El Gobierno de coalición logra la solidez presupuestaria frente a la inestabilidad del Ejecutivo de Rajoy

El Gobierno de coalición nació definido por los medios conservadores como un Ejecutivo "frágil e inestable". Sin embargo, Unidas Podemos y el PSOE llegan a la recta final de la legislatura logrando un acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023. Ahora, las cuentas acordadas deberán pasar el trámite parlamentario.

El Gabinete de Pedro Sánchez ha logrado sacar adelante dos PGE (los de 2021 y 2022) y, ahora, busca recibir el apoyo necesario de las Cortes para culminar sus terceras cuentas, las de 2023. Esto contrasta con la línea que siguió el Gobierno de Mariano Rajoy durante la XII legislatura. El Consejo de Ministros del PP tuvo que prorrogar en primer lugar los PGE de 2016, luego los de 2017, que sacó adelante a mitad de ese mismo año, y finalmente los de 2018, que llegaron hasta diciembre de 2020.

A pesar de que los populares poseían más representación en el Congreso de los Diputados y en el Senado que el actual Gobierno de coalición, tuvieron que extender las cuentas elaboradas por el Ministerio de Hacienda dirigido en ese momento por Cristóbal Montoro. Los fondos de 2016 fueron prorrogados hasta mediados de 2017, marcados por la repetición electoral y por las dificultades para formar Gobiernos. 

El primer Gobierno de Sánchez tampoco logró la estabilidad presupuestaria

Las partidas de 2017 y 2018 vivieron procesos similares. Ambas fueron prolongadas y enmarcadas en las dificultades para armar mayorías, la moción de censura a Rajoy y las elecciones generales de 2019. Los PGE de 2018 han sido los más longevos de la historia de la democracia. No solo el Ejecutivo de Rajoy no cumplió con los tiempos para sacar adelante unas nuevas cuentas, también el Gobierno en solitario del PSOE, ya con Pedro Sánchez en la Moncloa. 

De hecho, los socialistas tuvieron que gestionar los PGE llevados a cabo por el Partido Popular durante 2019 y 2020. El PSOE presentó sus cuentas para 2019, pero fueron rechazadas por las Cortes, por lo que tuvieron que prorrogarse los de 2018. Sánchez disolvió las Cámaras y convocó elecciones generales. 

Tras la llegada de Unidas Podemos al Ejecutivo y con una crisis sanitaria primero e inflacionaria después por la guerra en Ucrania, el Gabinete de coalición ha logrado aprobar en el Congreso y el Senado las cuentas de 2021 y de 2022. Las primeras lograron el apoyo de 188 diputados y las segundas llegaron a los 190 votos favorables.

Aunque han acordado la partida para 2023, los socios de la coalición han mantenido profundos desencuentros para dar luz verde a unos fondos conjuntos. El escollo llegó a tal punto que la vicepresidenta Yolanda Díaz reveló su disconformidad con el PSOE, del que dijo que no compartía su "manera de negociar".