Este artículo se publicó hace 5 años.
Tras la sentencia del Tribunal SupremoEl Gobierno cree que la gestión que haga del conflicto con Catalunya será determinante para el 10-N
Busca la mayor transparencia y mantener todo lo posible la unidad con los partidos de la oposición, y no repetir los errores del Ejecutivo de Aznar cuando, a las puertas de las elecciones, abordó en solitario la tragedia de los atentados del 11-M
Manuel Sánchez
Madrid-
Pedro Sánchez ya estaba en Ferraz cuando ocurrieron los atentados del 11-M del 2004, formando parte del equipo del entonces secretario de Organización del PSOE, José Blanco. Y, aunque no estuvo en el núcleo duro que tomó decisiones claves en aquellos días hasta las elecciones generales del 14 de marzo, conoce de primera mano cómo gestionó en solitario el Ejecutivo de José María Aznar aquella situación y no quiere repetir ahora los mismos errores.
Tal vez, por ello, el presidente en funciones, según fuentes de su entorno, está empeñado en buscar la unidad con los partidos de la oposición y hará todo lo posible para no adoptar decisiones unilateralmente.
Aunque, evidentemente, no se pueden comparar las situaciones, hay que recordar que uno de los grandes errores de Aznar (además de insistir sin pruebas en la autoría era de ETA) fue actuar en solitario, y en ningún momento buscó el apoyo del entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, pese a que el secretario general de los socialistas se puso a disposición del Gobierno desde el primer minuto.
Para ello, en tres días, Sánchez ha mantenido ya dos contactos con los líderes de los tres principales partidos de la oposición (uno telefónico y otro en persona) a los que, además, está proporcionándoles información,de los acontecimientos y de la posición de Gobierno. lo que tampoco tuvo Zapatero con Aznar.
Además, en cada comunicación del Gobierno o declaración de un dirigente del PSOE se quiere destacar la unidad de acción y los puntos en común que les unen en este tema, evitando contestar a otros posicionamientos que no se comparten. El objetivo es mantener todo lo posible la unidad con los partidos de la oposición.
También se quiere dar información puntual de las decisiones que se tomen y, sobre todo, se insiste en la necesidad de explicarlas y argumentarlas bien.
Y es que distintos dirigentes socialistas saben que de cómo resulte la gestión del conflicto con Catalunya va a depender, en gran medida, lo que ocurra en las elecciones generales del 10-N, y temen que cualquier paso en falso pueda ser determinante.
En un principio, tal y como se dijo el 11-M, algunos dirigentes piensan que este tipo de situaciones suele beneficiar al Gobierno y que los ciudadanos no buscan cambios en tiempos de turbulencias. Pero hace quince años eso no se cumplió.
El PSOE quiere insistir en que el independentismo crece cuando gobierna el Partido Popular
Además, también se es consciente que una parte de la ciudadanía, que puede reclamar más contundencia ante los acontecimientos que están ocurriendo en Catalunya, podrían ver en el PP mayor decisión a la hora de actuar contra el independentismo catalán. Por ello, desde el PSOE se insiste en el mensaje de que el secesionismo crece cuando los “populares” están en el Gobierno y recuerdan que los dos referéndums independentistas se celebraron cuando Mariano Rajoy estaba en La Moncloa.
En este sentido, fuentes socialistas apuntan que también el PP debe tener cuidado con sus mensajes de dureza e intervencionismo, porque creen que hacer electoralismo en este asunto también les puede pasar factura.
Sánchez repite a todos sus interlocutores que está “todo preparado” para actuar en función de las distintas circunstancias que puedan producirse, pero es consciente que la decisión que tome, o no tome, será determinante para cómo se posicione el tablero político.
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