prácticamente unánime del resto de grupos parlamentarios, con los socios de Gobierno de Unidas Podemos a la cabeza, del Frente Polisario y de Argelia.
El siguiente reto importante de Exteriores estará también relacionado, de manera directa o indirecta, con la cuestión saharaui. Albares confirmó que había acordado con Burita reunir "el grupo de trabajo sobre la delimitación de espacios marítimos en España durante el mes de junio". Los lugares irán alternando entre ambos países. Este grupo no se reúne desde hace 15 años.
Como informó Público, la justicia europea determina que no se pueden incluir en estas negociaciones determinadas aguas que pertenecen al territorio del Sáhara Occidental. Unas zonas que son de facto administradas de manera ilegal por Marruecos, que reivindica su soberanía. Y como espectador implicado de manera muy directa tenemos a las Islas Canarias, que contará con un representante en las negociaciones según aseguró el propio Albares.
La cantidad de recursos naturales presentes en estas aguas es una de las claves de un asunto que volvió a estar de actualidad además tras un anuncio por parte de Marruecos de que había encontrado petróleo. Un supuesto hallazgo que fue cuestionado por asociaciones profesionales españolas.
Mientras tanto, el Polisario, que anunció que rompía relaciones con el Gobierno español hace unas semanas, tampoco participará en las negociaciones. "Las aguas del Sáhara no pueden ser objeto de negociación. Si eso ocurre, España estaría reconociendo directamente la soberanía de Marruecos sobre el territorio ocupado. Sería algo gravísimo", advierten. Para alimentar más aún las sospechas, el reino alauí ha postulado ante el organismo de la ONU competente para los asuntos marítimos a un jurista defensor a ultranza de la ocupación marroquí del Sáhara y sus aguas.
La sospecha de Pegasus
Los avances con Marruecos llegan en medio de la tormenta política que ha desatado el 'caso Pegasus'. Moncloa ha confirmado esta semana que aparte de los teléfonos móviles de Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, también fueron infectados los dispositivos de Marlaska y de Luis Planas, ministro de Agricultura y ex embajador en el país vecino. La coincidencia de fechas, protagonistas y hechos, así como que los marroquíes hayan sido señalados por diferentes medios de comunicación internacionales como clientes de Pegasus han alimentado las sospechas.
El Gobierno ha evitado en todo momento pronunciarse al respecto. Incluso Albares tuvo que someterse a varias preguntas de los periodistas españoles en Marruecos sobre el asunto durante su visita esta semana. "Las relaciones diplomáticas se basan en hechos, no en conjeturas ni hipótesis. No voy a entrar en conjeturas con ningún país del mundo", repitió hasta en tres ocasiones.
Sea como fuere, y pese a que Argelia sigue siendo una asignatura pendiente por Albares, en Exteriores muestran satisfacción por los avances conseguidos con Marruecos. Entre los logros, algunos de los cuales se reflejaban en la declaración conjunta del 7 de abril, se encuentra el compromiso de que se celebre una Reunión de Alto Nivel (RAN) antes de que finalice el año. Ese evento, que no tiene lugar desde 2015, "desembocará en un nuevo Tratado de Amistad y Cooperación", según el Ministerio.
Además, el grupo de trabajo sobre temas migratorios, que ha estado dos años parado, ya se ha reunido. Y Albares resaltó que gracias a ello las entradas de personas migrantes en Canarias ha caído un 70% respecto al pasado año. Moncloa confía en que escenas como la de Ceuta hace un año no se vuelvan a repetir. Ese cese de "acciones unilaterales" que se usa como eufemismo para ello. La "hoja de ruta" con Marruecos, según el Gobierno es "muy ambiciosa y necesita tiempo para desarrollarse". "Sin urgencias y sin pausa", según Albares.
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