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El Gobierno consolida también su apoyo en partidos fuera del bloque de investidura en el segundo tramo de la legislatura

La velocidad de crucero que alcanzó la actividad en la Cámara Baja una vez superada la parálisis de los primeros meses de la legislatura por la pandemia no se ha visto alterada.

03/02/2022.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), la vicepresidenta primera Nadia Calviño (2i), la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), y la ministra de Hacienda María Jesús Montero (d), aplauden después de que el pleno del Co
Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y María Jesús Montero aplauden la aprobación de la reforma laboral en el Congreso. Kiko Huesca / EFE

Finalizado el mes de junio, se cierra el quinto periodo de sesiones de la XIV legislatura. Desde febrero hasta el pasado jueves, el Gobierno de coalición, en minoría, ha vuelto a conseguir sacar adelante todas las iniciativas legislativas debatidas y votadas en la Cámara Baja, aunque en esta etapa, la geometría variable (apoyarse en los partidos progresistas y en los conservadores en función del tipo de iniciativa) ha cobrado un mayor protagonismo toda vez que los apoyos de ERC han menguado en las leyes más icónicas por el estallido del caso Pegasus.

Y es que, el espionaje a más de 65 líderes y activistas independentistas a través de este software israelí abrió una brecha entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès que todavía no se ha cerrado. Pero este no ha sido el único escollo en un periodo de sesiones marcado por la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin, cuyas consecuencias han tenido un impacto directo en el bolsillo de los ciudadanos europeos por la subida de la luz, el gas y de la cesta de la compra.

Otros factores han influido en las relaciones con los socios parlamentarios del Ejecutivo, unas diferencias que tampoco han dejado verse en el seno de la coalición gubernamental. El giro histórico sobre el Sáhara por parte de Pedro Sánchez ha dejado al PSOE solo en el Congreso a través de varias votaciones, pero también el anuncio de aumentar el presupuesto en Defensa, la decisión de enviar armas a Ucrania o el beneplácito de los socialistas en la actuación de la gendarmería marroquí en el último salto a la valle de Melilla (esta tragedia provocó al menos 37 muertes, según las organizaciones) ha alejado al partido mayoritario de la Cámara Baja del resto de izquierdas parlamentarias, y por ende, de la mayoría progresista que le ha acompañado en la mayor parte de la legislatura.

La reforma laboral abre paso a votaciones de vértigo

Con todo, y a pesar de las dos convocatorias electorales en Castilla y León y en Andalucía, la velocidad de crucero que alcanzó la actividad en el Congreso una vez superada la parálisis de los primeros meses de la legislatura por la pandemia no se ha visto alterada. La Cámara Baja, aun explorando mayorías alternativas, ha dado luz verde a 27 iniciativas legislativas (leyes ordinarias, orgánicas y reales decretos-ley), según recoge el Congreso en su web.

Si bien, este contador no tiene en cuenta las últimas normas aprobadas en los últimos plenos de este mes (a falta de que la mayoría reciban el aval del Senado), como la ley de Ciencia o la reforma concursal —ambas aprobadas sin un voto en contra—, la ley crea y crece —con apoyo del PP y PDeCAT, y la abstención de ERC y PNV—, o la ley Zerolo contra la discriminación —con el único rechazo de PP y Vox—.

Las votaciones de las mencionadas normas son un vivo retrato de la dinámica instalada en el Congreso en los últimos meses, pero este funambulismo ha mantenido en algunas ocasiones la tensión hasta el final derivada de la traumática experiencia de la votación de la reforma laboral. Y es que, el fantasma de una de las normas más importantes de la legislatura, que salió adelante sin el apoyo de los socios prioritarios del Gobierno (ERC, PNV y EH Bildu) y gracias al error de un diputado del PP, ha sobrevolado el hemiciclo en varias votaciones.

Con este precedente de fondo, y ya en medio del estallido del caso Pegasus, el Gobierno salvó sobre la bocina el decreto de las medidas anticrisis por una mayoría muy ajustada. No fue hasta el debate de la propia norma cuando el Ejecutivo comenzó a soltar la respiración después de que EH Bildu anunciara su apoyo. Aunque el optimismo se tuvo que manejar con prudencia hasta el momento de la votación ante el rechazo anunciado de ERC y PP.

Una amplia panorámica de apoyos

La ley del solo sí es sí concitó el aval de una amplia parte del hemiciclo, quedando únicamente descolgados el PP y Vox. La aprobación del proyecto legislativo, que recoge el testigo de las movilizaciones feministas en defensa de la víctima de La Manada de los Sanfermines, se vio en peligro por las intenciones del PSOE de endurecer las penas al proxenetismo no coactivo y la tercería locativa.

Finalmente, los preceptos que persiguen la abolición de la prostitución se sacaron para facilitar el camino parlamentario de la ley. Aunque a partir septiembre, esta cuestión se abre paso en el Congreso a propuesta de los socialistas y no se prevé que cuente con el apoyo de los aliados parlamentarios del Gobierno.

El mismo día de la votación de la ley del solo sí es sí se pudo ver la otra cara de la moneda en lo relativo a los apoyos con la ley audiovisual, una verdadera piedra en el zapato del Gobierno. El proyecto legislativo recibió el visto bueno de la Cámara Baja gracias a la abstención del PP. Además, por primera vez en una iniciativa relacionada con la acción del Gobierno, los socios de la coalición votaron distinto, ya que Unidas Podemos se abstuvo mientras que el PSOE votó a favor. En esta norma, además, ERC y EH Bildu votaron en contra.

En este periodo de sesiones también se ha puesto fin a una cuenta pendiente, la de acabar con el voto rogado tras diez años de trabas burocráticas para los españoles residentes en el extranjero. La reforma de la Ley del Régimen Electoral General (LOREG) pasó al Senado para rematar su tramitación, con lo que se calcula que el nuevo método de emisión de voto desde el exterior se aplicará en las próximas elecciones generales.

Antes de que el Congreso cierre por completo su actividad en agosto, y ya en un pleno extraordinario previsto para la segunda semana de julio, la Ley de Memoria Democrática y la convalidación del segundo paquete de medidas para hacer frente al impacto de la guerra aguardan para superar sus respectivas pruebas de fuego en la Cámara Baja.

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