MADRID.- Pese a las limitaciones que se le otorgan, llenar la agenda de un Gobierno en funciones no es difícil, al revés. Basta con decir que "sí" a las invitaciones que han llegado durante la legislatura a los despachos de Presidencia y de los ministerios y organizar actos variopintos de fuerte componente protocolario (muy vistosos), que -por descontado- favorezcan la colocación del mensaje positivo sobre la legislatura gobernada y recién concluida.

En definitiva, todo aquello con lo que no se pudo cumplir por el puro transcurrir institucional y/o político y por los imprevistos inherentes al cargo durante su gobierno sirve para incluirlo en una agenda fundamentalmente orientada al lucimiento del alto cargo de turno.

En este sentido puede decirse que el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy ha cumplido con creces, pues desde el 22 de diciembre (dos días después de las elecciones generales del 20-D) has el 9 de febrero ha llenado su agenda de entregas de medallas, premios, homenajes varios, conferencias, presentaciones de libros, inauguraciones de todo tipo, entrevistas en medios de comunicación audiovisual (las de prensa escrita o digital no figuran en agenda), presentación de balances de legislatura de distintas áreas, recepciones a diversas personalidades o visitas por todo el territorio español a obras, museos o distintos centros temáticos.

En concreto, y según la recopilación que ha hecho este diario, los 14 miembros del Ejecutivo (el presidente y 13 ministros) han protagonizado 37 actos de entrega de medallas y premios u homenajes de cualquier tipo; han asistido a 38 conferencias -en su mayoría, para presidir la apertura-, presentaciones de libros e inauguraciones variopintas; han concedido 36 entrevistas en televisión y radio y organizado actos de balance de gestión, y han protagonizado 51 visitas a distintos lugares o recepciones en el propio departamento.

El ministro en funciones de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, llega al Congreso de los Diputados.- EFE

No todos los ministros, sin embargo, han sido igual de activos durante este mes y medio de actividad en funciones, esto es, de transición mientras se forma el siguiente Gobierno. Sin duda, el más activo ha sido el ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, con cerca de 40 actos institucionales sin carácter ejecutivo, aunque le sigue muy de cerca el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, particularmente activo en entrevistas en medios de comunicación, donde sus compañeros -salvo el titular de Industria, José Manuel Soria- se prodigan mucho menos. El presidente del Gobierno, por ejemplo, ha concedido tres entrevistas en este mes y medio de la treintena computada.

En mes y medio, Montoro sólo ha asistido a la entrega de condecoraciones de la Orden de San Raimundo de Peñafort

La más pródiga en visitas y  recepciones en su propio departamento es la ministra de Fomento, Ana Pastor, que viaja por las obras de infraestructuras más emblemáticas del país para repetir el mensaje de la gestión del Ejecutivo de Rajoy y sus compromisos futuros si mantiene el sillón de La Moncloa. Pastor también ha despachado -con mención pública- con alcaldes y cargos de distintas administraciones, incluida la catalana.

En este punto, es importante subrayar la aparición en la Agenda de Gobierno de los encuentros de los ministros, por cuanto si no aparecen es que o no trasladan un mensaje positivo para Rajoy o no interesa publicitarlos.

El gran ausente de la Agenda de Gobierno es el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Cristóbal Montoro, que ahora ejerce también en el Congreso como diputado por Madrid, asistió el pasado 4 de febrero a la entrega de condecoraciones de la Orden de San Raimundo de Peñafort, presidida por su compañero de Justicia, Rafael Catalá, en el Palacio de Parcent y a la que acudieron, asimismo, los titulares de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, y el de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.

Precisamente, y aparte del relajado Montoro, De Guindos y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, son los que más han evitado figurar en Agenda, salvo para reuniones en Bruselas o con agencias de rating en Londres, en el caso del responsable de Economía, o viajes institucionales de varios días a Perú y reuniones con organismos internacionales, en el de Morenés.